«Quien niega o se ríe del Holocausto, que visite los campos de exterminio»

Desde 2010, Patricia Weisz dirige la Fundación Violeta Friedman, a través de la cual intenta que la memoria de su madre, superviviente del Holocausto, siga viva. Mediante conferencias, visitas a colegios e instituciones, Weisz lucha por que aquel gran crimen no caiga en el olvido y por que las nuevas generaciones comprendan la crueldad del nazismo y la intolerancia. Para ella, la «educación es básica» también para evitar juicios equivocados sobre lo que vivieron y siguen viviendo los judíos.

–¿Por qué sigue habiendo, 60 años después, quien niega que el Holocausto existió?

–Siempre habrá ignorantes que lo nieguen. Los fanáticos, los intolerantes, los nazis son los que siguen alimentando esta idea. Éstos, por desgracia, siguen siendo muchos. Mi madre siempre decía que no existían neonazis, sino simplemente nazis. Ella estaría alucinada de que en pleno siglo XXI siga habiendo este tipo de personas.

–¿Considera que comentarios en Twitter como los del concejal madrileño Guillermo Zapata alimentan a los radicales?

–Creo que las «gracietas» de este concejal le descalifican como político, debería dimitir, y darse una vuelta por los campos de exterminio de Polonia, Alemania o Austria. Donde por cierto también están las cenizas de miles de españoles. Sus comentarios han sido tremendos, es un «humor» que debería desaparecer. Sólo una persona con mal fondo puede hacer esos comentarios.

–¿Cómo se puede contener la apología del terrorismo y las llamadas a delitos de odio?

–A través de la educación y la memoria histórica, pero también perseguirlo penalmente. En este aspecto, el nuevo artículo 510 de nuestro Código Penal ha cambiado para bien definiendo claramente lo que son los delitos de odio y los castiga.

–Su madre sentó doctrina constitucional en España con la condena del general de las SS León Degrelle...

–Consiguió que el articulo 607.2 reconociera para España delitos de odio, pero en 2007 se echó para atrás. España fue uno de los pocos países europeos donde se permitió durante mucho tiempo negar el Holocausto. Yo creo que hay que tener tolerancia cero con los intolerantes.

–En su caso, los nazis la dejaron sin ascendencia, tan sólo sobrevivieron tres familiares. ¿Es capaz de perdonar a los verdugos?

–Lo primero que tiene que haber es Justicia, pero lógicamente, el Holocausto nazi fue tan tremendo que el perdón es imposible. ¿Cómo perdonar a los que asesinaron a todos mis antepasados? Pero también creo que no hay que generar más odio. Mi madre murió con heridas que nunca cicatrizaron. Vivir con ese dolor es horrible. Para ella era un tema tabú, yo me enteré de todo lo ocurrido a los 28 años.

–Tras varios ataques a objetivos judíos, como en el supermercado kosher de Francia, ¿considera que ha aumentado el odio hacia los judíos?

–Esto no tiene explicación porque el terrorismo no lo tiene. Algunos de los mayores atentados, como el de «Charlie Hebdo» han sido cometidos por fanáticos de la intolerancia. Lo que tenemos que hacer las víctimas y los familiares es estar unidas y recibir todo el reconocimiento oficial por parte de las instituciones correspondientes.