Rajoy buscará grandes pactos de Estado

El presidente planteará a PSOE y Ciudadanos negociar reformas en empleo, pensiones y financiación autonómica.

Después de renunciar a presentarse ante el Congreso por no tener los apoyos para sacar adelante la investidura tras las elecciones de l 20-D, y presentarse una vez ante el Parlamento tras el acuerdo con C’s aunque tampoco prosperó su candidatura, Mariano Rajoy será investido presidente del Gobierno el sábado. Se manejaban las fechas del sábado y del domingo, pero, finalmente, el Pleno comenzará hoy a las 18:00 y, previsiblemente, la investidura se celebrará mañana por la tarde. Cuarenta y ocho horas después tendrá lugar la votación en la que la abstención del Grupo Socialista, y el voto a favor de C’s, le convertirán de nuevo en presidente. Los plazos los definió ayer la presidenta de la Cámara Baja, Ana Pastor, tras reunirse con el Rey en un encuentro que puso punto y final a una ronda de contactos exprés. Poco antes, Rajoy acababa de aceptar ante Su Majestad el encargo de formar Gobierno. Pastor no quiso anticipar cuándo serían las votaciones porque antes tiene que cumplir con el trámite de plantear ante la Junta de Portavoces del Congreso la organización de los tiempos.

En paralelo, Rajoy confirmaba que esta vez había aceptado sin ningún recelo el encargo del Rey . Y su primer mensaje, ya como candidato oficial, volvió a tener como eje la apelación al diálogo y a la búsqueda de acuerdos. «Dialogo, cooperación, acuerdos sin que nadie pierda sus referencias». Confirmó incluso que ve puntos en la resolución que aprobó el Comité Federal del PSOE sobre los que se puede hablar, citando por ejemplo la financiación autonómica, la reforma de la educación o las pensiones.

Rajoy asumió el compromiso de negociar con Albert Rivera, en cuanto sea investido, un calendario de aplicación de las reformas pactadas. Y también se comprometió a contactar con el presidente de la gestora, Javier Fernández, para ver cómo pueden colaborar. El líder popular reconoció que le habría gustado contar con una mayoría parlamentaria más amplia y con un programa consensuado, pero como sabe que «no va a ser así» se comprometió a trabajar «desde el primer día» para que «su Gobierno sea capaz, estable y duradero». Su propósito es intentar que la legislatura sea lo más duradera posible «con diálogo y con acuerdos».

Rajoy hará esta tarde un discurso ajustado a las limitaciones de su necesidad de apoyos. Reivindicará el pacto firmado con C’s y hará guiños a la bancada socialista con referencias a algunas de las demandas que recogía la resolución que dio luz verde a la decisión de que el Grupo Socialista se abstenga. Será un discurso más de hombre de Estado, de gestor, que programático, porque ya ha reconocido que cuenta con que buena parte de su programa no lo podrá poner en marcha. Fuentes de Moncloa confirmaban ayer que Rajoy llamará al pacto, y que como referencia volverá a tener el paquete de acuerdos que propuso en su investidura fallida, y que afectaban a las pensiones, la educación, la violencia de género, la ciencia y la tecnología, la economía y la lucha contra el paro, la energía y la unidad. Rajoy apelará a la estabilidad, ya ayer se comprometió a intentar que la Legislatura dure cuatro años. Y pidió diálogo, entendimiento y cooperación. De hecho, lamentó que ni PSOE ni C’s hayan aceptado su oferta de gran coalición de los partidos constitucionalistas, aunque reconoció como un avance que se eviten las terceras elecciones. Insiste en que, pese a todo, la resolución socialista deja margen para llegar a acuerdos en asuntos de Estado. Su primer reto es sacar delante los Presupuestos para 2017, que incluirán obligatoriamente las medidas necesarias para ajustarse a la va senda de déficit impuesta por Bruselas.

El plan se cumplió y la abstención del Grupo Socialista fue ayer confirmada ante el Rey, aunque siga viva la duda sobre cómo se va a formalizar. Y si bien Rajoy aceptó hace unas semanas la demanda del presidente de la gestora, Javier Fernández, de que el PP no entorpeciese el proceso de digestión para su partido de pasar del «no» a la abstención, cuando pase la investidura el nuevo presidente intentará establecer una vía de diálogo con la dirección socialista para tantear el margen de colaboración.