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Don Felipe: «Fuera de la Ley sólo hay inseguridad»

Felipe VI reivindica la Constitución en su discurso en el Congreso y destaca que «ningún camino en democracia puede conducir a la ruptura de la convivencia» en referencia al desafío independentista

Acto de celebración del 40 Aniversario de las primeras elecciones democráticas en España .
Acto de celebración del 40 Aniversario de las primeras elecciones democráticas en España .larazon

Felipe VI reivindica la Constitución en su discurso en el Congreso y destaca que «ningún camino en democracia puede conducir a la ruptura de la convivencia» en referencia al desafío independentista.

El Congreso conmemoró ayer el 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas del 15 de junio de 1977 con un acto solemne que fue presidido por el Rey Don Felipe VI y Doña Letizia. Fue una oportunidad para que se volvieran a reencontrar muchos de los diputados constituyentes de las Cortes. Y fueron ellos los que llevaron la voz cantante y gritaron vivas al Rey cuando Don Felipe hizo su entrada en el hemiciclo. Faltaron sillas y algunos de los diputados de entonces tuvieron que sentarse abajo, junto a las estenotipistas y taquígrafas.

Los Reyes repartieron insignias conmemorativas a los 80 diputados y senadores de las Cortes Constituyentes –entre los que estaban Alfonso Guerra, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, Miquel Roca o José Pedro Pérez-Llorca–, familiares de los ya fallecidos Adolfo Suárez y Santiago Carrillo, la nieta de Dolores Ibárruri (Pasionaria) o el de Manuel Fraga, y de los ex presidentes del Gobierno Felipe González y José María Aznar.

Durante su discurso, el Monarca ensalzó el respeto a la ley mediante las palabras de Emilio Castelar: «El menosprecio a las leyes, que nos conduce a una decadencia sin remedio, es el más terrible y el más incurable de todos nuestros defectos». Estas fueron las palabras más aplaudidas por los parlamentarios, que interrumpieron el discurso del Monarca al escuchar su referencia al respeto a la ley.

Don Felipe destacó que en democracia no puede emprenderse ningún camino que lleve a una «ruptura de la convivencia», que es «el bien más preciado» en una sociedad democrática y que «tiene su mayor garantía y su mejor protección» en la ley: «Fuera de la ley sólo hay arbitrariedad, imposición, inseguridad y, en último extremo, la negación misma de la libertad», advirtió. «Ningún camino que se emprenda en nuestra democracia puede –ni debe– conducir a la ruptura de la convivencia, al desconocimiento de los derechos democráticos de todos los españoles o a la negación de los valores esenciales de la Europa a la que pertenecemos. Y menos aún, un camino que divida a los españoles o quiebre el espíritu fraternal que nos une», dijo.

Acto seguido recalcó que «la convivencia tiene su mayor garantía y su mejor protección en las normas que la amparan», de manera que «el respeto a esas normas, en democracia, no es una amenaza o una advertencia para los ciudadanos, sino una defensa de sus derechos».

Aunque el Rey no hizo referencia directa al desafío soberanista de Cataluña, en un hemiciclo donde se encontraban también los diputados del PDeCAT –que mostraron pancartas con urnas para reclamar el referéndum– destacó que la «unidad nacional» española asume la «diversidad territorial de España con orgullo y coherencia» y recordó las mismas palabras que ya pronunció en su discurso de proclamación: «Que la diversidad está en nuestra historia y define nuestra propia identidad nacional; y que los sentimientos se deben respetar y comprender, nunca ignorar, enfrentar o dividir». «La Constitución del 78 proclamó su voluntad de proteger a todos los pueblos de España en el ejercicio de sus culturas y tradiciones, de sus lenguas y de sus instituciones; y reconoció el autogobierno de sus nacionalidades y regiones, que son también patrimonio de todos los españoles», dijo.

Don Felipe dijo que el 15 de junio de 1977 «representa los mejores valores democráticos» y lo que define a la política en su sentido más noble, «el servicio del bien común»; valores que «deben estar presentes y actualizar nuestra vida en común».

El Rey admitió que en estos 40 años ha habido «errores y equivocaciones, luces y sombras» que se deben «cambiar, corregir y reformar». Por ello subrayó que los españoles pueden estar orgullosos de lo que han construido en cuatro décadas. «No nos ha venido dado sino que es el resultado del sacrificio y esfuerzo del pueblo español de millones de españoles. Y constituye un extraordinario patrimonio moral y material que no debemos silenciar ni ignorar, que no podemos dividir, ni mucho menos destruir».

Don Felipe también rindió un sentido homenaje «con el mayor afecto y respeto» a las víctimas del terrorismo de ETA, «felizmente derrotado», y expresó su agradecimiento a todos los que se han dedicado a combatirlo, y a los que lo siguen haciendo «ante las nuevas y diferentes amenazas terroristas».

Tras el acto solemne, los Reyes se trasladaron al otro edificio del Congreso para inaugurar una exposición en recuerdo de los 40 años bajo el título de «Habla, pueblo, habla», el lema de aquellas elecciones de 1977.