El desafío independentista
Los soberanistas pierden la mayoría absoluta
Ni juntos ni por separado alcanzarían los 68 escaños necesarios para hacerse con el control en el Parlament. ERC, la fuerza más votada, se vería obligada a buscar un acuerdo con la marca catalana de Podemos
Ni juntos ni por separado alcanzarían los 68 escaños necesarios para hacerse con el control en el Parlament. ERC, la fuerza más votada, se vería obligada a buscar un acuerdo con la marca catalana de Podemos.
Es demasiado pronto para comprobar si la aplicación del artículo 155 de la Constitución concede oxígeno electoral a los partidos independentistas, pero ya podemos saber que el encarcelamiento de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart no ha fortalecido a los soberanistas en términos demoscópicos. O, cuanto menos, no lo suficiente para compensar la erosión que está provocando en la parroquia «estelada» la fuga de empresas y la permanente amenaza de una declaración unilateral de independencia (DUI).
Según una encuesta de NC Report elaborada para este periódico entre los días 16 y 21 de octubre (de lunes a sábado de la pasada semana), el bloque independentista no alcanzaría hoy la mayoría absoluta con ninguna de sus combinaciones. La coalición de Junts pel Sí (que integra a ERC y al PDeCAT) obtendría 61 escaños en el caso de reeditarse –uno menos que hoy en día–, mientras que la CUP se haría con 6 diputados
–cuatro menos–. Sumarían, por tanto, 67 y se quedarían un escaño por debajo de la cifra que da la mayoría absoluta (68) en el Parlament de Cataluña. Tampoco lograrían su objetivo yendo por separado, ya que ERC conseguiría 41 escaños, el PDeCAT 18 y la CUP 6; es decir, un total de 65.
La clara victoria de Esquerra, en consecuencia, no le garantizaría poder gobernar a sus anchas, ya que los republicanos se verían obligados a alcanzar algún tipo de acuerdo con la franquicia catalana de Podemos –Catalunya Sí que es Pot (14 escaños)–, la única que ha mostrado algún tipo de proximidad con los postulados soberanistas (referéndum de autodeterminación). Lo cierto es que la encuesta dibuja un Parlament con un alto riesgo de ingobernabilidad y concede la llave de todas las alternativas a los podemitas.
En el improbable caso de que el bloque constitucionalista lograra arrastrar a Catalunya Sí que es Pot (CSQP) a sus posiciones, sumarían un total de 70 escaños distribuidos de la siguiente manera: Ciudadanos 26, PSC 17, CSQP 14 y PP 13. Sin embargo, hay que considerar este pacto (viable aritméticamente) como un ejercicio de política ficción debido a la insalvable distancia que separan a los podemitas de ciudadanos y populares.
Es interesante comprobar la evolución de los partidos soberanistas y, en particular, fijarse en las fugas. Suponiendo que no hubiera una reedición de Junts pel Sí –el extremo más probable, según lo conocido hasta la fecha–, ERC ganaría las elecciones con una notable ventaja. Los republicanos se llevarían el 51,1% del voto de JxSí y un total de 41 escaños, mientras que los neoconvergentes del PDeCAT tan sólo arrastrarían el 27,4% de los sufragios de la actual coalición independentista (18 escaños). Esto significa que los herederos de Convergència, víctimas desde hace tiempo de un grave desgaste, pasarían a ser la tercera fuerza del Parlament por detrás de ERC y de Cs (26). Cabe destacar que un 10,2% del voto de JxSí se pasaría ahora a la abstención. Los dos principales actores del soberanismo restan a medida que avanza el tiempo.
El análisis del bloque soberanista se completa con la mengua de la CUP, que vería cómo sus 10 actuales diputados se convierten en 6. Los antisistema son quienes más fugas experimentan, ya que sólo conseguirían retener el 58% de su voto actual, mientras que un 20% se abstendría, un 13% se cambiaría a ERC y un 8% se marcharía a CSQP. Las pérdidas de la CUP explican por sí solas el fin de la mayoría absoluta de los partidos independentistas.
Las posiciones de las formaciones constitucionalistas, por su parte, se anotan una subida respecto a los resultados electorales del 27 de septiembre de 2015. Ciudadanos retendría su condición de segunda fuerza con 26 diputados (uno más que en la actualidad), el PSC de Miquel Iceta conseguiría 17 (+1) y el PP lograría 13 (+2). Todos ellos se ven favorecidos por una alta retención del voto y por el aumento del abstencionismo en las filas soberanistas. De hecho, la encuesta de NC Report pronostica una participación del 71% en unas eventuales elecciones, tres puntos por debajo de la cifra récord (74,9%) que se alcanzó en 2015.
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