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Álvarez de Toledo versus Montero & Montero: las chicas son guerreras

El debate del otro día entre las representantes del PP, PSOE y UP alcanzó momentos delirantes

Álvarez de Toledo versus Montero & Montero: las chicas son guerreras
Álvarez de Toledo versus Montero & Montero: las chicas son guerreraslarazon

Seguro que si los alienígenas nos ven, habrán llegado a las siguientes conclusiones: “España es un lugar peligrosísimo dividido en dos bandos, uno de los cuales somete sistemáticamente al otro. Se encuentra instaurada una suerte de cultura de la violación, celebrada y consentida. El bando opresor, que se diferencia a simple vista del oprimido por un apéndice colgante situado entre los miembros inferiores, abusa impunemente del otro amparado por una legislación deficiente.

Si yo hoy, desde la torre de control imaginaria en la que me encuentro de servicio, hubiese establecido un primer contacto extraterrestre y me hubiesen pedido un documento para intentar entender cómo somos los seres humanos (en general y los españoles en particular), les mandaría sin dudarlo el fragmento del debate del otro día en el que Cayetana Álvarez de Toledo y Las Montero (no un nuevo y desconocido grupo de flamenco pop, sino la ministra de Hacienda y la nº2 de UP) se enfrentan a cuenta del tema de las violaciones. El resto del debate, y mira que me gustan a mí los debates electorales, fue un muermazo insufrible, pero ese trocito es para verlo una y otra vez. Dice tanto de cada una, que no puedo dejar de verlo en bucle, en una especie de suplicio de Mezencio autoinflingido en el que voy notando cómo a mí también se me dispara el factor ira y me dan ganas de intervenir, de malos modos, contaminándome de eso que veo en ellas y que tanto me molesta.

Ninguno estuvo fino, vamos a decirlo con delicadeza, y si mis recién estrenados amiguetes alienígenas hubiesen visto el debate entero (no soy tan cruel, solo les he pasado un fragmento) muy probablemente desistirían de su intención de establecer comunicación con nosotros. Porque vaya espectáculo, colega. Pero vamos a lo que vamos, al rifirrafe.

Os lo cuento yo porque así, si no lo habéis visto, no hace falta. En un momento del debate, Álvarez de Toledo le reprocha a María Jesús Montero (la Montero del PSOE, no la Montero de UP) el enfrentamiento entre mujeres y hombres y le interpela directamente por el punto del programa del PSOE en el que se hace referencia al consentimiento explícito: “garantizaremos con el Código Penal que todo lo que no sea un sí es un no”. Álvarez de Toledo desperdicia aquí una oportunidad de oro de que todos nos enteremos de una vez por todas de qué va esto del consentimiento expreso. Es lo que esperaba yo de ella en ese momento y me sorprendió, para mal, que cayese en el recurso podemita de simplificar al extremo. Le preguntó a Montero (la del PSOE, no la de UP), como si estuvieran en la barra de un bar, que si ellas dicen “sí, sí, sí” todo el rato y hasta el final. La Montero (la de UP, no la del PSOE) se echó las manos a la cabeza en uno de los momentos más sobreactuados que he visto desde la última vez que vi a Natalia Dicenta en el teatro. Álvarez de Toledo hizo lo que hacen ellos, entró en su juego, y ahí no les gana nadie. Fue el fallo, creo yo, porque para Cayetana hubiese sido muy fácil evidenciar la papanatada de tal iniciativa a poco que las hubiese dejado intentar explicarla, pues no hay por dónde cogerla.

Estos días he intentado yo entenderlo hablando con algunos amigos que están muy de acuerdo y que les parece una buena idea. Tal ha sido el sindios que aún me entero menos que antes. No se ponen de acuerdo ni siquiera entre ellos y parece ser que hay varias corrientes. Me he permitido el lujo, que para algo esta es mi columna, de realizar una especie de esquema para tratar de poner orden. Ha quedado tal que así:

Corriente literalista: efectivamente, SÍ es SÍ y todo lo demás es NO. Son los más beligerantes y puristas, pero minoritarios. El sí expreso, dicen, es para casos de no consentimiento. Pero en casos de no consentimiento un sí expreso no tendría por qué ser literal pues, añado yo de mi cosecha, un sí expreso podría ser producto de una coerción. Si es tan fácil como que solo un SÍ en voz alta implica consentimiento, no hay más que forzar de la manera que sea a que ese monosílabo sea pronunciado. Así que esta medida podría ser contraproducente.

