Corrupción en CDC
Los correos del ordenador del despacho de Trias delatan las «mordidas»
Cuando el ingreso del «donativo» se realizaba, se acusaba recibo de «lo mío» o «lo acordado» por Daniel Osácar.
El ordenador personal de Daniel Osácar, ex tesorero de Convergència Democrática de Cataluña, hallado por la Guardia Civil en la sede de este partido, en el que Osácar tiene despacho (el que ocupa habitualmente Xavier Trias) se ha convertido en una de las piezas claves para desentrañar la trama que supuestamente montaron los convergentes para cobrar un 3% por la adjudicación de cada obra que licitaban las instituciones que gobiernan o gobernaban. Según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, en el ordenador están todos los correos (aunque hubiesen sido borrados) que Osácar ha emitido o recibido en los últimos años. Los especialistas de la Benemérita han establecido un sistema de trabajo para vincular los correos, por la fecha en la que fueron emitidos, y los ingresos que recibió como «donaciones» o trabajos que no se llegaron a realizar, la fundación de CDC, CatDem, cuya contabilidad obra también en poder del Instituto Armado y que le fue entregado por el actual tesorero, sucesor de Osácar, Andreu Viloca.
Los investigadores no descartan que la «correspondencia» entre el ex tesorero y la fundación esté llena de claves y que incluso se utilizara un lenguaje convenido, pero confían en hallar las evidencias que demuestren lo que ya se ha acreditado gracias a documentos manuscritos o de ordenador hallados en los registros. En ellos, según las citadas fuentes, se demuestra que algunas empresas tenían que ingresar un 3% a la fundación para que las instituciones que licitaban la obra se la adjudicaran. Es el caso de la «contabilidad» hallada en julio en el registro de la empresa Teyco, de la familia Sumarroca; y la carpeta encontrada, escondida o perdida, detrás de un gran ordenador en el despacho de Viloca, que es copia de un contrato mercantil de otra empresa, en el que se deduce la entrega de comisiones.
En los correos de Osácar, por lo que se ha podido comprobar hasta ahora, cuando el ingreso del «donativo» se había realizado, simplemente se acusaba recibo de «lo mío» o «lo acordado». Otra cosa, es cuando se producían retrasos o divergencias, cuando el flujo de correos era mucho mayor y, por lo tanto, las pistas que puede hallar la Guardia Civil son mucho más numerosas y concluyentes. Algunos creen que un simple borrado de los datos de un ordenador, o incluso el repaso con programas que están disponibles, previo pago de su importe, en el comercio o en internet, lo dejan completamente «limpio». Se trata de un grave error para el que trata de ocultar información a las Fuerzas de seguridad.
Cuando los agentes llegaron a la sede de CatDem, se encontraron la sorpresa, que hicieron constar en diligencias, de que los empleados las informaban que allí no había datos contables sino que se encontraban en la sede de CDC, a la que, previa autorización del juez, se dirigieron con el fin de registrar el despacho de Andreu Viloca. Simultáneamente, se procedía al registro del domicilio de Daniel Osácar, que también manifestó que allí no tenía nada sino que todo estaba en su despacho, el que ocupaba habitualmente Xavier Trias. Es decir, que tuvieron que realizar dos registros en sendos despachos pero no la sede del partido en su totalidad.
Sobre el total de la cantidad que podía haber recibido CDC a través de este sistema de «donaciones» a CatDem, las citadas fuentes señalaron que la consignada en los documentos que ya han sido encontrados y judicializados son sólo un indicativo del dinero que se ha movido, que puede alcanzar cifras millonarias. Los investigadores sospechan que, como en el «caso Palau», algunos de los servicios contratados eran inexistentes o estaban muy hinchados, todo ello con el objetivo de dar cobertura legal a lo que no era más que el cobro final de las comisiones de Teyco y otras empresas. El caso del Palau de la Música, todavía pendiente de juicio, supuso un expolio de 26 millones de euros.
Por otra parte, el juez de El Vendrell, instructor de esta investigación denominada «caso Petrum», ha dirigido un oficio al Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil para que, a la mayor urgencia, proceda a la recomposición de los papeles triturados (siete u ocho folios, en los que se podía ver el anagrama de Teyco) que fueron hallados en la sede de CDC, con el fin de que se pueda conocer su contenido. La labor de los especialistas consiste en separar por «montones» las tiras correspondientes a cada folio para que después sean los investigadores los que recompongan el texto. El magistrado considera muy importante conocer su contenido dado que al haber sido triturado el informe debía tener datos relevantes.
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