Elecciones catalanas
Puigdemont descarta volver para forzar su detención en campaña
Sólo se plantea regresar si su partido gana en escaños a Junqueras y puede ser presidente
Sólo se plantea regresar si su partido gana en escaños a Junqueras y puede ser presidente.
«El president no volverá antes de finalizar la campaña electoral». Con esta contundencia se manifiestan fuentes cercanas a Carles Puigdemont a preguntas de LA RAZÓN. El comité de estrategia de Junts per Catalunya descarta que abandone su refugio de Bruselas antes del final de la campaña electoral para buscar algún tipo de golpe de efecto, para superar «la situación de estancamiento de la campaña». Si bien, JxC recuperó fuerzas y escaló posiciones, según todas las encuestas, en los últimos días ERC ha recuperado el pulso y se mantiene en el liderazgo del mundo independentista.
Los posconvergentes buscan desesperadamente un «revulsivo» que permita volver a «desconcertar a los republicanos», pero no parece que ese «revulsivo» sea la vuelta a España del ex presidente catalán. Y añaden que «si perdemos tampoco volverá». Es decir, si ERC gana las elecciones catalanas, o si ERC se sitúa por encima de Junts per Catalunya, Puigdemont mantendrá su estancia en Bruselas. Esa estancia no sería, en ningún caso, indefinida, porque en los entornos de Puigdemont, tanto en Bruselas como en Barcelona, se espera que los procesos judiciales abiertos evolucionen hacía la libertad de los encausados. Saben que si vuelve será detenido, aunque al tiempo esperan que pueda recuperar la libertad.
Ante este escenario, se abre otro interrogante. Si Junts per Catalunya gana es la primera fuerza independentista, «tampoco está asegurada su vuelta de forma inmediata. Si gana puede que no vuelva, porque en estos temas también pesan mucho los temas personales». Con estos ingredientes, la cúpula de la campaña de Puigdemont analiza diferentes posibilidades para dar un empuje a la candidatura que se ha empantanado ante la reacción republicana.
La máxima preocupación se centra en los debates electorales del domingo en La Sexta y del lunes en TV3. En ellos, su candidato no estará presente y «esto no es una buena noticia» porque «el victimismo y la lagrimita ya han dado todo lo que podían dar». Mientras los equipos de Puigdemont trabajan en la estrategia de estos debates y la designación de las personas que acudirán en nombre de la candidatura –en el debate de Televisión Española acudió Jordi Turull–, se plantea un interrogante mayor: ¿qué hacer a partir del día 21? Y el diagnóstico no es unánime.
«Desde el entorno del president se trabaja sólo con el objetivo del día 21», apunta una fuente bien informada, mientras que «desde la dirección del PDeCAT y desde el mundo municipalista se está pensando en el objetivo a partir del día 22». Este último grupo no está satisfecho con la estrategia de la campaña «que ha roto todos los puentes con ERC, con los Comunes y, sobre todo, con el PSC». Según estas fuentes «no se piensa en el día 22 y en el futuro, teniendo en cuenta que tampoco tendremos un candidato con presencia física». Desde el entorno de Puigdemont, conscientes de este déficit de candidato, se está trabajando en la consolidación de Elsa Artadi, directora de la campaña de Puigdemont, como la alternativa. «Es una tapada, muy destapada, que está teniendo un papel preminente en la campaña», señalan desde el PDeCAT. La designación de Artadi viene motivada porque «Rull, Turull, Forn, Jordi Sánchez y los otros diputados que pueden ser elegidos estarán en fuera de juego por sus propios procesos judiciales y no podrán tener un papel destacado». En sectores de la Convergència tradicional, tampoco está gustando el pulso «cuparra» de Puigdemont en esta campaña. «Es la primera vez que hay voto basculante entre nosotros y la CUP», afirman fuentes conocedoras de las encuestas internas de Junts per Catalunya. Además, cunde la sensación que «el 21-D la mayoría soberanista será una entelequia. No sumaremos. Por eso, hay que pensar, más que nunca, en el día después».
Puigdemont mantiene su hoja de ruta sin descartar la unilateralidad del proceso soberanista «aunque sabemos que ERC no la amparará después del 21-D», ni descartando su vuelta. Dejó abierto este interrogante en Bruselas, pero en sus entornos más inmediatos esta opción se descarta, aumenta la sensación de derrota frente a ERC y la pérdida de la mayoría absoluta del soberanismo catalán.
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