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La Diada electoral se desinfla
La manifestación independentista concentró ayer a 1,4 millones de personas, según la Guardia Urbana, 400.000 menos que el año pasado, cuando reunió a 1,8 millones. Es el peor dato desde que el frente soberanista convirtió la Diada en un altavoz a sus reivindicaciones separatistas.
La marcha separatista reúne a 400.000 personas menos que el año pasado según datos de la Guardia Urbana. La cifra de 1,4 millones sería el peor dato desde que Artur Mas inició la ofensiva soberanista en 2012
Quienes ayer por la tarde cogieron el metro que pasa por la avenida meridiana de Barcelona pudieron experimentar qué se siente en los trenes de Tokio en hora punta. La marabunta humana venía de la «perfomance» soberanista que la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural organizan para la Diada desde 2012. A diferencia de otras ediciones, este año, se respiraba un clima enrarecido, pues tanto una como otra asociación integran la candidatura de Junts pel sí, junto a ERC y CDC, lo que ha llevado a partidos como Unió, ICV o el PSC a desmarcarse de un acto que el presidente de la ANC, Jordi Sànchez, resumió como «el trayecto final de la gran ola de cambio que Cataluña vivirá» el próximo 27 de septiembre.
Artur Mas, en un intento de respetar el papel de «presidente de todos los catalanes», en esta ocasión tampoco participó en la manifestación, pero se las ingenió para que la Diada coincidiera con el primer día de una campaña inusual, que su candidatura, Junts pel sí, plantea en clave plebiscitaria. Días antes, los organizadores se hartaron de prometer a los ciudadanos que la manifestación no sería partidista para conseguir la suficiente gente como para demostrar que hay una mayoría a favor del proceso soberanista. «Europa no dará la espalda al mandato democrático», dijo un Sànchez embriagado de emoción, obviando qué ha pasado en Grecia en el último medio año.
En el discurso político del acto, el presidente de la ANC no tuvo reparos en pedir el voto para las candidaturas independentistas: «Lo tenemos en las manos, que nadie tenga miedo al cambio». Mientras que a los futuros diputados de la lista soberanista, que estaban en la fila cero de la manifestación, como Oriol Junqueras, Raül Romeva o Francesc Homs, les reclamó que no claudiquen y que el 28 de septiembre pongan en marcha el plan para «desconectar» Cataluña de España en 18 meses.
Aunque los organizadores lograron otra exhibición de fuerza del independentismo, no sedujeron a tantos catalanes como en anteriores ocasiones. Según la Guardia Urbana, en 2012, 1.500.000 personas desfilaron por las calles de Barcelona bajo el clamo de «tenemos derecho a decidir». Un 11 de Septiembre más tarde, 1.600.000 personas formaron una cadena humana a lo largo de los 400 kilómetros que hay del sur al norte de la costa catalana. En 2014, 1.800.000 catalanes pintaron la Diagonal con los colores de la «senyera». Mientras que este año, en la «Via Lliure» que trazaron ayer en la avenida Meridiana había 1.400.000 personas, 485.000 inscritas oficialmente.
Épica y lírica
Sin embargo, según cálculos de la plataforma antisoberanista Societat Civil Catalana, «teniendo en cuenta que el recorrido de la “via lliure” era de 5.200 metros, que el ancho medio de la avenida Meridiana es de 35 metros y la densidad máxima de ocupación es de 3,5 personas por metro cuadrado, el número máximo de asistentes era de 637.000». La Delegación del Gobierno, por su parte, contó en 2012 y 2023, 600.000 personas; en 2014, 520.000 y esta edición, 550.000.
Pese a no lograr las cifras de otros años, Mas, que recibió a los organizadores en el Palau de la Generalitat, expresó su satisfacción porque a su entender conseguió lo que perseguía, una demostración de fuerza ante de las elecciones. Resumió la manifestación de la Diada en tres palabras, «orgullo», «confianza» e «ilusión». Tres palabras que aparecen continuamente en el relato épico de la independencia que el president de la Generalitat empezó a escribir hace tres años, tras la manifestación de 2012.
