El desafío independentista
Juncker: «Los nacionalismos son un veneno para Europa»
Rajoy describe el soberanismo como un ataque a los valores de la Unión.
Rajoy describe el soberanismo como un ataque a los valores de la Unión.
«¡No os dejéis acojonar por Cataluña!». Este y otros gritos de parecido tenor pudieron escucharse a la entrada del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca donde tuvo lugar ayer la concesión del doctorado honoris causa al presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. El luxemburgués aprovechó la ocasión que se le brindaba para ser contundente en sus cargas de profundidad al separatismo catalán llegando a afirmar que los nacionalismo son «un veneno que impiden que Europa trabaje unida» y afirmando tajantemente su «no a todos los separatismos, que debilitan a la Unión».
Por su parte, durante un encuentro con los medios de comunicación poco antes de que comenzara el acto, el presidente del Gobierno español agradeció «el apoyo del 100% de los países de la Unión Europea, incluidos Bélgica y el parlamento flamenco», que votó en contra de apoyar a los secesionistas el miércoles. Rajoy consideró asimismo «muy reconfortante» que este apoyo a la «integridad territorial y al orden constitucional español» se haya producido en estos «momentos difíciles» que está atravesando el país. Para el presidente lo que se ha atacado en Cataluña son precisamente «valores fundamentales del proyecto de integración europea» como el imperio de la ley y la democracia. En este sentido, Rajoy dijo sentir «mucho aprecio» por los dos «europeístas» a los que la Universidad va a conceder el doctorado: Manuel Marín y Jean Claude Juncker. Sobre los siguientes pasos en la gestión de la crisis en Cataluña, el presidente del Ejecutivo afirmó que «el Gobierno tiene previsto todos los escenarios pero no estamos para opinar sobre escenarios». «Lo importante», dijo Rajoy, es que haya una «participación masiva el 21-D» y que, a partir de esa fecha, se cree en nuestro país una etapa nueva de «tranquilidad y normalidad» en la que se pueda relanzar la economía.
Precisamente en materia económica, los balones de oxígeno para el Gobierno siguen llegando desde Bruselas: la visita de Juncker a Salamanca coincidió con la publicación de la revisión de la previsión de crecimiento para España de la Comisión Europea. La subida del PIB prevista por Bruselas sube del 2,8 al 3,1 en 2018 y del 2,5 para 2019. «La reacción de los mercados a los acontecimientos recientes en Cataluña ha sido contenida» dice el informe para alertar a continuación: «Los futuros acontecimientos podrían tener impacto en el futuro». Rajoy se refirió a estas previsiones y destacó que España crece «muy por encima de la media europea» pero que ya se está empezando a notar el efecto de la situación de Cataluña «en el turismo y el comercio». «La gente quiere tranquilidad para que el bienestar y la riqueza de los españoles y particularmente los catalanes no esté en riesgo», resumió Rajoy.
Preguntado por los medios por la declaración de Forcadell, que estaba teniendo lugar en esos momentos en el Supremo, Rajoy no se salió del guión habitual cuando se trata de comentar la actividad judicial y afirmó: «Soy el presidente del Ejecutivo y la mejor aportación que puedo hacer es respetar las decisiones del judicial. Respeto las actuaciones de la fiscalía, de los miembros de la mesa y de los jueces».
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