Medio millón menos que en 2015

Las policías locales cifran en unos 815.000 los participantes en las cinco manifestaciones independentistas celebradas ayer en Cataluña. La Guardia Urbana calculó que 1,4 millones se unieron a la Diada del año pasado

¿Está experimentando un desgaste el movimiento independentista en Cataluña? Este era el gran interrogante que planeaba sobre la Diada de ayer y, a la luz de los cálculos de las policías locales, la conclusión es obvia: sí. La Guardia Urbana de Barcelona cifró el año pasado en 1,4 millones los manifestantes que acudieron a la «Vía catalana» organizada por la ANC y Òmnium Cultural en la avenida Meridiana de la capital catalana. La imponente cifra sufrió ayer un severo retroceso, puesto que las policías locales estimaron que en la Diada descentralizada de este año participaron unas 815.000 personas (es decir, unas 585.000 menos).

La Diada de ayer se celebró en cinco puntos de Cataluña: Barcelona, Berga (Barcelona), Salt (Girona), Lleida y Tarragona. Y estos fueron los cálculos que ofrecieron las policías locales de las localidades mencionadas: 540.000 en Barcelona, 60.000 en Berga, 135.000 en Salt, 30.000 en Lleida y 50.000 en Tarragona. Es decir, unas 815.000 personas.

Los organizadores, como era de esperar, realizaron estimaciones superiores y elevaron los manifestantes por encima del millón de personas. En cambio, la Delegación del Gobierno en Cataluña calculó que el total de participantes rondó, en total, las 370.000 personas.

Aunque las cifras son desiguales, la conclusión de todas ellas es unánime: el número de personas que sale a las calles con motivo de la Diada va a la baja. La tendencia ya pudo observarse en 2015, año en que la Guardia Urbana calculó que 1,4 millones acudieron a la «Vía catalana». En 2014, la Urbana aseguró que los manifestantes eran 1,8 millones.

Societat Civil Catalana (SCC), por su parte, a partir de un trabajo de campo propio, consideró que las cinco manifestantes independentistas fueron secundadas 292.000 personas. La entidad, contraria a la independencia de Cataluña, cifró en 140.000 los manifestantes en Barcelona; 65.000, en Tarragona; 28.000, en Lleida; 47.000, en Salt (Girona); y 12.000, en Berga (Barcelona).

La asociación realizó el estudio a través del que es su Observatorio de Resultados Electorales, en el que participan técnicos de diferentes disciplinas. «Para conseguir este dato se ha utilizado el servicio de cálculo automático de superficies del Instituto Cartográfico de Cataluña en función de informaciones obtenidas de la retransmisión de TV3 y de la red de colaboradores de Societat Civil Catalana que ha trabajado a pie de calle», explicó SCC en un comunicado.

La entidad aseguró que este año la Guardia Urbana de Barcelona «ha dado una cifra imposible» (540.000 manifestantes) y exigió que el Ayuntamiento de Barcelona de Ada Colau «ofrezca una explicación pública detallada de esas cifras físicamente irrealizables».

Satisfacción, pese a todo

Pese al descenso de la movilización, los organizadores no quisieron echarle agua al vino. Aseguraon que el pueblo de Cataluña había vuelto a estar a la altura y se felicitaron por ser la única población del mundo que consigue cifras de manifestantes tan espectaculares.

Las cinco movilizaciones, de una hora y cuarto de duración, han estado conectadas a través de pantallas gigantes. El momento culminante llegó cuando todos los manifestantes levantaron una cartulina circular y amarilla a modo de latido. Después tomaron la palabra las dos principales entidades soberanistas, la ANC y Òmnium, que volvieron a reclamar un referéndum para concretar la independencia.

«Saldremos a la calle, hasta que nos dejen irnos»

Un padre y una madre, junto a sus tres hijos, llegados ayer en coche a Barcelona desde el municipio de El Masnou, compartían la sombra con un treintañero que leía la prensa sin pestañear. «Hasta que nos dejen irnos de una vez, vamos a seguir saliendo a la calle para demostrarle al mundo de qué piel estamos hechos los catalanes», comentaba algo rígido Iván, el padre de la familia, mientras los demás callaban como rocas.