País Vasco

Iglesias impone a las bases de Navarra su veto a Bildu y G-Bai

Los círculos se oponen a la confluencia, a pesar de que estaban abiertos a explorarla

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, junto a varios de su partido en Baracaldo
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, junto a varios de su partido en Baracaldolarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@6360e840

Los círculos se oponen a la confluencia, a pesar de que estaban abiertos a explorarla

El secretario general de Podemos ha vuelto a imponer su criterio al de los territorios en materia de alianzas postelectorales. La última incursión en los asuntos autonómicos se ha producido a cuenta de la coalición que se estaba fraguando en Navarra para que Bildu, Geroa Bai, Izquierda Ezquerra y Podemos concurrieran de manera conjunta a las elecciones de junio. La iniciativa no sólo no contaba con oposición en el partido morado, sino que suponía una reválida de la confluencia que ya se gestó para el Senado en diciembre y que no obtuvo los resultados esperados. Sin embargo, ante el alto precio que podrían pagar los morados por reafirmarse en la alianza, Iglesias intervino ayer señalando que ese acuerdo «es imposible» porque existen «muchas diferencias» entre las formaciones y, tanto en el País Vasco como en Navarra, «no se dan las condiciones para ir juntos a las elecciones» con EH Bildu.

El veto de Iglesias contrastó con la actitud de la secretario general de Podemos en Navarra y portavoz parlamentaria, Laura Pérez, que horas antes había defendido la posibilidad de que la formación morada pactara con los abertzales porque, «como hemos dejado claro con el acuerdo de Gobierno en Navarra, no tenemos ningún miedo a romper los tabúes que pueda haber e incluso abrir el debate a nivel estatal si fuera necesario». La intromisión de Iglesias también causó rechazo en su socio potencial, EH Bildu, que calificó el veto como «una desautorización en toda regla a la estructura de Podemos en Navarra».

Sin embargo, la desautorización de Iglesias fue ayer refrendada por los círculos de la formación, que, siguiendo las directrices emitidas por su líder, frustraron por unanimidad la propuesta de concurrir junto a Geroa Bai y EH Bildu al Congreso y la confluencia al Senado Aldaketa. A pesar de las diferencias de criterio, el líder de Podemos defendió en una entrevista en ETB que está «en permanente contacto» con la secretaria general de Navarra y el Consejo Ciudadano y que existe «un amplio consenso» en que «estamos muy contentos apoyando al Gobierno de Uxue Barkos, que es la mejor presidenta que ha tenido Navarra y estamos muy cómodos ahí, pero somos opciones políticas diferentes».

La decisión de Iglesias de frustrar el acuerdo se comunicó de manera previa a que se reunieran en la tarde de ayer los círculos en la asamblea de su Consejo Ciudadano, una actitud que causó malestar interno, porque desvirtúa el poder de decisión de las bases, que se vieron empujadas a apoyar la tesis que defendía su líder para no abrir un nuevo cisma interno en puertas de las elecciones.

Desde Bildu y Geroa Bai se recibió con recelos la negativa de Iglesias y emplazaron a Podemos Navarra a emitir una respuesta oficial a su oferta, que –al cierre de esta edición– todavía no se había producido. El dirigente de Geroa Bai –formación que apoya una candidatura conjunta con Bildu, Podemos e I-E– criticó que, teóricamente, Podemos era una organización en la que «todo se decidía en las bases». «Esto demostraría que algunas decisiones se toman en Madrid y no en las bases o círculos», advirtió Martínez, quien reiteró la «conveniencia de ir a cuatro» a los comicios, informa Efe.