El desafío independentista
Nosotros los tabarnienses
Los impulsores de Tabarnia están superados por el éxito de su propuesta, comentada hasta por el «New York Times». Quieren que sirva de reflejo a los separatistas pero avisan: «si no retroceden habrá que hacer este proyecto viable»
Los impulsores de Tabarnia están superados por el éxito de su propuesta, comentada hasta por el «New York Times». Quieren que sirva de reflejo a los separatistas pero avisan: «si no retroceden habrá que hacer este proyecto viable».
El porvenir de Tabarnia dependerá de los pasos que dé el independentismo. Los impulsores de este territorio que comprende parte del litoral de Tarragona y Barcelona, las áreas más prósperas de Cataluña y con un electorado de mayoría constitucionalista, condicionan la ambición de su propuesta a cómo avance el «procés» tras las elecciones del 21-D. Por el momento, prefieren mantenerse entre un antídoto contra el independentismo y un proyecto político. «Si no retroceden los separatistas, entonces habrá que hacer viable Tabarnia», explica a este diario Jaume Vives, célebre por sus vídeos desde el balcón de su casa respondiendo a los independentistas con humor y ahora portavoz provisional de Barcelona is not Catalonia, entidad que ha acuñado el término y que, tras verse sobrepasada por el eco de la iniciativa, ahora trabaja para poner una estructura orgánica a punto y trazar planes de futuro.
Lo cierto es que el término ha permanecido agazapado desde 2015 cuando apareció por primera vez, pero las elecciones del pasado 21 de diciembre lo hicieron emerger con mucha fuerza por la realidad sociológica que volvieron a dibujar las urnas en Cataluña. Prueba de su fuerte resonancia es que llegó a ser trending topic mundial y ha recibido la atención de la mayoría de medios nacionales como algunos internacionales con gran difusión (como el New York Times), aunque ha pasado desapercibido para TV3. De este balance se sienten especialmente satisfechos porque consideran que ya han conseguido un doble objetivo: Tabarnia se ha convertido en un recurso en cada debate para retratar el argumentario independentista y algunos rostros visibles del separatismo han entrado al trapo.
«La esperanza de Tabarnia es que se miren en un espejo y se den cuenta de lo absurdo de sus planteamientos», insiste Vives. Por el momento, con esa intención conciben Tabarnia también algunos ciudadanos de a pie que votan por partidos constitucionalistas. «No creo que sea viable como tal ahora mismo, porque solo el nombre ya refleja que es una broma, pero está permitiendo que los independentistas miren en este fenómeno sus debilidades e incongruencias», explica a este diario Armando, un barcelonés de 57 años. En la misma línea lo interpreta Pablo, un joven de 26 años: «Como mínimo sirve para provocar a los independentistas. Más allá de eso, por ahora no creo que sea posible». También juzga en estos términos Carlos, de 43 años, que lo encuentra «folclórico y divertido».
Si bien, otros, como Fernando, de 29 años, ve la propuesta con más optimismo y le da más recorrido: «Es algo lógico, y más viendo los resultados de las últimas elecciones. Hay muchas diferencias de pensamiento entre la población de esta zona (en alusión a Tabarnia) y el resto de Cataluña», argumenta. Por ello, él considera que el único escollo se encontraría en la materialización, porque ve complicado que se pueda vehicular constitucionalmente. Sin embargo, los impulsores de Tabarnia barajan que, si a medio plazo no disminuye el suflé separatista, habrá que pasar a la acción y una de las ideas es reclamar un referéndum vinculante de autonomía. En este sentido, si consiguieran el respaldo de PP, C’s y PSOE, podrían impulsarlo por cauces legales y no tener que recurrir a las vías unilaterales que ha promovido el independentismo hasta ahora. Por ahora, más allá de reivindicar que diversas figuras de la primera línea política como Albert Rivera o Inés Arrimadas han dado muestras de simpatía por la iniciativa, no han tenido contactos con ningún partido.
Otro votante de opciones constitucionalistas, en este caso Javier, de 23 años, usa Tabarnia como crítica a la pasividad de los últimos gobiernos españoles para contrarrestar el nacionalismo catalán. «Ha hecho más Tabarnia en unos días que muchos gobiernos en años, porque ha conseguido ponerles en el espejo», asegura y añade, con ironía, que los argumentos son los mismos que emplea el separatismo: «La Cataluña subsidiada vive a costa de la Tabarnia rica». Por su parte, Josep, jubilado, pone el foco en las raíces históricas de Cataluña: «Yo siempre digo que soy barcelonés, porque el condado de Barcelona fue antes que Cataluña y me siento barcelonés». Y es que precisamente esta idea entronca con uno de los argumentos que da la plataforma, como es «recuperar la soberanía histórica del condado de Barcelona como territorio autónomo e independiente». Julio, un gallego de 53 años afincado en Barcelona, aboga por lo contrario, no levantar más muros ni seguir ampliando la administración: «Por mi eliminaría casi hasta las autonomías».
Finalmente, Ángel, de 36 años, ve la iniciativa poco ambiciosa para sus intereses, al residir en Barcelona. «Con escindirnos la parte de Barcelona, ya es suficiente», afirma, dejando de lado el área tarraconense de Tabarnia. Ángel, incluso, se mostró imaginativo e hizo su particular propuesta ante eventuales fronteras de Cataluña que circundarían por completo Tabarnia: «Si hace falta, iríamos hasta Castellón en barco».
Ahora, Barcelona is not Catalonia, impulsados por toda la repercusión que ha tenido la idea estos días, quiere empezar a desarrollar acciones para seguir desplegándose y, de momento, ya tienen en mente organizar una manifestación y fabricar banderas para inundar los balcones del territorio. Para más adelante, incluso, prevén promover un referéndum de autonomía y crear la Asociación de Municipios por la Autonomía de Tabarnia, idea que emula la Asociación de Municipios por la Independencia, otra forma más de retratar al separatismo con dosis de sarcasmo. Asimismo, y para tomar el pulso real del fervor ciudadano por esta idea, plantean llevar a cabo una recogida de firmas, algo que ya se ha hecho estos días en Change.org aunque de manera «no oficial», y ha conseguido superar las 80.000. También empezarán a generar contenido –como publicar las balanzas fiscales catalanas–, enfocado a generar argumentario, práctica que ha llevado a cabo el separatismo estos años.
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