De la Reina Letizia a la infanta Cristina: los Borbón se comen a besos

En la última semana, la opinión pública ha sido testigo de varios gestos de cariño que nunca antes se habían observado en la familia del Rey. Ha tenido que fallecer Constantino de Grecia para que los Borbón entierren las hachas de guerra y dejan ver su lado más humano y cercano, dedicándose mutas muestras de afecto que han dado mucho que hablar, empezando por los cálidos besos con los que don Felipe VI se despidió de su padre, don Juan Carlos I, tras las exequias de su tío heleno.

Nada de extraño habría en que un hijo besara a su padre si no fuera por el tajante comunicado que el propio don Felipe VI envió hace dos años, apartando a don Juan Carlos I de la Corona y desmarcándose de sus movimientos fiscales poco ejemplares.

También la Reina Letizia dejó atrás la rectitud a la que tiene acostumbrados a los ciudadanos, y envió un sentido beso a sus sobrinos, los hijos de las infantas Elena y Cristina, cuando coincidió con ellos en la Catedral Metropolitana de Atenas. Se desmienten así los rumores de distanciamiento con los primos de sus hijas, que nada tienen que ver con las diferencias que sí pueda tener con sus cuñadas.

Otro beso que llamó la atención del público fue el que Miguel Urdangarin dio a su madre en la mano. La infanta Cristina estaba desolada por la muerte de su tío Constantino, y su hijo quiso consolarla con este bonito gesto de cariño que no deja de sorprender por ser quienes son. Atrás quedan los tiempos en los que aquellos de sangre azul evitaban mostrar sus sentimientos en público, y ahora se presentan más humanos que nunca.

Tampoco hay que olvidar la complicidad que mostraron Marie Chantal y la Reina Letizia cuando abandonaron el restaurante en el que Ana María de Dinamarca organizó una cena la noche previa al funeral de su esposo. Las esposas de Pablo de Grecia y de don Felipe VI abandonaron sonrientes el local, y poco después se conoció que la consorte española había perdonado a la americana tras su desafortunado comentario en 2018, cuando cargó públicamente contra ella para defender a la Reina Sofía tras el infame rifirrafe que tuvo lugar en la Catedral de Palma de Mallorca.

En definitiva, los Borbón han protagonizado más muestras de cariño en esta semana que en los últimos años. Se desconoce si se trata de una nueva estrategia de comunicación de Casa Real o de gestos espontáneos que reflejan, ni más ni menos, que no hay mal que cien años dure.