Elecciones catalanas
La gran mayoría de los catalanes pide no apoyar a Mas
El 56,3% de los encuestados se muestra partidario de volver a votar en marzo y el 58,2 considera que la CUP no debe favorecer un nuevo mandato del president. Existe unanimidad en que la situación de desgobierno a la que los anticapitalistas y Junts pel Sí han sometido a Cataluña es perjudicial
Encuesta NC Report. El 56,3% de los encuestados se muestra partidario de volver a votar en marzo y el 58,2 considera que la CUP no debe favorecer un nuevo mandato del president
En el día decisivo en que la CUP decide el futuro político de Cataluña, esto es, si favorece la continuidad de la deriva independentista de Artur Mas o si, por el contrario, aboca al territorio a una nueva convocatoria electoral, los catalanes se decantan por acudir de nuevo a las urnas y reescribir su propia historia, sin hacerlo al dictado de la fuerza anticapitalista. Así se deduce de la última encuesta de NC Report elaborada para LA RAZÓN, según la cual un 56,3% de los entrevistados es favorable a repetir los comicios autonómicos. Sólo un 39% considera que la situación actual es reconducible y no ve necesario volver a votar, mientras que un 4,7% no sabe o prefiere no manifestar su opinión sobre esta cuestión.
Aunque la CUP esté ahora sometiendo a Mas a una agonía con sus innumerables asambleas y votaciones para decidir si sus diez diputados acaban invistiendo o no al convergente, durante los tres meses que ha durado la negociación para cerrar un pacto con el que poder arrancar la legislatura catalana, Junts pel Sí ha rebajado sus peticiones hasta ceder a la mayoría de planes sociales de los anticapitalistas. Un plan social de choque valorado en 270 millones de euros que no se sabe muy bien cómo se va a financiar, frenar algunos procesos de privatización de la gestión sanitaria o el complejo de casinos de BCNWorld son sólo algunas de las cesiones que la candidatura de Mas ofertó a la CUP para ser investido. Pero aun así, los anticapitalistas dudan. Además, la propuesta ofrece un gobierno de transición con un solo presidente –Artur Mas– y tres comisiones, una de ellas dirigida por un vicepresidente, que trabajarían de forma colegiada con el jefe del ejecutivo catalán. Y también accede a someterse a una cuestión de confianza en diez meses. La oposición tilda estas medidas de humillantes. También el ex socio Convergència, Josep Antoni Duran Lleida, pide a Mas que acabe su carrera política con dignidad.
Si atendemos a los rangos de edad, la repetición de las elecciones se impone en todos los sectores generacionales y son los jóvenes de entre 18 y 29 años quienes manifiestan una férrea defensa de la tesis proelectoral. En esta horquilla, la nueva cita con las urnas se impone en un 72,5% de los casos, por el 21,5% que se muestra contrario a la repetición de los comicios. A partir de los 30 años, la nueva afluencia a las urnas es defendida por el 54,1% de los encuestados y a partir de los 45 por el 55,3%. El rango de mayor edad, quienes superan los 65 años son partidarios de volver a votar en un 49,5% de los casos.
Para que se cumplan sus deseos de verse abocados a una nueva cita electoral, los catalanes necesitan que la CUP no facilite la investidura de Artur Mas, un aval que es rechazado por la mayoría de los encuestados. Un 58,2% de ellos entiende que la fuerza antisistema no debería apoyar a Mas para que reedite su mandato como president, por el 33,2% que se muestra partidario de que vuelva a presidir la Generalitat. Un 8,6% no sabe o prefiere no manifestar su opinión al respecto. Si nos centramos en los rangos generacionales, el rechazo a la investidura de Mas se impone en todos ellos y son los mayores de 65 años quienes se muestran más críticos con un futuro apoyo de la CUP (62,5%). Le siguen los más jóvenes, de entre 18 y 29 años, con un 60% y los entrevistados de entre 30 y 64 años con valores del 56%.
Si hoy logra el «sí» de la CUP, la política de «Dragon Khan» que lastró al tripartito catalán –PSC, ERC e ICV–, será suave al lado de lo que le espera a Mas. Los tres meses de negociaciones para cerrar o no un acuerdo de gobierno evidencian división y fractura. Si acaba habiendo luz verde para construir un gobierno la próxima semana, será un ejecutivo débil al que le va a ser difícil llegar a acuerdos para gestionar el día a día. A diferencia del Gobierno, Cataluña tiene los presupuestos prorrogados. Se ha batido un tiempo récord de gobierno en funciones y los ciudadanos reclaman volver a centrarse en la gestión de los problemas urgentes. El 20-D, el soberanismo sufrió un varapalo. Los catalanes optaron por una opción no soberanista. Para salir de este lío y el desprestigio acumulado, sea en marzo o más adelante, Cataluña necesitará elecciones.
Existe prácticamente unanimidad entre los encuestados en que la situación de bloqueo y desgobierno que se vive en Cataluña, desde que hace tres meses se produjeran unos comicios que arrojaron un panorama ingobernable, perjudica al territorio. Un 77,6% es partidario de esta tesis, mientras que un 15,5% no considera que el hecho de llevar 90 días con un gobierno en funciones genere un contexto desfavorable. Un 6,9% no tiene o no quiere expresar su opinión sobre este asunto. Por edades se impone la tesis del desgobierno desfavorable en todos los rangos, siendo el de entre 45 y 65 años el que se muestra más crítico al respecto (80,3%), seguidos de los mayores de 65 años (79,9%).
El sentimiento independentista cae 2,6 puntos en un mes
El sentimiento independentista se desinfla. Así queda demostrado en la encuesta de NC Report para LA RAZÓN, en la que se constata que el apoyo actual a la secesión es del 44,1%, frente al 49,7 que la rechaza. Entre los mayores de 44 años, el «no» supera ampliamente el 50%; es del 52,2% entre los 45/64 años y del 59,2% entre los mayores de 64. Mientras que entre los menores de 30, el «sí» cuenta con un respaldo del 56,5%. Tres meses después de las elecciones autonómicas del 27-S, la coalición independentista Juntos por el Sí ha perdido cuatro puntos porcentuales, 6 diputados y más de 200.000 votos. Pero la caída de la coalición de Mas y Junqueras viene acompañada de un aumento en la diferencia entre independentistas y no independentista. En noviembre de 2013, el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat de Cataluña (CEO) calculaba que el «sí» se impondría al «no» por 3,2 puntos de ventaja, mientras que el estudio de noviembre de 2014 le daba la vuelta y situaba la ventaja del «no» sobre el «si» en 2,1 puntos. Según el barómetro del CEO de dicho año, la correlación de fuerzas era de 45,3% a favor y 47,4 en contra. Mientras, en el último estudio del CEO del pasado noviembre el «no» se imponía al «sí» por 1,1 puntos (47,8% frente al 46,7). De esta forma, según los datos que se desprenden del sondeo de NC Report, en apenas un mes el sentimiento independentista ha caído 2,6 puntos.
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