Gobierno de España
Rajoy impone su plan inicial
Tras dos elecciones está más fuerte dentro del partido y no da por perdida la legislatura
Tras dos elecciones está más fuerte dentro del partido y no da por perdida la legislatura
Mariano Rajoy verá esta semana cumplirse lo que siempre pensó que iba a ocurrir después de asimilar en la noche del 20-D que su partido había perdido 60 escaños y más de tres millones de votos. Y, además, ocurrirá con la fórmula que defendió desde el primer día: con la colaboración entre los dos partidos tradicionales que hasta ahora siempre se han alternado en el poder. Un hecho histórico. Ha necesitado 300 días y dos procesos electorales. Pero, al final, la fórmula o PSOE o elecciones ha sido la que ha sentenciado la discusión, sin que haya tenido que arriesgar ni moverse de su posición.
Estos 300 días le han servido, curiosamente, para hacerse aún más fuerte dentro de su partido. El mundo al revés, si se hace caso de lo que la mayoría pensaba que iba a suceder tras las primeras elecciones generales, incluso en el PP eran más los pesimistas. Rajoy ha vencido a los pronósticos y cómodamente, en su posición de espera, ha visto cómo el PSOE estallaba en canal y cómo la política nueva se hacía vieja muy rápido.
Esta semana se dispone a asumir una legislatura en la que, también contra pronóstico, él tampoco cree que lo tenga todo perdido. Al contrario, sabe que tiene la llave de los tiempos y confía en que el PSOE, ante la misma disyuntiva a la que se ha enfrentado en el Comité Federal de ayer, acabe optando por «el camino de la responsabilidad en los temas de Estado». Las tensiones con las que carga el PSOE estos días volverán a repetirse posiblemente cuando entren en juego los Presupuestos para 2017, aunque ahora la nueva dirección socialista se mantenga aferrada al «no es no» a las cuentas del próximo ejercicio.
El Comité Federal se celebró ayer, pero ahí no se acaban los problemas del PSOE. Los socialistas afrontan otra semana de calvario para explicar por qué han cambiado el «no» por la abstención para evitar unas terceras elecciones. Y Rajoy sabe que el PSOE seguirá necesitando tiempo para resolver sus problemas. «Y si no hay Presupuestos, habría que ir a elecciones en mayo», apostillan en las filas populares. Ahora bien, no va a quemar esa etapa antes de tiempo. Está sólo en sacar adelante la investidura, a la que se presentará con el traje del consenso y de hombre de Estado que ofrece cesiones en su programa para asegurar una etapa de cierta estabilidad al país.
Hace unas semanas, el presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, le advirtió que si desde su partido seguían llegando mensajes de presión, sería imposible que pudieran hacer viable la difícil rectificación del «no» por la abstención ante la fractura que había en su organización política. Y a partir de ese día nadie se ha movido en el PP. Y así seguirán salvo contraorden del líder. A Rajoy le ha funcionado bien hasta ahora la estrategia de dejar al PSOE el papel de responsable del bloqueo y ésta seguirá siendo su salida si al final la oposición le ata de manos en el Congreso. Pero antes intentará buscar acuerdos, sin ruido mediático, con conversaciones y gestiones fuera de la luz de los focos, y aprovechando la relación que tiene con Javier Fernández y con otros dirigentes socialistas que han vuelto a tomar peso en el principal partido de la oposición.
La misma estrategia que le ha funcionado para colaborar en el paso adelante de los críticos a Pedro Sánchez, y que ayer concluyó en el Comité Federal del PSOE que aprobó la histórica decisión de abstenerse ante un Gobierno del PP. El presidente del Gobierno en funciones tiene esta mañana un acto en Madrid, y será el momento en el que haga la primera valoración del paso dado por el PSOE. Desde su entorno explican que de Rajoy no hay que esperar nada distinto a lo que ha hecho hasta ahora. El perfil institucional, moderado y flexible, huidizo con el cuerpo a cuerpo por mucho que le presionen desde el PSOE o desde Ciudadanos.
Por cierto, desde las filas de la formación naranja trasladan que verían bien algún gesto de ratificación del pacto que firmaron con el PP antes de que se celebre la investidura que convertirá de nuevo a Rajoy en presidente, aunque sea en un acto protocolario a nivel de portavoces parlamentarios. Rajoy seguirá peleando por intensificar la colaboración con el partido de Albert Rivera, pero en el PP dan por perdido ir más allá del acuerdo que en su día sellaron con ellos. C’s se ha quedado huérfano de discurso y de posición política, y es «una incógnita cómo gestionarán el dilema al que se enfrentan para contener la pérdida de votos en favor del PP».
✕
Accede a tu cuenta para comentar