La amenaza yihadista
Los yihadistas detenidos celebraban reuniones secretas para ensayar degollamientos masivos
La célula hispano-marroquí estaba preparada para «grandes atentados».
La célula hispano-marroquí estaba preparada para «grandes atentados»
La operación conjunta que ayer realizaron la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Española y la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST) del Reino de Marruecos ha evitado atentados «a gran escala, tanto en Marruecos como en España», planeados por el Estado Islámico contra objetivos que no han sido revelados, según fuentes conocedoras del asunto.
Las investigaciones realizadas han demostrado que la célula desmantelada, formada por seis individuos, cinco de los cuales vivían en Marruecos y uno, que era el jefe, en Melilla, se encontraba plenamente operativa. Este individuo, que residía habitualmente en la Ciudad Autónoma española, procedía de la zona de Beni Chiker, en las afueras de la localidad de Nador.
Los presuntos terroristas, uno de los cuales había militado en el Partido Popular de Melilla y trabajaba en un centro de menores, de donde ayer mismo fue despedido, se dedicaban al reclutamiento de jóvenes para integrarlos en el Daesh.
A este respecto, se les exponían imágenes de ejecuciones y atentados como ejemplo de lo que debían hacer en el futuro.
Se ha descubierto que celebraban reuniones nocturnas, en las que realizaban ejercicios físicos para tener la mayor fuerza posible; y ensayaban atentados mediante la decapitación de seres humanos con cuchillo y armas blancas similares.
El desmantelamiento de la célula produce en un momento en que desde el Estado Islámico se ha hecho un llamamiento a todos sus militantes y simpatizantes en el extranjero para que cometan el mayor número de atentados posibles.
Se trata de paliar el efecto mediático que tienen las derrotas militares que sufre la banda yihadista en Siria.
El cabecilla de la célula, residente en Melilla y originario de Nador, aprovechaba su puesto de trabajo como auxiliar educativo en el centro de reeducación de menores «Fuerte de la Purísima» para llevar a cabo las labores de captación y radicalización entre estos jóvenes en una especial situación de vulnerabilidad, según fuentes del Ministerio del Interior. De hecho, era inminente su «propósito y disposición de pasar a la yihad (lucha) violenta con un peligroso nivel de activación».
Según las citadas fuentes, «esta operación conjunta pone de relevancia la excelente colaboración existente entre la Policía Nacional y la Dirección General de Vigilancia del Territorio del Reino de Marruecos que, una vez más, ha posibilitado la neutralización de una peligrosa amenaza que afectaba a ambos países. La operación, que continúa abierta, se ha desarrollado bajo la supervisión del Juzgado Central Instrucción nº5 y la coordinación de la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Desde el 26 de junio de 2015, fecha en el que el Ministerio del Interior elevó a 4 el Nivel de Alerta Antiterrorista (NAA), las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han detenido a 199 terroristas yihadistas en operaciones realizadas en España y en el exterior y a un total de 244 desde principios de 2015.
Por su parte, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha subrayado que la «operación ha permitido desarticular una célula yihadista con una alta potencialidad para atentar. La labor de prevención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es fundamental para que no vuelvan a suceder hechos como los ocurridos en Cataluña».
También destacó «la importancia de la colaboración ciudadana a través de la iniciativa Stop Radicalismos», que pone a disposición de los ciudadanos una serie de canales para comunicar, de forma confidencial y segura, posibles de casos de posible yihadismo en su entorno.
No pagaba las cuotas
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, ha señalado que el jefe de la célula, un español de 39 años de origen marroquí, «era afiliado del PP melillense». Sin embargo, no tenían noticias de él «desde hace años», hasta el punto de señalar que desde entonces «carecía de derechos políticos en la formación» porque no paga las cuotas.
Era trabajador del Centro de Acogidas de Menores del «Fuerte de la Purísima» de Melilla, donde hay acogidos más de 300 menores extranjeros no acompañados (menas), la práctica totalidad marroquíes, todos menores de 18 años de edad. Este individuo «se estaba radicalizando» y había «encadenado varias bajas laborales», por lo que su asistencia al trabajo «era irregular».
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