Francia
Francia autoriza la sedación terminal para los pacientes terminales
Los diputados franceses adoptaron ayer con una amplia mayoría la ley que permite la sedación "profunda y continua"de los pacientes en fase terminal, al tiempo que cierra la puerta a la eutanasia y el suicidio asistido.
«Hemos optado por dormir y no por dar la muerte». Así resumió ayer Jean Leonetti, diputado de la formación conservadora UMP, el espíritu de la ley que él mismo redactó junto al socialista Alain Claeys. Con 436 votos a favor, 34 en contra y 83 abstenciones, la Asamblea Nacional francesa dio luz verde a la ley que permitirá la sedación «profunda y continua» de los pacientes en fase terminal. Así, a partir de ahora, el equipo médico, de acuerdo con los familiares, podrá retirar al paciente todo tratamiento médico –incluida la alimentación y la hidratación– y suministrarle la sedación hasta que le llegue la muerte.
La palabra «eutanasia» no aparece en el texto. Sin embargo, ha sobrevolado a lo largo de todo el debate. Lo cierto es que las críticas han llegado tanto desde los colectivos provida como de las asociaciones proeutanasia. «El texto mezcla sedaciones buenas y malas», afirmó Tugdual Derville, portavoz de la asociación Alliance Vita, que considera que el texto puede dar pie a una eutanasia encubierta. «La lucha va a continuar en el Senado», afirmaba ayer por su parte la Asociación para el Derecho a Morir con Dignidad (ADMD), que considera que la esta ley «está muy alejada del deseo a morir dignamente que reclaman una mayoría de franceses» y que poco o nada tiene que ver con lo prometido por François Hollande durante su campaña electoral. En esta línea, ecologistas y neocomunistas han optado por abstenerse, pues consideran que «se ha perdido una oportunidad» con la nueva legislación.
La doctora María Alonso, miembro del Área de Medicina de Profesionales por la Ética, subraya que las complicaciones de la ley francesa vienen dadas al fijar la sedación como un «derecho». «El establecimiento como derecho conlleva la obligación de los profesionales a aplicarla, sin diferenciar sedaciones correctas de las incorrectas. Desde el punto de vista profesional no existe tal derecho, como se entiende que no existe “el derecho a escayolar” a un paciente», explica.
Y es que la sedación es en realidad «un tratamiento para el paciente que lo necesite y esto ya está admitido por todos los protocolos médicos para aliviar un síntoma en la fase terminal que no responda a otros tratamientos: a las dosis adecuadas y sabiendo que puede ser intermitente». Así, al establecerlo como un derecho «puede suponer un abuso y, por eso, no es acorde a las indicaciones de la Organización Médica Colegial y la Secpal (Sociedad Española de Cuidados Paliativos) que establecieron una Guía de uso correcto de la sedación». Alonso plantea un ejemplo: «¿Tiene sentido una sedación en un paciente en coma, que no sufre?». «Con este tipo de ley todos los ciudadanos, sin excepción, se ponen riesgo cuando se encuentren en situación de vulnerabilidad, y la intención es lo que motivará la ética de la sedación. Es inadmisible la sedación para dar muerte», añade.
El presidente de la Secpal, Álvaro Gándara, tampoco se mostró partidario de este tipo de medidas. «No estoy muy de acuerdo con las sedaciones terminales por ley. Es una técnica que indicamos los médicos. Y puede dar pie a una eutanasia encubierta», explica a LA RAZÓN. «Si un médico va a tener que sedar a un paciente por ley, estamos sometidos a la dictadura de lo que pida el paciente o sus familiares», añade. En su opinión, la sedacion debe contar con unos «limites éticos y técnicos para una buena praxis», y no se puede practicar sólo por el hecho de que «el paciente tenga miedo a sufrir».
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