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Rajoy: «Sánchez y Rivera han firmado un pacto de exclusión contra el PP»
El líder popular critica la «fulgurante evolución ideológica» del líder de Ciudadanos. Asegura que el PP no hará de actor secundario en un sainete que sólo tiene como objetivo una nueva campaña.
El líder popular critica la «fulgurante evolución ideológica» del líder de Ciudadanos. Asegura que el PP no hará de actor secundario en un sainete que sólo tiene como objetivo una nueva campaña.
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, anticipó ayer que, pese al movimiento del PSOE y Ciudadanos, su partido no se moverá de la defensa de la gran coalición, presidida por el PP, que ofreció el día después de las elecciones del 20 de diciembre. Durante su participación en «La Razón de...», Rajoy descalificó con dureza el pacto alcanzado entre el PSOE y Ciudadanos para llegar a un «simulacro de investidura» y tras una actuación propia de «una comedia de enredo con escenas de cortejos y de celos».
«Necesitamos un Gobierno, sin duda. Pero no un Gobierno como sea ni un Gobierno de cualquier manera, ni un Gobierno a cualquier precio, y mucho menos un simulacro de investidura que no se creen ni sus firmantes», sentenció. Para Rajoy, lo que ha hecho Sánchez es reclutar a un socio que le permite presentarse ante sus militantes con un pacto que es un insulto a la inteligencia, y ante el que el PP, con sus 123 diputados, va a votar «no».
Ese «no» lo justificó en que el PP ofrece un proyecto distinto, «mejor, más inclusivo y coherente con lo que se hace en los países europeos». O en que no es posible gobernar ni con sus 123 diputados ni con los 130 que suman PSOE y Ciudadanos. «No se debe dar forma de gobernabilidad a fórmulas que no la tienen», apostilló. También justificó su «no» en que el PP no puede respaldar un Gobierno de «exclusión del partido que ha ganado las elecciones» y cuyo proyecto en común es la oposición al PP y derogar todas aquellas reformas que han ayudado a que España supere la crisis económica.
Rajoy explicó además su «no» a la alianza del PSOE con Ciudadanos en el hecho de que Pedro Sánchez se ha negado a dialogar con su partido, situándolo en el mismo nivel que los independentistas catalanes o que los proetarras de Bildu.
«El PP no está para firmar contratos de adhesión a pactos a sus espaldas, cocinados contra sus logros políticos, ni para hacer de actor secundario en un sainete que tiene como horizonte una campaña electoral. No vamos a participar en una ceremonia de confusión y engaño a los españoles», defendió.
El pacto de Pedro Sánchez con Albert Rivera no sirve, según explicó, para sostener el Gobierno estable y sólido que necesita España. Un Gobierno que sea capaz de consolidar la recuperación económica, la creación del empleo, el Estado del Bienestar o para dar respuesta «con solidez» al problema territorial al que se enfrenta España. «Necesitamos un Gobierno, pero no cómo sea, ni de cualquier manera ni a cualquier precio. No vamos a sumarnos a un simulacro de investidura que no se creen ni sus firmantes», reiteró.
Rajoy reprochó al líder socialista su «desprecio gratuito y sectario» a los más de siete millones de votantes que consiguió el PP el 20 de diciembre. Y se reivindicó por ser el primero que abanderó la necesidad de impulsar un diálogo tras los comicios debido al panorama de fragmentación que dejaron. «El diálogo siempre es necesario en política, pero en un panorama de fragmentación como el que ha emergido de las pasadas elecciones esa exigencia moral se convierte en una obligación inexcusable por razones prácticas. Aislar al partido que ha ganado las elecciones es siempre éticamente reprobable, pero intentarlo en el actual escenario es una maniobra absurda condenada al fracaso», argumentó. Como muestra de ello citó la reforma constitucional «exprés» recogida en el acuerdo entre los socialistas y la formación naranja, que necesita obligatoriamente del concurso del PP. «Dejando al margen las consideraciones de su contenido, ¿cómo se puede prometer una reforma exprés sin tener en cuenta que necesita nuestros votos? Quien lo promueve o pretende engañarse a sí mismo o al conjunto de los españoles. Y quien lo suscribe, o pretende engañar a su socio o sabe con certeza que es un «brindis al sol», manifestó.
Antes de insistir en la advertencia al PSOE y a Ciudadanos de que no cuenten con el PP «para pantomimas de esta naturaleza». «En este nuevo tiempo sobran los intentos de exclusión, el sectarismo y la criminalización del adversario. Son democráticamente inaceptables y conducen a un bloqueo político que este país no se puede permitir. Ese acuerdo no es fruto del diálogo, sino del proyecto de exclusión del partido que ganó las elecciones. Por más literatura que hagan los firmantes, por más imaginación que se le quiera echar, la aritmética es tozuda», insistió.
Rajoy proclamó que desde el día 20 de diciembre sólo hay dos opciones de gobierno para evitar ir de nuevo a unas elecciones: uno de exclusión contra el PP y otro de consenso, «que es el que propone el PP». Porque la única mayoría que puede hacer a Sánchez presidente del Gobierno exige «inexcusablemente por acción o por omisión la presencia de Podemos».
«Sánchez sólo puede ser presidente con quien quiere acabar con el orden constitucional y salvo que Rivera, en su fulgurante evolución, descubra también ahora que su programa es compatible con el de Podemos, ese acuerdo necesitaría además el concurso de los independentistas. Ése es el único Gobierno que puede mandar a la oposición al vencedor de las elecciones. Y los números permiten ese Gobierno, pero a costa de someter a la sociedad a una fractura y a una radicalización, además de tener graves consecuencias para nuestra economía», dijo.
Frente a ese «Gobierno hipotecado y bloqueado por sus contradicciones internas», Rajoy reivindicó su propuesta de Gobierno de «consenso». Una alianza que sería una garantía de «estabilidad, eficacia y fortaleza» porque, por encima de los intereses particulares, sus integrantes compartirían valores fundamentales como la unidad territorial, la igualdad de los españoles, el respeto riguroso de los principios de la democracia, la defensa de la legalidad y la lucha contra el terrorismo. Además de que sería una oportunidad para acometer reformas ambiciosas y profundas con garantía de permanencia. «Permitiría convertir una situación de dificultad objetiva en una oportunidad».
El presidente del Gobierno en funciones concluyó insistiendo en su oferta de un gran acuerdo para conseguir «seguir creciendo y creando empleo, de lo que ya nadie habla en nuestro país; consolidar el Estado del Bienestar; blindar la unidad de España; luchar contra el terrorismo; y luchar contra la corrupción».
«Y para eso hay que hacer cinco pactos: por el crecimiento y el empleo, una reforma fiscal y de la financiación de las autonomías, en materia social, por la educación y por el fortalecimiento institucional», precisó.
A una semana de que Sánchez se presente a la investidura, Rajoy proclamó que el PP no renuncia a su propuesta de Gobierno porque es la mejor para España, la que mejor refleja la voluntad de los españoles y la que se ocupa de los problemas reales de los ciudadanos. «Fija objetivos claros y entendibles, y frente a ella la única alternativa es un Gobierno de Podemos».
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