Cataluña
Rajoy evitará aplicar el artículo 155 en Cataluña
Apunta a que la reforma del TC de 2015 da margen para frenar el referéndum sin asumir competencias. Espera recibir apoyo de Sánchez pero no reformará la Constitución para hablar de plurinacionalidad.
Apunta a que la reforma del TC de 2015 da margen para frenar el referéndum sin asumir competencias. Espera recibir apoyo de Sánchez pero no reformará la Constitución para hablar de plurinacionalidad.
Ninguna de las dos partes espera nada de la entrevista que esta mañana celebrarán el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en La Moncloa. Es un encuentro forzado por las circunstancias, inventado cuando ya no quedaba más remedio porque los hechos dejaban en evidencia con demasiada estridencia la tensión entre las dos partes. Y levantado sobre la base de la profunda desconfianza que existe entre sus dos protagonistas, incapaces incluso de guardar las formas pese a que ésta sea una práctica bien cultivada en política. Moncloa ni siquiera espera que sea una reunión larga, y mucho menos que haya novedades de importancia más allá de ver dónde coloca el líder socialista sus matices en relación al desafío independentista. Es el único tema abierto porque en la posición que ha adoptado el nuevo PSOE el Gobierno tiene más que asumido que no hay margen para llegar a ningún acuerdo con Ferraz. La etapa de la gestora «pasó a mejor vida», y el Gobierno ha aparcado incluso el insistente discurso con el que arrancó la Legislatura y que dibujaba al PSOE como el socio potencial preferido. Como decían los socialistas, había una alianza alternativa y esa alianza sigue viva.
Por tanto, Rajoy y Sánchez se reúnen esta mañana porque como ayer comentaba un «fontanero» de Moncloa, «ya no les quedaba otra». Y esta sensación, compartida también en el PSOE, confirma que no hay razón para dejar que las expectativas se vengan arriba. No hay una hoja de ruta para trabajar sobre futuros consensos, y en relación a Cataluña en el Gobierno crece la desconfianza, aunque en Moncloa sigan creyendo que pese a todo el líder del PSOE no puede desmarcarse de la defensa de la legalidad vigente.
Ahora bien, la condición previa fijada por Sánchez, la de buscar salidas políticas, no ha ayudado a despejar dudas, y aunque Rajoy insistirá hoy en la necesidad del acuerdo constitucionalista, lo que ayer advertían en Moncloa es que es Sánchez el que debe decir qué cree que en estos momentos se puede negociar con un «independentismo radicalizado hasta el extremo» o que «fije él cuál es la solución política que plantea». Respecto a la reforma de la Constitución, la posición del presidente es la ya conocida, la misma que reiterará esta mañana al líder del PSOE si éste coloca esta cuestión en el orden del día. Rajoy no se niega a hablar de una reforma constitucional, pero siempre que haya un acuerdo previo sobre el punto de partida y de llegada, y haya margen para un consenso. El PP, en ningún caso, apoyará una reforma para avanzar en eso que el nuevo PSOE ha calificado de la «España plurinacional». Rajoy sigue convencido de que la reforma constitucional no arregla el problema independentista, y cree que la política «tiene que estar», pero que la prioridad es garantizar que la ley es respetada por todos.
Pese a que el independentismo siga elevando la escenificación del órdago, en Moncloa insisten en que no va a haber urnas. Una confianza tan firme que desconcierta. «No tienen censo y ni siquiera van a tener locales donde colocarlas», alegan. Todos los escenarios están analizados, y aunque formalmente el Gobierno no descarta ninguno, tampoco los anticipa. Ahora bien, en lo que afecta al discutido artículo 155 de la Constitución, la previsión con la que trabaja el Gobierno es que no hará falta avanzar por ese camino para hacer frente al desafío porque «hay otros instrumentos para atajar el problema y garantizar que se cumple la ley». El 155 es «el último recurso», la última bala que confían en que no sea necesario utilizar aunque no implique la suspensión de la autonomía –precisan–, sino «asumir parcialmente competencias si un Gobierno autonómico actúa con deslealtad». «Si no hay otra alternativa, se actuará. Pero hay otros mecanismos antes», y citan, a continuación, la reforma de 2015 del Tribunal Constitucional.- «No vamos a dar argumentos al victimismo y a la manipulación independentista. Desde fuera hablan unos y otros, pero hay que ser muy prudentes», argumentan..
El presidente aseguró ayer que los «delirios autoritarios y frentistas» de los independentistas nunca podrán «vencer a la serenidad y al equilibrio» del Estado democrático. También llamó a los catalanes a que sigan «manteniendo su confianza» en el futuro, a pesar del «giro radical» del Ejecutivo autonómico. «Contamos con un gran país. España es una gran nación, con creatividad, con ambición, con capacidad de superación y en imagen internacional es un país moderno con una democracia ejemplar», sentenció.
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Pasividad ante la tragedia