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Treviño aprueba segregarse y que el País Vasco le preste sus servicios
La Diputación de Burgos advierte de que no renunciará a lo que marca la Ley
El condado de Treviño (Burgos) volvió a presionar ayer para segregarse de Castilla y León. El alcalde del enclave, Ignacio Portilla, convocó un pleno extraordinario para pedir la caducidad de los convenios existentes y que el Gobierno vasco preste directamente los servicios al enclave a través del cambio de titularidad administrativa. La propuesta fue respaldada por los dos concejales independientes de Treviño, uno de Bildu y los dos del PNV. Los tres concejales del PP, contrarios a la segregación, no quisieron participar de esa «pantomima» y no asistieron, ya que están «hartos» de los «artilugios que inventan sus compañeros de desgobierno», aseguró el presidente de la Diputación de Burgos, César Rico, a LA RAZÓN.
La moción ratificó el deseo de actualizar el proceso de racionalización administrativa impulsado hace varios años. El alcalde de Treviño considera que el proceso «entra en fase final de decisión exclusivamente política», y que si la situación persiste como conflicto es porque no se ha puesto nadie a trabajar en el asunto de una forma «seria». Por ello, Portilla manifestó su deseo de «institucionalizar» los procesos y los protocolos actuales y dice que espera un «gesto de valentía» por parte de las partes responsables para poner fin a esos convenios de prestación de servicios, informa Ical.
El municipio pide la dejación de las funciones competenciales de Castilla y León, algo en lo que, el presidente de la Diputación de Burgos insiste en que no va a ocurrir. «No vamos a hacer una dejación de nuestras funciones ni renunciar a ello, la Diputación seguirá prestando todos los servicios públicos al condado», y advirtió de que el «sentido común» abogaría por reforzar el convenio de prestación de servicios, no por ponerles fecha de caducidad. Esto mismo se lo ha explicado Rico al alcalde de Treviño, que insiste con la segregación. Si el problema es por los servicios de salud, el presidente de la Diputación de Burgos indicó que, salvo un caso puntual ya conocido, los habitantes de Treviño pueden acudir a los servicios públicos de salud vascos si lo solicitan. De hecho, subraya que «nadie se niega a mejorar los convenios con el País Vasco».
Por el momento, el consistorio del enclave pondrá en conocimiento de la Diputación de Álava la decisión tomada por ellos y solicitarán a las instituciones vascas «que a partir de mayo se ponga fecha de caducidad a los convenios que se vienen prestando». Las pretensiones del enclave chocan con las disposiciones del Estatuto autonómico de Castilla y Léon, que destaca que en lo que a la segregación se refiere la competencia procede a la comunidad de origen. Rico insistió en que en la Diputación «seguiremos en la línea de lo que la Ley nos marca».
La primera propuesta de segregación de Burgos y anexión a Álava data de 1846, cuando la Diputación vasca pidió sin éxito la integración de Treviño. La última vez se produjo en 1998. Rico advierte de que la presencia de partidos nacionalistas en el condado obedece a buscar la anexión.
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