El desafío independentista
«Tras el 1-O aumentó el racismo en Cataluña»
Superan el medio millón, se han convertido en el objetivo de todos los partidos y aunque algunos simpatizan con el «procés» creen que ha empeorado la convivencia. «Soy musulmán, español y catalán. ¿Por qué me quieren echar?»
Superan el medio millón, se han convertido en el objetivo de todos los partidos y aunque algunos simpatizan con el «procés» creen que ha empeorado la convivencia. «Soy musulmán, español y catalán. ¿Por qué me quieren echar?»
El voto musulmán se ha convertido en objeto de deseo por parte de todas las formaciones políticas de Cataluña. Independentistas y constitucionalistas pujan por hacerse con el apoyo de esta comunidad que es la minoría más numerosa de la región y que puede ser clave en unos comicios, los del próximo 21 de diciembre, en los que los resultados están muy ajustados. Según el último censo realizado por las comunidades islámicas de Cataluña (no existe un censo oficial que segregue por religiones), 513.000 musulmanes residen en esta comunidad, 300.000 de los cuales lo hacen en la provincia de Barcelona. Y lo que es más significativo, el 40% de ellos tienen la nacionalidad lo que implica el derecho a participar en las elecciones de este mes. Así, entre los miembros de esta religión, los comicios son debate diario y, por su puesto, la independencia preocupa.
En El Raval, conocido como el Molenbeek catalán por el elevado número de musulmanes que allí viven y trabajan, Afttab, de 43 años termina de despachar en su negocio de telefonía móvil y atiende a LA RAZÓN. «Me gusta la política y me da pena lo que estoy viendo. Nunca había vivido algo así en los casi 20 años que llevo aquí. Como empresario hay cosas que dicen los independentistas que pueden ser atractivas, como, por ejemplo, que vamos a pagar menos impuestos, pero luego lo piensas bien y te das cuenta que lo que hacen es mentirte», dice sin bajar la voz para que le escuchen los vecinos. «El otro día un amigo pakistaní que esta casado con una española me dijo que su esposa le había dicho que si Cataluña se separaba de España ellos migrarían a Pakistán. Esto es el mundo al revés. Mi amigo, que es un gran empresario catalán, me decía que cómo iban a irse a su país de origen si precisamente se vino aquí hace años en busca de una mejor vida. Pero también es cierto que desde el día del referéndum ha bajado el turismo y la economía esta cayendo y esto para nosotros es muy malo así que en cierto modo le entiendo. Otros paisanos míos se ríen cuando hablamos por teléfono de los independentistas y me dicen que sería ridículo y absurdo. Desde allí siguen de cerca el procés», explica. Sus principios son claros y la campaña no le hará dudar de quién es su partido favorito. «El Partido Popular es el que nos ha sacado de la crisis y el que ha puesto otra vez la economía en su sitio y ahora parece que nadie quiere reconocerlo. El partido socialista nunca me ha ayudado en nada, los más serios son los del PP», confirma. De hecho, en esta ocasión por primera vez los populares han incluido a un candidato musulmán en sus listas, Hanan Serrouk Ahmed. ¿Oportunismo? «No, es una manera de mostrar que los políticos entienden la diversidad catalana y los musulmanes formamos parte de ella. Sólo si entramos en política podremos luchar por nuestros intereses»» asegura a este diario Mohamed el Ghaidouni, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Cataluña. Esas necesidades pasan, según El Ghaidouni por impulsar políticas sociales de normalización y visibilización de los musulmanes. «En este momento hay 58.000 niños en nuestra comunidad con edad de escolarización y no tenemos derecho a poner clases de religión islámica en sus colegios. En Madrid y Andalucía, por ejemplo, sí está permitido. Aquí no y debemos luchar por ello», afirma.
