Partidos Políticos
Podemos e IU avanzan en un pacto para superar al PSOE tras el 26-J
Falta cerrar la fórmula jurídica de esa colaboración, si concurren como coalición electoral o como partido instrumental o el nombre con el que se presentarán a las elecciones
Podemos aceptará concurrir a las urnas a nivel nacional con IU si finalmente se repiten las elecciones, un pacto que, a falta de concretar los detalles, cuenta con consenso en el partido de Pablo Iglesias.
A media tarde ayer, mientras el foco de la atención mediática se centraba en la reunión entre Rajoy y Puigdemont, saltaban las alarmas políticas por una supuesta filtración sobre que Podemos estaba dispuesto a acudir a las próximas elecciones de la mano de IU. Irene Montero desmentía no obstante minutos después la existencia de pacto alguno en los pasillos del Congreso: «Esa información no sé de dónde sale. Lo que hay es lo que os digo: hay una disposición a hablar y nada más».
Ante la confusión de los primeros momentos, en los que se apuntaba a que el pacto ya estaba firmado, IU se encargó de desmentirlo. Fuentes de la formación que lidera Alberto Garzón indicaron que primero tenían que esperar a que Podemos se pusiera en contacto con ellos, algo que aún no habían hecho, para comunicarles cuál eran sus pretensiones y subrayaron que el acuerdo no estaba cerrado aún. Para IU aún quedan varios pasos que dar. Primero; ver si forma gobierno el PSOE o no porque, las mismas fuentes insisten en que si finalmente Sánchez logra formar gobierno «nosotros no tenemos nada que hacer». En el caso de que se convoquen elecciones sería cuando IU se reunirá y «veremos qué es lo que ha decidido Podemos». Pero consideran que ahora no es el momento de hablar de ese asunto ya que aún «hay por delante mucho debate político» antes de cerrar ese acuerdo definitivamente. Más allá de marcas, lo importante para IU es que se respete su identidad y saber qué pasaría con ellos el día después de las elecciones.
Los desmentidos de Podemos e IU no significan necesariamente que no estén teniendo lugar contactos informales entre ambas formaciones. Y es que a medida que el pacto con el PSOE para conformar un gobierno «a la valenciana» parece cada vez más lejano y se agotan los plazos constitucionales, Podemos e IU acercan posiciones para confluir de cara a las nuevas elecciones. Si la confluencia se ve con buenos ojos en ambos bandos, existe aún discrepancia en el modelo de dicha confluencia. IU quiere una alianza a nivel nacional bajo la marca «Podemos- En Común». El ala errejonista de Podemos quiere alianzas puntuales sólo en los territorios donde IU es más fuerte siguiendo el modelo catalán, donde ICV se integró en En Comú -Podem. No serán en cualquier caso negociaciones falsas: la elaboración de listas de confluencia entre ambas formaciones podría acabar de desequilibrar la delicada situación interna que vive el partido de Iglesias ya que si se tuvieran que incluir a candidatos de IU, los nombres de los distintos miembros de las «familias» internas de Podemos quedarían relegados a puestos que harían poco menos que imposible entrar en el Congreso de los Diputados que salga de las elecciones del 26-J.
Parece que poco le va a durar a Pablo Iglesias el espaldarazo recibido en la consulta a las bases sobre el pacto entre PSOE y Ciudadanos ya que, apenas unos días después de que se dieran a conocer los resultados –favorables a sus tesis– otro foco de división empieza a dibujarse en el horizonte del futuro próximo de Podemos. El origen esta vez está en la opinión –mostrada por Iglesias y Errejón al unísono– de que el partido no debería celebrar nuevas primarias de cara al 26-J ya que en realidad se trata de «una segunda vuelta» de las elecciones celebradas en diciembre, circunstancia que hace «razonable» que las listas presentadas entonces en virtud de un «mandato» recibido de las bases sean las mismas que se presenten en los siguientes comicios, si finalmente se convocan. Esta decisión, que será también adoptada por Ciudadanos, parece adecuada sólo si se obvia un importante punto: que conculca uno de los principales presupuestos organizativos de Podemos aprobado en la asamblea fundacional de Vistalegre, es decir, la obligatoriedad de celebrar primarias en todas las elecciones a escala estatal.
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