Para hacerse una idea, lo más parecido que tiene Barcelona a la «performance» independentista de este año es la cabalgata de los Reyes Magos. Niños, música, ilusión y gente esperando a lado y lado de la Meridiana. Sólo que en vez de Melchor, Gaspar y Baltasar, los soberanistas entregan sus cartas a Mas, Junqueras y Romeva. Unas cartas con un solo deseo, la independencia de Cataluña.
A lo largo de los 5,1 kilómetros de «via libre» que quedó entre la muchedumbre, en vez de carrozas desfilaron a buen ritmo, una quincena de atletas transportando un macropunzón amarillo, que desde el aire simulaba una flecha que iba dirección al Parlament de Cataluña, «donde irán a parar los votos el 27-S». A su paso, los participantes, que vestían camisetas blancas con la inscripción «vía libre a la república catalana», levantaban unas cartulinas de colores. A cada color le habían dado un significado, el amarillo, desde donde partían los atletas, era «vía libre hacia la democracia» y el naranja, el punto de llegada, representaba «la educación, la cultura y la solidaridad».
En la meta, el punzón encajaba, como si fuera un puzzle, con el escenario desde donde tuvieron lugar los parlamentos y actuaciones.
La «performance», fiel a la épica soberanista, empezó a las 17.14 horas, los números del año en que Barcelona cayó ante las tropas borbónicas, la efeméride que se celebra en la Diada. El pistoletazo de salida, lo dio la niña que animó a votar el 9-N, con un llamamiento a votar por ella el 27-S para «un futuro mejor».
En clave política, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, se mostró muy satisfecho al empezar la marcha por «la movilización extraordinaria» para participar en la manifestación independentista en la avenida Meridiana y expresó su deseo de que «se convierta en un gran resultado político» en las elecciones del 27 de septiembre. «Estamos viendo una movilización extraordinaria, de esto todos somos testigos», afirmó Junqueras en la cabecera de la llamada Vía Libre a la República Catalana.
El candidato de la CUP a las elecciones del 27S, Antonio Baños, aseguró por su parte que la Meridiana, donde se celebra la manifestación independentista de la Diada, es el «punto de salida» a la «lucha por la libertad del pueblo catalán». En declaraciones en la manifestación, se mostró «convencido» de que «para llenar el Parlament primero se tienen que llenar las calles». El conseller de la Presidencia de la Generalitat, Francesc Homs, ha calificado la manifestación como algo inédito en Europa por el volumen de manifestantes y dijo que merece el «respeto».
El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, finalmente, llamó a la participación y pidió no caer en una guerra de cifras.
La evolución de la manifestación: menos gente y menos kilómetors
2012
- MAREA HUMANA
Primera diada movilizada desde la Generalitat de Mas.
- 1,5 MILLONES
de asistentes según la Guardia Urbana, 600.000 según Interior.
- 3 KILÓMETROS
Recorrieron los manifestantes.
2013
- CADENA HUMANA
Los asistentes unieron sus manos desde El Pertús hasta Alcanar.
- 1,6 MILLONES
de manifestantes según la Guardia Urbana, 600.000 según Interior
- 400 KILÓMETROS
de longitud
2014
- LA «V»
sin avanzar, los catalanes ocuparon la Diagonal y la Gran Vía de Barcelona.
- 1,8 MILLONES
de asistentes según la Guardia Urbana, 520.000 según Interior.
- 11 KILÓMETROS
midió la «V».
2015
- «VÍA LLIURE»
los asistentes ocuparon la Meridiana.
- 1,4 MILLONES
de manifestantes según la Guardia Urbana, 520.000 según Interior.
- 5,2 KILÓMETROS
separan San Andrés del Parlament.
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