La estigmatización es otro de los problemas con los que se enfrenta ese colectivo, de hecho, según Yasar Abbas, de 34 años y responsable de un restaurante del grupo ANG, confiesa que desde el referéndum ilegal del 1-O el racismo ha aumentado. «Desde aquel día he notado mucho más rechazo hacia nosotros. Nos dicen que nos vayamos de aquí, que volvamos a nuestro país. Es muy triste, pero lo que no se dan cuenta es que aunque yo sea musulmán, soy español y ciudadano catalán. Tengo la nacionalidad española, soy madridista a muerte y aún así me quieren echar. Es una vergüenza, pero yo no me dejo intimidar», apunta este joven padre de dos hijos. Él también tiene claro su voto, de hecho siempre ha sido el mismo: el Partido Socialista de Cataluña. «Nos han ayudado mucho, cuando no tenía los papeles te daban garantías, siempre te ayudan. Estaría mucho más tranquilo si ellos gobernaran. De hecho creo que el mejor presidente de este país ha sido Zapatero, él hizo mucho por nosotros», afirma con seguridad aunque no recuerda el nombre del candidato del PSC (Miquel Iceta). Yasar vino desde Pakístán (los marroquiés y los pakistaníes son las principales nacionalidades de los musulmanes en Cataluña) a España hace 15 años y la mayoría del tiempo, aproximadamente 13 años, los ha pasado en Cataluña, aunque recuerda con nostalgia su etapa en Andalucía. «Con todo este tema del separatismo lo que se me viene a la cabeza es lo que ocurrió en mí país en 1971 cuando se independizó Bangladesh, que suponía la quinta parte del país. No quiero que esto ocurra aquí. Porque además de ser algo malo para el país, lo que alimenta es la secesión en otros lugares y eso no puede ser, unidos somos más fuertes y la separación supone empezar de cero, retroceder», apunta.
También hay musulmanes independentistas, como Khan Ikbail que acaba de entrar en un establecimiento de comida árabe a los pies de La Rambla del Raval. Él no quiere decir a quien vota explícitamente, pero defiende el secesionismo con fervor. «Me siento decepcionado por lo que ha hecho Puigdemont. Un capitán no puede dejar el barco. Quizá se pasó en las formas, debería de haberlo hecho con más calma y más diálogo. Tampoco desde España se han hecho bien las cosas, el Gobierno de España no nos da libertad, parece como si estuviéramos otra vez en el franquismo», dice con una pronunciación complicada del castellano que no le impide para hablar de Franco con conocimiento de causa. «Aquí lo primero que queremos es trabajo y comida, el resto ya llegará», añade mientras su hijo explica a este diario que el otro día un niño llevo a su colegio una mochila con la bandera de España. Su padre ríe. Probablemente esta vez apostará por Esquerra Republicana.
Salem Usma, de 26 años es más conformista y menos beligerante en cuanto a temas políticos se refiere. Dice no estar interesado en la política y aunque tiene la nacionalidad desde hace tiempo dice que nunca ha votado. «Tengo trabajo, me lo paso bien y mis necesidades están cubiertas, así que mejor no sufrir dolores de cabeza con la política, es algo muy aburrido», sentencia desde el restaurante en el que trabaja en pleno corazón de El Raval.
«El voto de la comunidad musulmana tradicionalmente se ha inclinado más por las formaciones de izquierda ya que han apostado por políticas sociales que han sido de gran ayuda para la comunidad. Aún así, en este momento la radiografía ideológica es bastante plural. Lo que sí es cierto es que cada vez, los musulmanes están más interesados por la política y eso se nota también por el aumento de los miembros de las segundas generaciones. Hasta ahora, la mayoría de los inmigrantes musulmanes eran de primera generación y trabajan principalmente en el sector servicios ya que su formación es muy escasa. Sus hijos ya han estudiado, tienen carreras y les importa la política, por eso los intereses también cambian», apunta el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Cataluña. Por eso todos los partidos han sumado a un musulmán en sus listas, eso sí, la mayoría en puestos bajos que lo más probable es que no consigan representación. Aun así, la cuota islámica está cubierta.
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