Mossos d'Esquadra
Puigdemont usará niños como «escudos humanos» en los colegios
La Fuerzas de Seguridad alertan de que los independentistas quieren colocar a menores en las puertas de los colegios como medida de presión para evitar que los agentes cierren los centros donde la Generalitat ha llamado a votar.
La Fuerzas de Seguridad alertan de que los independentistas quieren colocar a menores en las puertas de los colegios como medida de presión para evitar que los agentes cierren los centros donde la Generalitat ha llamado a votar.
La prohibición de abrir los centros escolares para usarlos como colegios electorales ha llevado a los promotores del referéndum ilegal del domingo a activar una estrategia que comprende el uso de niños y jóvenes como «escudos humanos», según las investigaciones que ha llevado a cabo la Guardia Civil. El objetivo es impedir la actuación de las fuerzas policiales y que los independentistas puedan acceder al interior de los recintos para emitir su voto en la consulta en marcha.
Según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, la estrategia pasaría por romper los precintos que, a partir de hoy, serán colocados por los Mossos d’Esquadra en los colegios. Cuando los agentes autonómicos trataran de restablecer la legalidad se encontrarían con unas filas de niños y adolescentes contra los que, en lógica, tendrían que actuar, situación difícil de imaginar porque un funcionario policial es, antes de esa condición, un ser humano.
Otros secesionistas podrían estar ya en el interior, pues hay una invitación a padres y familias para que «acampen» dentro durante la noche de hoy y la de mañana. Se trataría del mismo problema e incluso agravado. Los Mossos, si no se aperciben de la presencia de estas personas, mayores y menores, precintarían los colegios, en los que quedarían, también como «escudos humanos», las familias con sus hijos. En caso de darse cuenta, habrían de ser desalojados antes del precinto en iguales circunstancias y menores por medio.
Tamaña perversidad, según las mismas fuentes, sólo equiparable a las que se han realizado por los grupos más despiadados en conflictos bélicos (para que después el portavoz de la Generalitat compare a España con Corea del Norte) provocaría una situación en la que tendrían que actuar conjuntamente los tres cuerpos implicados para evitar el referéndum: la Guardia Civil, la Policía Nacional y los propios Mossos.
La Benemérita y la Policía cumplen, de momento, salvo modificaciones de última hora tras el auto dictado el miércoles por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, funciones de «disuasión y refuerzo». En el caso de que el domingo se diera la situación descrita, la de proteger una vulneración de la legalidad, con filas de niños y adolescentes, tendrían que pasar a la fase de apoyo directo a los Mossos ante una situación de tanta gravedad.
Por otra parte, El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, elogió ayer a los representantes de la comunidad educativa dispuestos a abrir colegios el domingo, por no «retroceder ni un milímetro en derechos fundamentales», aunque dejó claro que es el Govern quien asume la responsabilidad del 1-O. Puigdemont presidió en el Palau de la Generalitat el acto de lectura del manifiesto «Abrimos las escuelas», acompañado de la consellera de Enseñanza, Clara Ponsatí.
Unos centenares de representantes de la comunidad educativa ocuparon parte del Pati dels Tarongers del Palau de la Generalitat y recibieron al presidente catalán con aplausos y con las proclamas de «abriremos» y «votaremos».
«No habéis retrocedido ni un milímetro en los derechos fundamentales; muchas gracias por el esfuerzo, por todo lo que habéis hecho y haréis para acompañar a la ciudadanía» hacia lo que se ha convertido en un ejercicio «ético y heroico», afirmó en alusión al hecho de tratar de votar en el referéndum, suspendido por el Tribunal Constitucional. El president dijo que «entiende las angustias» que puedan sufrir directores de escuelas que quieren abrir centros y, en este contexto, dejó claro que «la responsabilidad es del Govern».
El presidente catalán admitió que el 1 de octubre habrán «muchas dificultades», pero añadió: «Para cada dificultad, dos soluciones, y por cada miedo, tres esperanzas», informa Efe.
Por su parte, Ponsatí llamó a votar «serenamente» el domingo: «Iremos a votar porque somos libres», enfatizó.
En el manifiesto, los firmantes se comprometen a «hacer lo posible para que el domingo la jornada se desarrolle con toda la normalidad y de forma pacífica, y para que todos los catalanes puedan ir a su colegio a expresar su opinión, sea la que sea, en una urna». «Ninguna de las trabas y amenazas del Estado nos podrá frenar; si lo hacemos con ilusión, esperanza y una inmensa sonrisa, la democracia es invencible. Abramos las escuelas», reza el texto.
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