«Estoy dispuesto a ser candidato incluso desde el extranjero»

La juez Carmen Lamela acuerda su ingreso en prisión y libra una orden europea de detención y entrega (OEDE) del ex president y de los cuatro ex consejeros refugiados en Bélgica, a los que imputa cinco delitos: rebelión, sedición, malversación, desobediencia y prevaricación.

En sus intentos de presentarse como un mártir del independentismo, Puigdemont concedió ayer una entrevista exclusiva a la cadena pública francófona RTBF, en la que arremetió contra la supuesta falta de independencia de la Justicia española y sentó las bases de su candidatura a las próximas elecciones del 21-D, reconvertidas por el secesionismo en una suerte de comicios constituyentes de la nueva república catalana. «Por supuesto», aseguró, respecto a la posibilidad de ser cabeza de cártel a la vez que no descartaba hacer campaña desde el extranjero «en cualquier parte del mundo, ya que vivimos en un mundo globalizado».

Tras más de un día en paradero desconocido, se trasladó ayer al plató de la cadena estatal para someterse a una entrevista que fue grabada, por expresa petición del expresident, para después ser emitida a las ocho de la tarde, en el informativo de máxima audiencia del país. Durante la emisión, la Justicia española anunció la detención del expresident y de los cuatro consellers.

A pesar de ser definido por la presentadora como un «fugitivo», quiso dejar claro su disponibilidad a colaborar con la Justicia belga a la que denominó la «verdadera justicia» mientras censuraba la politización de los tribunales españoles que se enfrentan a una «enorme presión» a la hora de «escapar» de la influencia política. Y mencionó la presunta premura con la que la jueza Lamela había decidido la encarcelación preventiva del ex vicepresidente Oriol Junqueras y los siete consejeros 24 horas después de la petición de la Fiscalía.

Puigdemont, dentro de su estrategia de no dar por muerta su carrera política y de presentar a su Gobierno como el único legítimo, aseguró estar «listo para discutir con Mariano Rajoy» y afirmó que la verdadera víctima de los últimos acontecimientos es «la mayoría de la población catalana que ha expresado su voluntad» en alusión a la catalanes a favor de la independencia. Y culpó al presidente del Gobierno de meter en prisión a aquellos que piensan diferente» y calificó este proceder como «extremadamente bárbaro». Para el president destituido, «no es normal que nos enfrentemos a 30 años de prisión» por, a su juicio, haber reaccionado al mandato de los electores, en referencia a las votaciones llevadas a cabo el 1 de octubre y que han sido calificadas por la justicia como un referéndum ilegal sin las debidas garantías. «No tengo miedo de hablar con Mariano Rajoy», aseguró Puigdemont que incluso se mostró dispuesto a mantener un encuentro con el Presidente español en Bélgica.

A pesar de que desde su llegada al país, Puigdemont no ha sido recibido por ningún político belga (tampoco por los nacionalistas flamencos de N-VA) ni por ninguna autoridad europea, el expresident aseguró no haber pedido ningún encuentro. Sobre el silencio de las autoridades comunitarias que se siguen negando a cualquier intento de mediación entre Madrid y Generalitat, Puigdemont achacó este comportamiento a las «crisis» vivida por el proyecto de integración europeo.

En cuanto a los próximos pasos que sucederán tras la orden de detención, el letrado Paul Bekaert aseguró ayer que «eso llevará un tiempo, porque tal orden de arresto tiene que ser traducida, y luego tramitada por la Policía federal, en la Fiscalía en nuestro país. Entonces, el señor Puigdemont la debe recoger y llevarla al tribunal de instrucción».