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Puigdemont planea ir al Senado junto a los alcaldes soberanistas
El presidente de la Generalitat acudiría a la Cámara Alta el jueves por la tarde, horas después de un pleno en el Parlament que tiene la Declaración Unilateral de Independencia en el disparadero
El presidente de la Generalitat acudiría a la Cámara Alta el jueves por la tarde, horas después de un pleno en el Parlament que tiene la Declaración Unilateral de Independencia en el disparadero.
Carles Puigdemont quería ir al Senado la pasada primavera a pronunciar una conferencia en el antiguo salón de plenos. Los rectores de la Cámara Alta, sin embargo, no querían amparar un monólogo que iba a girar en torno a su célebre «referéndum o referéndum» y le ofrecieron comparecer ante la comisión general de Comunidades Autónomas, pero el presidente de la Generalitat no quería salir trasquilado del debate y optó por llevarse su conferencia a la Caja de Música de Madrid, al amparo del Ayuntamiento que dirige Manuela Carmena.
Desde entonces, han pasado cinco meses y un fatídico simulacro de referéndum de autodeterminación de por medio. Desde el 1 de octubre, todos los días se amaga con declarar la independencia de Cataluña y en este contexto planea comparecer Puigdemont en el Senado. Lo hará escoltado por una amplia representación de alcaldes independentistas, los que siempre acuden a arropar al president, sea para impulsar el referéndum, sea para acompañarle a las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (a Artur Mas en este caso).
Existen dudas sobre la comparecencia de Puigdemont. La primera es si tan siquiera llegará a producirse, ya que el fiscal Maza advirtió ayer mismo de que la declaración de independencia podría llevar al presidente a prisión. La detención de Puigdemont es objeto de continuo estudio en el Palau de la Generalitat y explica, entre otras cosas, la suspensión de la ruptura del pasado 10 de octubre.
La segunda duda es cuándo acudir al Senado, ya que la Cámara Alta le ofrece dos opciones: jueves por la tarde en el marco de la comisión que prepara el dictamen del 155 o viernes durante el pleno extraordinario que ratificará las medidas. El asunto no es menor porque los independentistas fijaron ayer un pleno monográfico en el Parlament para debatir sobre el 155 –y, en principio, para alumbrar la declaración de independencia– de cara al jueves. El calendario es diabólico, ya que los rectores del Senado, acotando la comparecencia de Puigdemont a jueves por la tarde o viernes, obligan a que su escenificación de diálogo se produzca con la secesión, quizás, proclamada.
Lo cierto es que el artículo que faculta la intervención de Cataluña ha acorralado a todas las partes. A Puigdemont se le acaba el margen de maniobra. Ya no caben más cartas bajo las mangas. Es el momento de decidir cómo culmina «el mandato» del 1 de octubre: ¿declaración de independencia o elecciones?
El jueves se verá la respuesta, ya que Junts pel Sí (ERC y PDeCAT) y la CUP registraron ayer la solicitud para celebrar el pleno con el argumento de hacer frente a la aplicación del artículo 155 de la Constitución, un eufemismo para evitar referirse a la independencia y dar la opción al Estado para que lo paralice. En todo caso, entre republicanos, anticapitalistas y neoconvergentes hubo también diferencias en el tono con el que afrontar la sesión parlamentaria: mientras los dos primeros expresaron sin ambages su voluntad de proclamar la independencia, los terceros se mostraron más cautos. Tanto Lluís Corominas, presidente de Junts pel Sí y cuota del PDeCAT; como Marta Pascal, coordinadora del PDeCAT, evitaron concretar si en el pleno se levantara la suspensión de la aplicación de los resultados del referéndum. «Si el president lo decide oportuno, tendrá nuestra complicidad», aseguró Pascal.
Y es que fuentes parlamentarias cercanas a los neoconvergentes explicaron que «todavía no hay nada cerrado» y de aquí al jueves pueden mutar muchas cosas. Estas mismas fuentes recordaron que la propia Ley del referéndum no especifica «que se tenga que votar la independencia», sino que se hará efectiva en el Parlament una declaración formal. Así, tal y como está configurada la sesión, Junts pel Sí y la CUP tendrán media hora para explicar los motivos de la convocatoria del Pleno, y después, Puigdemont tendrá tiempo ilimitado para responder –es aquí donde podría alumbrar la república catalana–. Tras ello, la sesión se suspenderá para que la oposición prepare la réplica, y a continuación habrá otro parón para que presente cada grupo un máximo de tres propuestas de resolución, todas ellas, según fuentes próximas a la Mesa del Parlament, deberán ser «congruentes» con el pleno.
Asimismo, Junts pel Sí también presentó ayer una solicitud instando al Parlament a que actúe «administrativa, civil, constitucional y penalmente» contra la aplicación del artículo 155. Corominas aseguró que el Govern también iniciará acciones jurídicas contra esta medida.
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