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Francisco Marhuenda asegura que «nunca, nunca, nunca» coaccionó a Cifuentes
El director de LA RAZÓN ha declarado ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco
“Volvería a hacer exactamente lo mismo que hice, que es nada. No he hecho nada incorrecto. Conozco a Cristina Cifuentes desde hace 30 años, ¿cómo la voy a amenazar?”, ha subrayado el director de LA RAZÓN.
El director del diario LA RAZÓN, Francisco Marhuenda, negó ayer ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco que hubiese coaccionado, ni a título personal ni como director del periódico, a la presidenta de la comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes: «Nunca, nunca, nunca he coaccionado o presionado» a Cifuentes, de quien aseguró tiene «la mejor de las opiniones». Marhuenda declaró por espacio de algo más de una hora ante el magistrado y dos fiscales Anticorrupción por un delito de coacciones, dentro de la investigación abierta relacionada con la gestión del Canal de Isabel II. El juez no le impuso medida cautelar alguna.
Marhuenda aseguró que se sintió muy «cómodo» ante el instructor de la causa y tras su comparecencia insistió a los periodistas en que «nadie podrá decir que la he coaccionado» ni personalmente ni a través del diario. «La propia presidenta podrá decir que en mi vida la he presionado, que en mi vida he intentado influir sobre un procedimiento judicial para nada», aseguró al respecto.
Para avalar ese argumento, aportó al juzgado todo un dossier con las noticias publicadas respecto a la Comunidad de Madrid y a su presidenta, «donde se demuestra que no hay ninguna campaña» contra Cifuentes, que «no nos hemos inventado nunca ninguna noticia» y que las críticas, recalcó, sólo han sido por algunos aspectos relacionados con su gestión. En esta línea, también aludió a que en ninguna de las tertulias de radio o televisión a las que asiste nunca ha criticado a Cristina Cifuentes.
Del mismo modo, Marhuenda negó haber intentado obstaculizar la investigación de este procedimiento cuando se encontraba en fase de investigación por parte de la Fiscalía: «Nunca hice gestión o algo ilegal, nunca», afirmó.
En cambio, sí reconoció las grabaciones intervenidas de conversaciones con Edmundo Rodrigo Sobrino, detenido en el marco de esta operación. En esas conversaciones lo que trataba era de «animar a un amigo» que lo estaba pasando muy mal, porque había sido destituido como responsable de una de las filiales del Canal en Iberoamérica y consideraba que las filtraciones que se producían en relación con ello tenían su origen en Marisa González, directora de Comunicación de Cristina Cifuentes. Fue en ese marco cuando llamó «zorra» a González, por lo que ayer pidió disculpas en varias ocasiones. «La palabra zorra es muy incorrecta y aprovecho la oportunidad para pedirle perdón. No estuve en mi mejor día más brillante, y no porque fuera una mujer, que conste, que sólo tengo hijas, fue un comentario coloquial desafortunado». «Era una conversación privada», «una conversación con un amigo que se ha tergiversado», incidió.
Respecto a otra conversación, en la que dijo que le iban «a dar de leches a Cifuentes», explicó que eso fue para tranquilizar a Rodríguez Sobrino. «Nunca la he amenazado, jamás de la vida, y eso ella lo puede decir», reiteró con respecto a Cifuentes, sobre quien se preguntó cómo iba a amenazarla cuando la conoce desde hace 30 años.
Marhuenda insistió en su declaración ante el magistrado en que el periódico que dirige «nunca» se ha inventado ninguna información y que tampoco ha hecho ninguna «campaña» contra Cristina Cifuentes, algo que, según añadió, se puede comprobar buscando en la hemeroteca del diario. «Si hubiera hecho algo incorrecto, podrían abochornarme. No hay ni una sola crítica a Cifuentes. No hay ninguna campaña», afirmó. «Si a mí me critican a veces los compañeros de que soy demasiado del PP», ironizó ante los medios de comunicación que cubrían su declaración.
Antes que Marhuenda declaró Mauricio Casals, presidente de LA RAZÓN, quien también negó cualquier intento de coacción o presión hacia la presidenta de Madrid. También admitió su voz en las grabaciones, pero aseguró que de las mismas no puede desprenderse nada intimidatorio contra Cristina Cifuentes. «Claro que no» hubo coacción alguna, afirmó, para añadir que esas conversaciones hay que escucharlas desde el principio, «porque lo que valoraba era la figura de Edmundo (Rodriguez Sobrino)», quien, explicó, siempre se ha preocupado mucho por las enfermedades que ha sufrido y es una persona muy vinculada al periódico desde sus inicios. Al igual que sucedió con Marhuenda, la Fiscalía tampoco instó al magistrado la adopción de medida cautelar alguna respecto a Casals.
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