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¿Sabes educar a tus hijos en cuestiones digitales? (Porque es su “mundo”)

¿Sabes educar a tus hijos en cuestiones digitales? (Porque es su “mundo”)
¿Sabes educar a tus hijos en cuestiones digitales? (Porque es su “mundo”)larazon

Cada vez nos extraña menos ver a niños de carrito mirando un móvil en lugar del paisaje que le rodea. Y si empezamos tan temprano en su uso, sin medida, las consecuencias a corto plazo serán graves. Todos tenemos algún caso en el que nos hayamos encontrados niños berreando en un restaurante porque papá y mamá no les pueden dejar el móvil para entretenerse.

No es raro ver a niños con un móvil en la mano y jugando con la tablet. O incluso nosotros mismos, los adultos, estar con el portátil y el móvil a la vez. Estamos hiperconectados y desconectados a la vez. Vivimos en una era en la que los padres además de educar también tenemos que informarnos sobre educación digital. Nadie ha nacido sabiendo, y mucho menos los padres. Nos está tocando vivir en una sociedad cada vez más digitalizada y multipantalla, en la que los nuevos vocablos generalmente en inglés, nos invaden cada día y nosotros como padres tenemos que saber educar a nuestros hijos también en lo digital. Desde aprender a comportarse, a cómo diferenciar noticias fake o a saber desenvolverse en los medios sociales. Pero vayamos por partes.

Maider Pérez ofrece charlas sobre seguridad en redes Sociales tanto a padres como a jóvenes. Ha sido community manager de centros escolares y ha visto la necesidad que existe y ese gran vacío de información y cada vez en edades más tempranas. Suele ir acompañada de una abogada experta en nuevas tecnologías que da las explicaciones legales correspondientes así como consejos prácticos si ya se han metido en líos. Ha colaborado también en la revista digital Educar para Ser .

Nos ofrece a continuación algunas pinceladas de cómo afrontar esta educación digital tan importante para nuestros vástagos, podéis encontrar más recursos en su blog o pedir una de sus charlas para vuestro centro escolar.

Su primer móvil

En todas las charlas sale la pregunta del millón, ¿qué edad es buena para darle el primer móvil al niño/a? Y la respuesta es... no hay una edad buena ni mala. Solo personas más o menos preparadas. ¿Le darías las llaves del coche a tu hija de 17 años? ¿Le darías la tarjeta de crédito a tu hijo de 14 años? ¿Le dejarías solo en el parque a tu hijo de 9 años? ¿Permitirías que tu hijo de 12 años tuviese relación con más de 20 personas desconocidas? Si estas preguntas las trasladásemos al mundo digital, ¿sería la misma respuesta? Yo creo que no. Por eso la respuesta es depende. Depende de lo preparados que estén nuestros hijos. Depende del tipo de móvil. Depende del uso que le den. Depende de lo que sepan hacer con él. Depende de lo responsables que sean.

Todos hemos nacido con coches, pero nadie sabíamos conducirlos. En cambio damos por hecho que nuestros hijos, que han nacido con un Smartphone bajo el brazo, saben hacer un uso correcto del mismo. No podemos darles un aparato tan potente y no enseñarles a manejarse con él. Para ello debemos estar familiarizados tanto con la jerga que se utiliza como con los derechos y obligaciones en internet.

En nuestras charlas - explica- mandamos un cuestionario previo a los padres, para que sea respondido por los hijos, y las respuestas sorprenden cada vez más. Hay redes sociales que los padres ni si quiera conocen. Realizan actividades diferentes a las que fueron creadas. Se comunican con cualquier persona y se exponen cada vez más. Cuanto antes acceden a la tecnología, antes pierden el miedo y antes cometen errores que pueden llegar a ser peligrosos.

Un niño de 9 ó 10 años no está preparado para diferenciar la realidad de la ficción. Los vídeos que ve o los contenidos a los que accede a través de una red social no están pensados para gente de su edad.

¿Por qué quieren un móvil nuestros hijos?

La respuesta es fácil, para estar con los amigos. Para sentirse conectado con su mundo, para ser uno más del grupo, para pertenecer al grupo. Para no sentirse excluido. Porque necesitan exhibirse y qué mejor que las redes sociales para ese altavoz. En cambio nosotros les damos un móvil para tenerles “controlados”, nada más lejos de la realidad. Una vez que entra el móvil en sus vidas, el descontrol es total si no se ponen unas normas de uso.

