España tiene el triple de efectivos que Alemania desplegados contra Daesh

Ríos de tinta que se han escrito sobre la participación de España en eventuales misiones militares para neutralizar sobre el terreno la amenaza de Estado Islámico. Uno de los efectos colaterales de este debate ha sido que se pierda de vista el importante esfuerzo que nuestros militares están llevando a cabo ya para luchar contra el terrorismo en todo el mundo. En estos momentos hay efectivos españoles en siete puntos del planeta luchando contra esta amenaza; cinco de ellos en África (Senegal, Gabón, Mali, República Centroafricana y Somalia) y dos en el propio escenario de Daesh: Turquía e Irak. De hecho, en la actual coalición internacional contra Estado Islámico España tiene desplegados a 300 efectivos, el triple que Alemania. Y esto contando sólo el destacamento que está formando a unidades del ejército de Irak. Además, en la frontera turca con Siria (controlada en algunos sectores por Daesh), otros 150 militares españoles defienden a la población turca de posibles ataques de misiles procedentes de Estado Islámico.

Fuentes de Defensa informan que el total de militares españoles en lucha directa contra el terror ha sido, a lo largo de 2015, 3.067 en diversas rotaciones. España ha gastado en el mismo periodo de tiempo nada menos que 315 millones de euros en la lucha contra el terrorismo yihadista. Además, un análisis detallado de los esfuerzos realizados por otros países europeos a raíz de los ataques pone de manifiesto que son claramente inferiores a los que España lleva ya realizando desde hace meses.

Concretamente, el anuncio del envío de 650 militares alemanes a Mali no responde directamente a los atentados de París, ya que estaba anunciado meses antes de que éstos se produjeran. El titular de exteriores de la República Federal declaró a los medios de comunicación el 15 de octubre que se estaba estudiando este envío a petición de Holanda. Dos días después, la versión dominical del periódico más vendido de Alemania, «Bild», recogía una entrevista con la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, que hacía referencia a este envío de tropas que, es importante recordarlo, está destinado a apoyar a un contingente de 600 militares holandeses destacados en la ciudad de Gao como parte de la Minusma de Naciones Unidas, una operación en la que Francia, es cierto, también participa, pero tan sólo con 20 soldados.

Algo análogo sucede cuando se mira de cerca la ayuda prestada, por ejemplo, por Bégica, que ha consistido en el envío de una fragata para escoltar al portaaviones francés «Charles de Gaulle». En realidad esta fragata, la Leopold I, ya se encontraba desplegada en el Mediterráneo en el marco de la «operación Eunavfor Med» luchando contra las mafias que trafican con personas. Por el momento, Estado Islámico no cuenta con medios para atacar al portaaviones francés ni con submarinos ni por aire, con lo que la presencia de la fragata belga puede calificarse de innecesaria. Los británicos han contribuido también con el envío de otra fragata, la HMS Defender, y cediendo la utilización de instalaciones en la base que la Armada tiene en Chipre, concretamente en Akrotiri. Como en el caso belga, la fragata británica difícilmente podrá aportar algo cuando la amenaza de Estados Islámico no se despliega aun por las aguas del Mediterráneo.