Nacionalismo

Puigdemont tendrá que elegir entre la CUP o su suspensión

La respuesta al requerimiento de Moncloa puede ahondar en la crisis soberanista.

Puigdemont tras firmar el documento donde declaraban la república catalana
Puigdemont tras firmar el documento donde declaraban la república catalanalarazon

La respuesta al requerimiento de Moncloa puede ahondar en la crisis soberanista.

La maniobra de Mariano Rajoy dejó a Carles Puigdemont sobre el alambre. El Gobierno catalán, aprovechando el margen de cinco días que dio Moncloa para responder al requerimiento, evitó ayer dar una réplica concreta. Según fuentes consultadas, el president y el vicepresidente, Oriol Junqueras, se limitaron a mantener contactos telefónicos –no hubo ningún encuentro entre ambos dirigentes– para valorar el nuevo escenario que ha abierto el movimiento de Rajoy y qué contestar, aunque por el momento no avanzaron detalles sobre el contenido de la respuesta. Lo cierto es que Puigdemont se ha quedado en una encrucijada en la que deberá decidir si contenta a sus socios de la CUP y a los simpatizantes independentistas decepcionados aclarando que declaró la independencia en la sesión plenaria del martes o rectifica para evitar su suspensión con la aplicación del artículo 155.

Por el momento, ayer se dedicó a perfilar esta decisión –tiene margen hasta el lunes– y también a conceder una entrevista a la cadena de televisión norteamericana CNN, en la que propuso una fórmula para hacer efectiva la negociación que pretende impulsar con el Gobierno para desbloquear la crisis política. Según Puigdemont, esta vía pasaría por nombrar a «dos representantes del Gobierno y dos del Govern para ponerse de acuerdo en el nombramiento de un mediador». En la misma entrevista, también adelantó que para tratar de acercar posiciones entre la Generalitat y el Estado está dispuesto a entablar un «diálogo sin condiciones previas».

Asimismo, precisó que su marcha atrás con la DUI tuvo el objetivo de «mandar un mensaje de calma», y reivindicó que una mayoría apoya su proyecto rupturista. «Hay una mayoría de catalanes que quiere hacer de Cataluña un estado independiente», aseguró Puigdemont.

Además, a través de su cuenta de Instagram, publicó una imagen en la que aparece un peón sobre un tablero de ajedrez, ligeramente adelantado del resto, como cuando comienza una partida, e iba acompañada de un breve mensaje con un icono de un reloj de arena y la etiqueta #RepúblicaCatalana.

No obstante, está intención del president de abrir un periodo de diálogo no ha sido bien vista por la CUP, que ayer reiteró su malestar por el giro táctico «in extremis» y advirtió que se debería proclamar «inmediatamente» la independencia en caso de que se aplique el artículo 155 y se intervengan algunas competencias de la Generalitat. Por el momento, Mariano Rajoy ya lo ha activado con el requerimiento.

Tampoco lo fue bien visto por ERC, cuya secretaria general, Marta Rovira, llegó a amenazar con dimitir por cómo se gestionó el cambio de guion de la intervención de Puigdemont, aunque ayer el presidente del partido, Junqueras, avaló la estrategia porque no es «incompatible con la firmeza» de la apuesta por la secesión. «Lo que quiero es que este trabajo culmine de la mejor manera posible y lo más rápido posible», afirmó en una entrevista a Rac1.

Por su parte, el conseller de Empresa, Santi Vila, y uno de los rostros más visibles de la facción del PDeCAT que apostó por la vía moderada y no declarar la independencia el pasado martes, reivindicó que la DUI no se había hecho efectiva.

Finalmente, el conseller de Territorio, Josep Rull, respondió a Rajoy que «no es momento de hacer preguntas, sino de dar respuestas». «Nosotros siempre apostaremos por la vía del diálogo y de la política», zanjó.