¿Son efectivos los controles parentales?

Por qué no hacerse la pregunta de otra manera, ¿Te gustaría que tu marido/esposa te tuviera controlado las 24 horas del día “por tu seguridad”? ¿A que visto así, no suena tan bien? Por eso, desde mi punto de vista, los controles no son tan efectivos como la educación. La prevención.

¿Sabemos las edades de acceso a las redes sociales?

Conocemos los límites legales para comprar alcohol o tener carnet de conducir, pero en cambio no sabemos qué edad mínima hay que tener para acceder a Facebook, twitter, Instagram, musically... 14 años. Sí. Todos saben saltarse esa norma, porque las barreras de accesos son muy débiles. Sólo hay que modificar tu fecha de nacimiento. Y nadie lo controla. El problema está en que si entran muy jóvenes a todo tipo de contenidos, normalizarán muchas situaciones, como violencia, agresiones, imagen, identidad digital, derechos de imagen, y un largo etc.

¿Debemos prohibir su uso o accesos?

No, en absoluto, prohibir no es la solución en ninguna de las facetas de la educación, y por supuesto, tampoco en esta. Debemos educarles. Debemos enseñarles a cuidar su privacidad, sus derechos y sus obligaciones. A tener precaución con perfiles que no conocen, a no compartir todo lo que cae en sus manos, a pensar un poco antes de publicar algo, pensando en su propia identidad y huella digitales.

Reputación online

Hablando de su huella digital, tenemos que hablar de su reputación online. Si ellos ven que constantemente publicamos contenido propio sin filtros, sin tener en cuenta a todo el que sale en la foto, ellos actuarán por imitación (como todo en esta vida). Por eso, deben saber que no todo el mundo quiere salir en sus fotos digitales. Tienen que pedir permiso para compartir esa imagen. También deben pensar si esa imagen se la enseñarían a sus padres, o les gustará verla dentro de un par de años. Si dudan, es mejor que no la suban. Todo lo que sube a la red, es muy difícil que desaparezca.

Los departamentos de recursos humanos de empresas y universidades buscan ese rastro digital. Y todo lo que haya sobre esa persona en la red, cuenta. Tienen que saber que todo lo que cae en sus manos, no puede ni debe ser compartido. Por ejemplo, vídeos de terceras personas haciendo algo, tanto si el vídeo se ha grabado con el consentimiento como si no, seguro que no se ha compartido con la aprobación de los que participan, por lo que el abrirlo y compartirlo posteriormente, ya es delito. Publicar esa foto que te acabas de sacar en la playa la noche de San Juan bebiendo quizá no sea la mejor como imagen de tu perfil en twitter dentro de un año.

¿En qué redes sociales se mueven tus hijos?

Si no eres capaz de responder a esta pregunta, tienes un problema.

Los chavales tienen varias cuentas, las que te enseñan y las que no te enseñan. Y tú debieras conocer ambas. Debieras ser capaz de desenvolverte mínimamente en las redes sociales y conocer el ambiente en el que se mueve, igual que conoces el ambiente en el que se mueve en la “vida real”. ¿Sabes si tu hijo juega online? ¿Sabes si tiene muchos seguidores en Instagram? ¿Sabes cuantos likes tiene en musically? ¿Conoces cuántos vídeos ha subido a Youtube?

¿Y el ciberbullying?

Esto da para un capítulo aparte. A grandes rasgos, en nuestras charlas explicamos cuales son los tipos de bullying que más se dan entre los jóvenes. Sexting, Grooming y bullying propiamente dicho. Y ofrecemos recomendaciones tanto para los jóvenes como para los padres para aprender a salir de la espiral y no caer en problemas mayores. El consejo principal es que lo cuenten a un adulto de confianza y bloqueen al agresor.

Los padres debemos estar atentos a cambios de humor, cambios de actitud, que puedan delatarnos algo de nuestros hijos. A esas edades no cuentan casi nada. Pero debemos estar pendientes de lo que hacen en la red. Seguro que si les hemos dado una buena educación digital (y analógica) sabrán identificar una situación de acoso y denunciarla.