Presidencia del Gobierno
Sánchez desafía el pacto con C’s y apoya a Besteiro para la Xunta
El socialista está imputado por cohecho, prevaricación y contra la ordenación del territorio
El socialista está imputado por cohecho, prevaricación y contra la ordenación del territorio
Con un escueto y rotundo «sí». Así respondía el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, cuando los periodistas le preguntaron por la idoneidad de que un «imputado como José Ramón Gómez Besteiro sea el mejor candidato del PSOE para liderar el cambio en la Xunta». El apoyo expreso del líder socialista hacia el secretario general del PSdG no ha flaqueado en ningún momento desde que se conociera su imputación y ayer durante su visita a Galicia lo volvió a reiterar. Sánchez siempre dedica buenas palabras a quien es uno de sus barones afines, dentro de las pugnas de poder en el partido: le considera un «buen amigo», una persona «honesta y decente», que cuenta –además– «con toda mi confianza y la del partido». El líder socialista también se ocupó de dejar por escrito este aval sin fisuras a su dirigente territorial y en una entrevista publicada en «La Voz de Galicia», con motivo de su visita a la región, Sánchez apuntaba que «si Besteiro quiere dar el paso –de ser candidato a la Xunta– tendrá mi apoyo, porque confío en él». Un apoyo que se mantiene a pesar de estar investigado –antiguo imputado– por delitos de prevaricación, cohecho, contra la ordenación del territorio y negociaciones prohibidas, en relación con la construcción de una urbanización aprobada cuando era concejal de Urbanismo.
Sin embargo, las aspiraciones electorales de Besteiro chocan de lleno –además de con la pretendida inflexibilidad de los socialistas contra la corrupción– contra el acuerdo rubricado entre el PSOE y Ciudadanos para la investidura de Pedro Sánchez. En el texto, «ambas organizaciones se comprometen a no incorporar a las listas electorales ni proceder al nombramiento de altos cargos, a partir de la fecha, a personas con la condición de investigadas a iniciativa del Ministerio Fiscal». A pesar de la claridad del postulado, ninguno de los dos partidos se ha mostrado, desde su rúbrica, tajante en la asunción del mismo.
Los socialistas realizaron una redacción a la carta de este último apartado del acuerdo para blindar a otro de sus hombres fuertes en Galicia: el alcalde de Vigo y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero. En él las formaciones se comprometen a cesar a los altos cargos que «a partir de la fecha del acuerdo pasen a la condición de investigados». Este lapso temporal les impediría forzar la dimisión de Caballero –también imputado por la «operación Patos» que investiga supuestos amaños de contratos y prebendas–, cuya «condición de investigado» es anterior a la fecha de la firma del acuerdo, por lo que quedaría «indultado». No así Besteiro, ya que la elaboración de las listas del PSOE todavía no se ha realizado, imperando ahora el pacto con Rivera. El afectado no quiso entrar a valorar, antes de la firma del mismo, las posibles repercusiones que tendría para sus aspiraciones a ser candidato a la Presidencia de la Xunta un hipotético pacto de gobierno entre Ciudadanos y el PSOE, porque ese acuerdo «todavía no estaba cerrado». «Siempre he asumido la responsabilidad como el principal principio en el que muevo yo en política», dijo Besteiro entonces. Tampoco ahora parece que el socialista gallego se muestre dispuesto a asumir las consecuencias de su imputación, no en vano cuenta con el apoyo férreo de la cúpula de su partido.
En todo caso, el PSOE se rige a nivel interno por el proceso de primarias para elegir a sus candidatos a las elecciones. Además del apoyo del aparato, Besteiro tendrá que granjearse el de las bases de su partido, un trámite al que no tiene prisa por someterse. El líder del PSdG ha retrasado la celebración de las primarias y mantiene la incertidumbre de si se presentará a ellas, alegando que el aplazamiento acordado el domingo por el Comité Nacional tuvo el apoyo «de la inmensa mayoría», porque «primero están los ciudadanos, y después las cuestiones orgánicas del partido». El hecho de evitar confirmar su candidatura, haciendo un llamamiento a su propia «responsabilidad», podría hacer que, dado que su líder nacional no se lo exige, la determinación de no concurrir a las primarias parta finalmente de su propia iniciativa.
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