Corriente metafórica: SÍ es SÍ y cualquier gesto o acción que expresamente consienta también es un SÍ. Pero todo lo demás es un NO. O sea, todo depende, es interpretación. O sea, como hasta ahora. O sea, nos han metido doblada como reforma del Código Penal y propuesta seria para luchar contra el abuso lo que ya está ocurriendo desde tiempos inmemorables. Good point, Sánchez. A esto se le llama vender humo.

Corriente notehasenteradodenada: estos son mis favoritos. Cuando les preguntas de qué manera va a contemplarse en el Código Penal que solo un SÍ, ya sea verbalizado o no verbalizado (si esto no es poner de mi parte, yo es que ya no sé), sea consentimiento y todo lo demás sea un NO (siendo TODO LO DEMÁS un concepto tan amplio, abstracto y maleable) y, por lo tanto, constituyente de delito, te dicen invariablemente que no te has enterado de nada. A lo que yo, humildemente, les doy la razón y les digo que efectivamente no me he enterado de nada. Que si tendrían a bien explicármelo despacito, como si de un niño de seis años con graves problemas cognitivos en el seno de una familia desestructurada, se tratase. Y entonces me dicen que estoy justificando los abusos y legitimando las violaciones. A mí me da un tic en el ojo, pese a lo cual trato de razonar, moviendo las manitas a lo Irene Montero por si este gesto tiene algún tipo de efecto narcótico y consigo que se apacigüen . Les explico con un tono monocorde para no alterarles más, que disentir no implica invariablemente mala fe ni defender, promover o alentar la postura contraria, ni mucho menos. Que decir que esta medida no tiene sentido no es decir que violar es una de las mejores actividades de solaz y esparcimiento. Que esa afirmación es pura demagogia y manipulación y que, en principio, aquí estamos a cosas serias. Debatir y entendernos, por ejemplo. Es en ese momento cuando me llaman facha y misógina. Presiento que si me quedo más rato voy a acabar teniendo la culpa de algún acontecimiento histórico pasado y conflictivo, muy probablemente constituyente de delito, así que decido alejarme sin hacer movimientos bruscos, tratando de evitar el contacto visual directo y sin dar la espalda. Por lo que pueda pasar.

Total, que sin compartir la forma de decirlo de Cayetana Álvarez de Toledo, no puedo estar más de acuerdo de lo que estoy con ella. Lo mire por donde lo mire, me parece una propuesta totalmente cosmética y pazguata. Me parece poco serio que se presente como un logro algo que, en el mejor de los casos, ya existe (el no consentimiento implica abuso y está tipificado) y, en el peor de ellos, denota un ánimo partidista de obtener rédito de la sensibilidad colectiva ofreciendo algo que muy difícilmente se va a poder realizar.

Porque Sí es Sí, pero a veces es No, o es solo un poquito. A veces No es No, a veces es Sí. A veces es un quizás. Y no se puede establecer un patrón invariable que no tenga en cuenta en absoluto ni el contexto, ni el juego de la seducción, ni las relaciones, ni los matices, ni la carga emocional, ni tantos otros factores que no acabaríamos nunca de enumerarlos. Lo que no podemos pretender es que un Estado paternalista nos tutele en todos los ámbitos de nuestra vida porque ser mujer no implica ser infantil, ni incapaz ni limitadita. Por mucho que quieran ponernos algunos en esa posición para luego poder presentarse como nuestros salvadores. Y eso no significa, voy a insistir una vez más, que se esté a favor de las violaciones. Ni, como dice Montero (la de UP, no la de PSOE), que si gana cualquiera que no sean ellos cuando violen a una mujer le van a decir que “no es para tanto”. ¡Qué barbaridad!

Seguro que si los alienígenas a los que he remitido el vídeo hubiesen elaborado un informe tras su visionado, habrían llegado a las siguientes conclusiones (más o menos):

“España es un lugar peligrosísimo dividido en dos bandos claramente diferenciados y en constante conflicto, uno de los cuales somete sistemáticamente al otro. Se encuentra instaurada una suerte de cultura de la violación, celebrada y consentida. El bando opresor, que se diferencia a simple vista del oprimido por un apéndice colgante situado entre los miembros inferiores, abusa impúnemente del otro amparado por una legislación deficiente y unos poderes del Estado que, en clara connivencia, facilitan la perpetuación de esta opresión sistemática. La humedad relativa oscila entre el 75% y el 80% y la temperatura media es de 26º. Lugar impracticable. Enmendando rumbo.”

Estoy por irme con ellos, no lo voy a negar.