Bélgica
Los letrados del Parlament dicen no a la investidura telemática
Se oponen también a que los cuatro ex consellers fugados en Bélgica deleguen el voto. Los soberanistas perderían cinco apoyos
Se oponen también a que los cuatro ex consellers fugados en Bélgica deleguen el voto. Los soberanistas perderían cinco apoyos.
Esquerra ya tiene el aval para evitar que Carles Puigdemont repita en la presidencia de la Generalitat. El informe de los letrados del Parlament, al que había fiado la posibilidad de facilitar una investidura desde Bruselas del ex president, dio un portazo a esta opción y aboca al independentismo a nuevas desavenencias, además de poner en peligro su mayoria parlamentaria tras rechazar la delegación del voto. Los servicios jurídicos de la Cámara catalana señalaron ayer que la presencia del candidato, Puigdemont, se hace «evidente» y excluye la posibilidad de «delegación o sustitución» por la naturaleza «especial» del debate, que gira, precisamente, en torno al aspirante a presidir el Govern.
Según precisa el documento, este tipo de sesiones parlamentarias –también en alusión a las mociones de censura o mociones de confianza– dependen de la «participación directa y personal del candidato o del presidente de la Generalitat», ya que sin su presencia supondría la ausencia de un «elemento esencial del procedimiento, sin el cual este no podría cumplir su función estatutaria». Asimismo, el texto continúa definiendo que el objetivo de este tipo de debate es «convencer», propiciando el «diálogo» y la «interacción» entre el candidato y el resto de diputados, para concitar el apoyo.
Lo cierto es que el revés a Puigdemont abre una nueva fase llena de incertidumbres y tensiones en las negociaciones en el seno del independentismo. Y es que ERC, que ha apostado esta legtislatura por distender las relaciones con el Estado y aparcar las excentricidades, difiere porfundamente de la línea de enfrentamiento con Madrid que está tratando de imponer el ex president. A falta de reacciones a este informe, Esquerra había condicionado facilitar la investidura telemática a que los letrados del Parlament y los asesores jurídicos del partido dieran luz verde, mientras desde JxCat se insistía en que el reglamento del Parlament permitía ampliamente esa votación.
Si bien, conviene recordar que este tipo de dictamenes no son vinculantes –amplios precedentes existen de la pasada legislatura, cuando el independentismo los omitía para seguir adelante con sus maniobras parlamentarias hacia la ruptura–, por tanto la última palabra quedaría en la Mesa, presumiblemente de mayoría independentista. Todavía continúan las negociaciones, y aunque todo apunta a que ERC volverá a ostentar la presidencia, los republicanos siguen sin confirmarlo, a la espera de cómo se desarrollan los acontecimientos, ya que pretenden rehuir asumir responsabilidades disparatadas, como la de permitir una investidura a distancia.
Esta circunstancia, sin embargo, alimentaría la posibilidad de que su líder, Oriol Junqueras, pueda volver a postularse como candidato a president –opción que ha perdido fuerza tras la permanencia en prisión dictada por el Tribunal Supremo el 4 de enero–, ya que en las filas republicanas creen que su encarcelamiento preventivo no «será eterno». Si bien, desde JxCat no quieren oír hablar de este planteamiento, ya que consideran que el cambio de presidente sería «legitimar» la aplicación del 155, y en cualquier caso, tampoco cederían con facilidad y muy probablemente forzarían «in extremis» una alternativa de la propia candidatura –Jordi Turull o Josep Rull–.
Por otro lado, el documento también rechaza la posibilidad de delegar el voto para las circunstancias que rodean a los diputados encarcelados y fugados, lo que dejaría al independentismo en 62 escaños y sin mayoría –se necesitan 68–. El texto recuerda que sólo pueden optar por este derecho en caso de «baja por maternidad o paternidad y los supuestos de hospitalización, enfermedad grave o incapacidad prolongada debidamente acreditadas». Si bien, como en la investidura a distancia, la decisión sobre si pueden delegar el voto recae sobre la Mesa del Parlament, aunque advierte de que, si la Mesa decide que pueden delegar el voto, «difícilmente esto encajaría en la letra y el espíritu de la norma». En este sentido, sobre este supuesto decidirá la diputación permanente del Parlament, cuya Mesa se reúne hoy, o la Mesa de Edad, que presidirá el día de la constitución del Parlament, formada por el diputado de mayor edad y los dos más jóvenes –los tres serían de ERC, Ernest Maragall, Rut Ribas y Gerard Gómez del Moral–.
En todo caso, lo que aconsejan los letrados es una reforma del reglamento para que sea posible la investidura de Puigdemont y que los ocho diputados electos que están en la cárcel o en Bélgica deleguen el voto. Si bien, para evitar nuevamente episodios de la legislatura anterior, señala que esta reforma debería seguir los trámites ordinarios y afirma que «no sería apropiado» tramitarlo de forma urgente a través de la lectura única.
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