Podemos
La impunidad del «Tramabús» de Iglesias
El autobús de Podemos para denunciar a empresarios y políticos circuló ayer por Madrid incumpliendo el Reglamento de Circulación, la Ordenanza de Movilidad y la Ley de Seguridad Vial sin ser multado por la Policía.
El autobús de Podemos para denunciar a empresarios y políticos circuló ayer por Madrid incumpliendo el Reglamento de Circulación, la Ordenanza de Movilidad y la Ley de Seguridad Vial sin ser multado por la Policía.
El «Tramabús» que Podemos puso en marcha ayer indica que la formación vuelve a su campaña de agitación en las calles. Quieren marcar la agenda política y esta estrategia es una de sus bazas para alcanzar el poder; con radicalidad en la calle y oposición beligerante en el Congreso. El partido morado fletó ayer este vehículo –serigrafiado con las caras de, entre otros, Mariano Rajoy, José María Aznar, Jordi Pujol o empresarios como Miguel Blesa, Gerardo Díaz Ferrán, Juan Miguel Villar Mir– para explicar «las líneas de poder que existen entre las élites económicas y políticas». Sus impulsores no tuvieron ayer mayor problema para circular por las calles de la capital a pesar de haber ido incumpliendo a lo largo de su recorrido, en reiteradas ocasiones, el Reglamento de Circulación, la Ley de Seguridad Vial y la Ordenanza municipal de Movilidad. Así lo denunciaron ayer desde algunos sectores de la Policía Municipal de Madrid, bastante molestos con la especial deferencia que se ha tenido hacia este vehículo «denuncia».
En el día de su estreno, el autobús circuló durante algo más de tres horas por distintas sedes de grandes constructoras y eléctricas además de pasar por el Congreso o la sede del PP. Aunque en la mayor parte de su recorrido sólo pasaban por delante de las empresas, el «Tramabús» sí efectuó varias paradas, incumpliendo la normativa. Lo hicieron en la calle Ribera del Loira, sede de Endesa, para recoger a la portavoz de Podemos en el Congreso, Irene Montero; en la misma rotonda de Plaza Castilla, junto a las Torres Kio (sede de Bankia), donde se subió el líder del partido, Pablo Iglesias y también en la sede de FCC, en la calle Federico Salmón, donde incluso conectaron en directo con un programa de televisión. En ninguna de estas paradas, al menos, estacionaron de forma correcta, pararon menos de dos minutos ni, en el mejor de los casos, sacaron el tique de la hora al estacionar en zona azul. Desde la cuenta oficial de Podemos en la red social Twitter colgaron incluso fotos del autobús donde se aprecian paradas en zona azul o marcas viales amarillas que prohiben la parada superior a los dos minutos. Sin embargo, allí no se presentó ningún agente de Tráfico ni de Movilidad porque, en esta ocasión, ningún mando de la Policía Municipal (del Área de Seguridad) o de Movilidad (Área de Medio Ambiente) del Gobierno de Carmena ordenó enviar a nadie a comprobar, al menos, que el autobús tenía todo en regla.
Así empezaron a perseguir al autobús de Hazte Oír el mes pasado. En aquella ocasión, la Jefatura de la Policía Municipal ordenó enviar a una patrulla de la Unidad Especial de Tráfico para «interceptar» el autobús ultraconservador y comprobar que el vehículo pertenecía a una empresa legal, que lo llevaba un conductor experto y que contaba con permiso de circulación, la ITV y el seguro obligatorio, así como la Tarjeta de Transportes en vigor. Ayer, sin embargo, tampoco se envió a nadie cuando pararon en doble fila, en una zona donde se prohibe el estacionamiento, o en zona azul. A Hazte Oír, por el contrario, sí les multaron cuando pararon en Cibeles y, en teoría, les están tramitando una denuncia por incumplir la Ordenanza de Publicidad, motivo pro el que se expedientó a los primeros agentes de Tráfico al no haberla cursado de forma inmediata. También se ordenó que le interceptaran Tráfico, Unidad de Distrito, Gestión de la Diversidad y el Secai. Es decir, cuatro unidades para el mismo autobús. Ayer, ninguna.
«Cuando se trata de un tema mediático ningún agente actúa de oficio, son los mandos quienes deciden cuándo intervenir y aquí nadie a dicho ni pío», explicaba ayer un agente que reconoce que «ha habido discusión por este asunto, sobre todo, porque está muy reciente los expedientes abiertos a los dos compañeros».
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