Pactos electorales
Moncloa califica de «sinvergonzonería» la política de Sánchez tras verse con Rajoy
Critica duramente que el líder del PSOE «calentase» la reunión con «mentiras» para quedar bien con Podemos.
La entrevista que ayer mantuvieron el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, en La Moncloa no sólo no sirvió para tender puentes, sino que se convirtió en el escenario para que estallase la pirotecnia a su alrededor. De fomentarlo se encargó el líder del PSOE, Pedro Sánchez, que horas antes de acudir a la reunión con Rajoy convocó una rueda de prensa en Ferraz con el único objetivo de cargar con especial virulencia contra la política económica y social del Gobierno del PP. No es la mejor carta de presentación para luego acudir a la «casa» del que te ha invitado a almorzar para buscar los mínimos, pero lógicos, puntos de entendimiento sobre la situación general de España que cabe esperar de los dos principales partidos nacionales. Sí puede serlo para afrontar la entrevista que horas después de almorzar en La Moncloa Sánchez tenía que mantener con el líder de Podemos, Pablo Iglesias.
El contenido de la conversación entre Rajoy y Sánchez acabó siendo casi lo menos relevante por la fuerza del ruido que la rodeó. Después de hora y media de reunión, «calentada» por la citada comparecencia del jefe de la oposición, fuentes socialistas se apresuraron a puntualizar que en ella no se había hablado de pactos, sino sólo del calendario legislativo. Una premura en aclarar esta premisa que inevitablemente llevó a pensar que Pedro Sánchez no quería que Pablo Iglesias llegase a su encuentro con prejuicios sobre lo que podía haber pactado o dejado de pactar previamente con el presidente del Gobierno. Ya lo aclaró Ferraz: de pactos postelectorales nada. Una confirmación casi de perogrullo después de que ya hubieran dicho aquello de que están dispuestos a pactar con todos menos con el PP y con Bildu.
La reacción de Moncloa a la actitud de Pedro Sánchez fue contundente y directa. Lo habitual después de este tipo de entrevistas institucionales es que las dos partes pongan en valor el clima cordial y de diálogo en el que se han desarrollado. Con independencia de que hayan servido o no para conseguir avances concretos en el acuerdo o en el análisis compartido.
Moncloa, a través del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, advirtió, en declaraciones a este periódico, de que la actitud mostrada por el jefe de la oposición era una «sinvergonzonería política de alto nivel», una de las «sinvergonzonerías más grandes de la historia de la democracia». El portavoz del Gobierno explicó que si Rajoy había recibido en Moncloa al secretario general del PSOE había sido por «deferencia política». Simplemente por eso. Y añadió que las duras declaraciones que había hecho Sánchez antes de que se le abriese la puerta de La Moncloa eran «básicamente mentira». «Un tercio son mentira; otro tercio, son declaraciones que obvian que está criticando aquello que el PSOE dejó en herencia; y otro tercio de esas críticas olvida que está refiriéndose a decisiones que adoptaron ellos cuando gobernaban».
Moncloa apunta directamente contra el líder del PSOE, al que afea su política de pactos postelectorales y su entrega a Podemos. «En los sitios en los que no han sido primera fuerza les están regalando sus votos; y en donde sí lo han sido están mendigando», sentenció José Luis Ayllón. Yendo más allá, desde Moncloa sostienen que el problema del jefe de la oposición es que no tiene poder en su partido y que a la desesperada ha decidido echarse en brazos del peligroso «populismo» que tanto criticó en campaña electoral. «Pedro Sánchez no puede dar lecciones de nada a ningún demócrata, y las que intenta dar son malas. Rajoy representa la recuperación económica y Pedro Sánchez las políticas que nos llevaron a la recesión. Representa volver a la crisis y al paro», añadió.
Después de que el PSOE incidiese en los consejos que había dado al presidente del Gobierno para cambiar su hoja de ruta y su política económica, Moncloa proclamó: «El Gobierno no necesita al PSOE para nada. Tiene su calendario legislativo y lo va a cumplir. No han ayudado hasta ahora en nada. Y ya sabemos que siguen en lo mismo». El portavoz del Ejecutivo afeó directamente a Pedro Sánchez que se haya olvidado de las decisiones y políticas que apoyó durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero. «O es que a lo mejor votaba sin saber ni siquiera lo que votaba», sentenció el portavoz del Ejecutivo.
El resultado de la entrevista que ayer se celebró confirma en medios populares que Sánchez ha decidido entregarse al «frente de izquierdas» con la vista puesta en las elecciones generales. De hecho, durante la reunión en Moncloa Rajoy trasladó su preocupación por la inestabilidad y porque las exigencias de la izquierda radical –Podemos– o programas oportunistas condicionen a los gobiernos que se constituyan. También defendió la lista más votada. El PP asume que ese «frente» le costará mucho poder territorial ahora, pero confían en que la imagen de alianza PSOE-Podemos les sume en las generales. Ahora bien, cuentan con que las dos partes intentarán ocultar la inestabilidad, y posibles mociones de censura, hasta después de las generales.
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