Cambios en el PP
Rajoy traslada al PP que confía en que Aznar no hará daño con otro proyecto
Génova se plantea crear su propia fundación o reforzar la que le queda.
El mensaje que ha trasladado Mariano Rajoy sobre la marcha de Aznar gira en torno a la «cordialidad» de su última conversación con éste y anticipar su confianza en que el ex presidente no se plantea poner en marcha ninguna iniciativa ni proyecto que pueda dañar al PP.
El PP se unió ayer para sostener un mismo mensaje de respeto y de agradecimiento al ex presidente José María Aznar por lo que ha significado en la historia del partido, después de que éste anunciase el pasado martes su decisión de abandonar la Presidencia de honor.
Con independencia del malestar interno por esta decisión, el momento de anunciarla y las formas utilizadas, el argumentario oficial de la cúpula popular se orientó a intentar apagar el fuego y vestir de normalidad el portazo de Aznar. El mensaje que ha trasladado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, apunta, precisamente, en esa dirección. En la de enmarcar en la «cordialidad» su última conversación con Aznar y anticipar su confianza en que el ex presidente no se plantea poner en marcha ninguna iniciativa ni proyecto que pueda dañar al PP, partido del que sigue siendo militante. En el seno del PP, la impresión mayoritaria coincide en descartar la idea de que Aznar haya dado este paso para intentar formar otro partido o erigirse en alternativa al proyecto popular. Asumen su voluntad de influir en la derecha, y hasta entienden que con su gesto ha dejado a la cúpula el mensaje de que no pueden hacer lo que quieran y que él va a seguir levantando la voz para hacerse oír. Pero sin que la cosa vaya a mayores. Génova apela a la tranquilidad con el argumento de que Aznar no tiene peso orgánico ni tiene fuerza detrás como para erigirse en alternativa al proyecto popular que representa Rajoy. Más allá de que tampoco crean que ésa sea su intención. «Es imposible que intente formar otro partido», aseguran, categóricos, incluso algunos de los dirigentes que todavía se sienten próximos al ex presidente. Pero desde el entorno de Aznar, la impresión que se traslada no va precisamente en la misma dirección. Al contrario. Desde el círculo más estrecho del ex presidente se está alimentado la tesis de que Aznar ha dejado la Presidencia de honor de su partido para sentirse con las manos más libres para hablar y para actuar. Que será un nuevo «actor político» dentro del necesario proceso de recomposición del centroderecha. Es decir, que la advertencia que dejan no confirma la llamada de la dirección nacional del PP a que el ex presidente entierre el hacha de guerra y se dedique a sus actividades particulares.
El margen de maniobra de Aznar dependerá de cómo evolucione la legislatura. Pero la situación de minoría en la que se encuentra el Gobierno de Rajoy amplía su espacio para desestabilizar al partido. Rajoy está obligado a buscar el acuerdo y a hacer cesiones en su programa electoral. Y lo que dan a entender desde el entorno de Aznar es que están dispuestos a dar la batalla contra esas cesiones y a hacer causa contra ellas. Ningún cargo orgánico del PP o público de relevancia se sumará a la senda crítica del ex presidente. Pero esto no quita para que la repercusión mediática de sus pronunciamientos sí pueda molestar en el espectro electoral del que depende el PP. Aznar no tiene la fuerza orgánica que tenía en el pasado, pero sí un contexto que le puede facilitar sostener el mensaje de que la dirección popular traiciona sus principios. Sus portavoces, con perfiles como el de Cayetana Álvarez de Toledo, entre ellos, siembran incluso dudas sobre la defensa por parte de la actual cúpula popular de principios como el de la igualdad y la solidaridad interterritorial. Ante estas presiones, desde el entorno de Rajoy lo que recuerdan es que Aznar también gobernó en minoría e hizo cesiones que «todavía se están pagando, por ejemplo en materia territorial». En cualquier caso, Rajoy y su equipo quieren creer que el ex presidente «no se ha ido para poner más zancadillas a su partido». Génova se plantea crear otra fundación o fortalecer «Humanismo y Democracia».
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