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Mi hijo me ha dicho que los padres son los Reyes Magos ¿qué hago?
Herramientas para gestionar de la mejor manera posible y según la edad, ese momento tan delicado y trascendental en la vida de los niños.
Pocas cosas ilusionan tanto a la mayoría de las familias, como el tema de los Reyes Magos, Papá Noel, el Olentzero, y los pequeños de la casa. No en balde es una de las celebraciones más esperadas y planificadas en el resto del año, puesto que reflejan la inocencia y la alegría de la niñez a través de una tradición que se niega a morir.
Las dificultades surgen cuando los niños de alguna manera descubren o se enteran de que los artífices de la magia son los mismos padres o las familias. ¿Cómo afrontar ese momento? Carolina García, sicóloga, orientadora escolar e investigadora en neurodiversidad y educación emocional, nos da herramientas para gestionar de la mejor manera posible y según la edad, ese momento tan delicado y trascendental en la vida de los niños.
- ¿Qué es lo mejor que se puede hacer en esos casos? ¿Tratar de mantener la ilusión o ser sinceros sobre la naturaleza de tales personajes?
- Creo que siempre hay que ser sinceros con los niños... según la edad. Ademas de no estar dando buen ejemplo mintiéndoles, es tontería querer ocultar algo sobre lo cual ellos mismos te están preguntando, porque seguramente se lo hayan confirmado y dicho otras personas. Pero decirles la verdad no está reñido con mantener la ilusión, podemos explicarles el sentido de estos personajes y por ejemplo sugerirle ideas para disfrutarlo de otras maneras, ahora que ya saben ese pequeño secreto.
- ¿O sea que la edad podría ser un factor determinante a la hora de escoger cómo gestionar el sentimiento de duda o desilusión?
- Claro, de la edad depende cómo gestionarlo. No es lo mismo que un niño de tres años por estar en una conversación de chicos/as mayores se entere o le digan que los Reyes Magos no existen, a que un niño de 10 años con la capacidad de razonamiento que tiene y su observación, además de la relación con niños de su edad, comience a pensar y relacionar ideas de forma que él por si solo sospeche que estos personajes no existen.
Al niño pequeño aún podemos mantenerle la ilusión y la creencia. Al de 10 ya lo trasladaríamos a la realidad, explicándoles como hemos dicho más arriba que las ilusiones se pueden mantener, aún conociendo la realidad.
- Existe una tendencia creciente a tildar como mentiras malsanas las creencias infantiles en ciertos personajes típicos de celebraciones tradicionales (Papá Noel, Los Reyes Magos, el ratón Pérez/hada de los dientes, etc). ¿Realmente podrían causar un daño significativo a los niños?
- Es una autentica tontería pensar que creer en seres mitológicos, mágicos y de fantasía puedan dañar porque entonces habría generaciones enteras bastante dañadas. Siempre han existido y forma parte de la naturaleza humana crear seres que no existen en la realidad, porque es una manera instintiva de buscar explicación para algunas cosas y ademas damos rienda a nuestra imaginación, creatividad, incluso transmitiendo valores y tradiciones en el camino.
- ¿Cuál es el lado positivo de cuidar y respetar el pensamiento fantástico y la imaginación en los niños?
- Cuidar y respetar el pensamiento fantástico implica respetar la naturaleza infantil que se alimenta de la creatividad, el juego y la inocencia, entre otros aspectos que dentro de un marco de amor y acompañamiento, favorecerán un desarrollo sano de la personalidad.
- Otro argumento de los detractores de sostener el mito de Santa o Los Reyes, es que está muy normalizada la tendencia a "sobornar"a los niños para que tengan un buen comportamiento y puedan recibir los obsequios de estos seres fantásticos. ¿Esto último es una costumbre dañina de los adultos? ¿Puede empeorar la naturaleza de la reacción del niño cuando sepa que todo era mentira?
-El cómo usemos las familias o adultos los regalos en estas fechas es cosa distinta. Estas fechas y estos seres no están para sobornar a los niños, todo lo contrario, están para ilusionarlos, para transmitir alegría, esperanza por conseguir cosas que sueñan, por compartir con los demás aquello que desean, bien sean momentos o algo material. Es un error sobornar con todo esto porque los niños además de aprender a sobornar también, asociarán estas fechas y seres con cosas no muy positivas.
- Si, por ejemplo, decidimos no continuar disimulando y les hablamos con sinceridad ¿deberíamos tomar alguna precaución especial para que el niño sepa gestionar "el secreto"frente a sus amigos que aún no saben la verdad?
- Si queremos revelarles o acompañarles a la realidad siempre hay que hacerlo con tacto, con cariño, teniendo en cuenta la sensibilidad de cada niño y sin dejarles de transmitir ilusión igualmente, además de incentivarles el respeto por los amiguitos o conocidos que aún no saben "el secreto". Es una base para inculcar la tolerancia por las creencias o convicciones ajenas siempre y cuando estas no sean en perjuicio de alguien más.
- Y si por el contrario tratamos de prolongar un poco más la ilusión ¿No hay "peligro"de que quedemos peor cuando se vuelva a enterar y esta vez sea una realidad innegable?
-Tratar de prolongar yo lo haría solo si son muy pequeños y debido a esto podríamos confiar un poco en la "olvido"infantil. Los niños no son rencorosos y mucho menos guardarían con recelo algún recuerdo de los 2 o 3 años, por ejemplo. En el caso de que tengan más edad (a partir de 7 u 8 años)si quieren ellos mismo seguir creyendo tampoco hay que burlarse o menospreciar el hecho.
-Si el niño ya sabe, y nosotros estamos al tanto, pero disimula creyendo que así no disminuirán sus privilegios, ¿qué debemos hacer?
- Si los chicos ya lo saben pero quieren mantenerse en el juego, podemos jugar con ellos a disimular, pero yo personalmente aprovecharía para explicar y hablar sobre el tema de que los adultos mantenemos ilusiones aún conociendo la realidad que nos rodea.
- Otro factor importante: Los regalos. ¿Continuamos ofreciéndoles obsequios y juguetes en navidad? ¿Propiciamos que a su vez participen en ayudarnos a mantener la ilusión de los otros pequeños de la familia?
- Nos toca vivir en una sociedad de consumo y es inevitable desear objetos, artículos, etc... con el que nos bombardea la tv, la publicidad. Y además, si ya no los traen los Reyes, por ejemplo, el regalo podría provenir por ejemplo de los abuelos. Así que no tiene sentido restringir o eliminar los regalos porque el niño ya sepa que Santa o los Reyes no existen.
Está en cada familia poner sus límites, intentar transmitir que no es lo único a destacar en esas fechas, que el consumo responsable no es malo, pero que además de cosas materiales podemos pedir otras cosas como tiempo con personas que no pasamos durante el año tanto, realizar actividades que no podemos realizar con frecuencia, entre otras cosas que propiciarán un desarrollo sano del niño dentro del núcleo familiar y la sociedad en general.
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