Las negaciones de Trias

Desde hace tiempo, al ex alcalde de Barcelona le ha seguido la sospecha: desde millonarias cuentas en Suiza a vínculos con la trama del 3%.

La larga sombra de la corrupción ha perseguido desde hace tiempo a Xavier Trias, ex alcalde convergente de Barcelonay ex conseller de Jordi Pujol, algo que él ha negado reiteradamente y que ha tratado de vincular con oscuras operaciones dedicadas a desacreditarlo. Un buen ejemplo de ello se tuvo el pasado mes de febrero cuando Trias vinculaba las investigaciones policiales contra la corrupción en la antigua CDC al juicio oral por el el referéndum ilegal del 9 de noviembre.

En ese momento, Trias manifestó su convicción de que actuaciones como esta «generan operaciones mediáticas que, por mil historias, tienen clara intencionalidad política». «Lo que pasa no es casual, nos pasa continuamente», señaló Trias sin disimular su enfado, al tiempo que recordaba como antes de las elecciones autonómicas y las municipales también aparecieron acusaciones de corrupción contra el expresidente catalán Artur Mas y contra él, lo que, en su opinión, «demuestra que tenemos una democracia de bajo nivel».

La anterior etapa de Trias como alcalde de Barcelona ha estado en el ojo del huracán, con muchas dudas en la gestión de proyectos urbanísticos como el relacionado con el túnel de la plaza de las Glòries. El pasado febrero su ex concejal de Urbanismo, Antoni Vives, fue detenido e investigado dentro de las pesquisas sobre la trama del 3 por ciento junto con el presidente del Puerto de Barcelona, Sixte Cambra; el ex secretario de Convergència Francesc Sánchez, a quien Artur Mas le encargó la refundación del partido; el ex tesorero de CDC Andreu Viloca y el ex director general de Infraestructures de la Generalitat Josep Antoni Rosell.

La investigación de la Guardia Civil se centró en la licitación de contratos amañados con una serie de empresas que, a la manera de contraprestación, habrían realizado donaciones a fundaciones cercanas a los convegentes. Trias definió en ese momento las detenciones como «una importante persecución», especialmente todo lo relacionado contra Vives.

Pero durante su paso por el Ayuntamiento de Barcelona, Trias incluso viajó a Menorca para asistir a la boda de la hija de Artur Mas. Sin embargo, luego se supo que el entonces alcalde cargó los gastos a las arcas del consistorio barcelonés. En declaraciones a BTV, el político precisó que si bien el Consistorio pagó su viaje, no así el de su mujer, «que lo pagué yo», señaló. Trias aseguró que si fue a esa boda fue porque en aquel momento «era el alcalde de Barcelona». Otra vez enfadado por el hecho de que su administración al otro lado de la plaza Sant Jaume fuera objeto de controversia, el político dejó caer que sabía quién estaba detrás de la divulgación del dato. Nunca reveló el dato.

El nombre de Xavier Trias ha estado en el ojo del huracán como supuesto beneficiario de una cuenta corriente en Suiza. En octubre de 2014, el periódico «El Mundo» publicó que Trias tendría cuentas con 12,9 millones de euros en Andorra y Suiza. En su momento, el entonces alcalde de Barcelona negó la información y acusó al Gobierno de estar detrás de la filtración periodística, una causa que fue archivada por Anticorrupción. Trias y la antigua CDC presentaron una querella en el Tribunal Supremo contra el que fuera ministro de Interior Jorge Fernández Díaz.Trias advirtió de que las informaciones sobre sus supuestas cuentas corrientes tenían «intencionalidad política». «Estoy harto de este periodismo que quiere hacer política y lo hace explicando mentiras», agregó en referencia no sólo a ésta sino también a las informaciones que publicó en plena campaña electoral sobre supuestas cuentas ocultas en el extranjero del presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el ex presidente catalán Jordi Pujol.

En diciembre del pasado año, el Supremo constató que no apreciaba indicio delictivo alguno en las conversaciones grabadas entre Jorge Fernández Díaz y el ex director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso, por lo que inadmitió la querella, y acordó el consiguiente archivo.

En la querella interpuesta en septiembre de 2016, Convergència (rebautizada ahora como Partit Demòcrata Europeu Català) y Trias acusaban a los querellados de la supuesta comisión de delitos de violación de secretos, prevaricación y malversación de caudales públicos.