Arqueología
Hallan pinturas del Paleolítico en una cueva de Cantabria
Distintas figuras geométricas, manchas, discos, puntos y signos de colores rojo y ocre, probablemente del periodo Paleolítico, han sido halladas en una cueva de Cantabria, situada en el Desfiladero de La Hermida, en concreto en el municipio de Peñarrubia, según informa Europa Press.
La llamado Cueva Aurea en la que se han hallado estas pinturas de «gran interés», y que se cree que pueden pertenecer a la cultura premagdaleniense (unos 20.000 años de antigüedad) del periodo Paleolítico, está ubicada sobre el coto de pesca denominado ‘El Infierno’, a unos 50 metros sobre el río Deva.
Las pinturas fueron descubiertas el pasado 3 de marzo por el presidente del Club de Espeleología de Sabadell, Manel Lleras, y su mujer, Raquel Hernández, que de forma inmediata lo pusieron en conocimiento de los técnicos del Museo de Arqueología y Prehistoria de Cantabria (MUPAC), a través de un escrito y fotografías.
Los técnicos del Museo acudieron a la cavidad el pasado domingo e inspeccionaron la cavidad, constatando el hallazgo. Tras ello, este mismo jueves se ha procedido a proteger la cueva mediante la instalación de un cierre metálico para impedir la entrada de incontrolados y evitar posibles deterioros.
El Ejecutivo, que ha anunciado el descubrimiento en un comunicado, ha manifestado que «el interés patrimonial y científico del conjunto es muy elevado» ya que la cueva Auria Nota es el primer sitio con arte rupestre paleolítico documentado en el sector cántabro del valle del río Deva.
Además, ha destacado que se trata de uno de los sitios con este tipo de arte en la Comunidad Autónoma situados más al interior de la región, lo que «supone una notable aportación al patrimonio cultural de Cantabria».
El Gobierno ha ensalzado que esta nueva cavidad con arte rupestre paleolítico «viene a sumarse a un importante corpus constituido por seis decenas de sitios, diez de ellos declarados Patrimonio Mundial», entre ellos la conocida como la capilla sixtina de este tipo de arte, la cueva de Altamira.
Este espacio subterráneo en este sector es bastante angosto, de topografía descendente, configurado por pasillos estrechos y salas de reducidas dimensiones. En los suelos se observan abundantes restos de fauna de cronología contemporánea, en ocasiones parcialmente cubiertos por concreción estalagmítica, lo que demuestra la velocidad de los procesos de reconstrucción calcítica en la cueva. Las paredes son lisas y blancas por precipitación de una fina capa de calcita y constituyen un excelente soporte para la decoración parietal.
Pinturas de gran interés
Las figuras, de las que se tenía conocimiento por las fotografías proporcionadas por los espeleólogos, están ubicadas en la salita más profunda y «son por sí solas de gran interés ya que se trata de sendas composiciones geométricas a base de hileras de puntos realizados mediante aplicación de colorante con la yema de los dedos».
Entre esas pinturas, destaca un «signo» en disposición vertical y forma general ondulante, que arranca en su parte superior por una hilera de puntos que luego se bifurca dando una morfología general fusiforme, y una sencilla línea vertical de cuatro puntos superpuestos. Se observa en la misma sala otra hilera horizontal en arco, otro punto aislado y varias manchas de color, todo ello en tono rojo.
En el pasillo que asciende hacia la salida, en la pared izquierda en dirección a la entrada, se aprecia un disco de color rojo, realizado aparentemente mediante la técnica de soplado. Un poco más hacia arriba, en una concavidad que da frente a la entrada, se vislumbra una composición compleja, elaborada también a base de hileras de puntos de tono rojo, que parece combinar formas geométricas de disposición horizontal y vertical.
Por último, en un angosto pasillo que comunica con el vestíbulo y que constituye el acceso más directo desde allí hacia al interior de la cueva, se aprecian varios puntos y manchas de color rojo, difícilmente discernibles pero que anuncian la presencia de otro panel de considerable complejidad.
El Gobierno ha señalado la gran diferencia en el estado de conservación de los paneles decorados más próximos a la boca de la cavidad, prácticamente perdidos, y los que se sitúan en la salita inferior, «excelentemente preservados».
La cueva Aurea Nota tiene cierto paralelismo con otras como Cudón, Chufín interior, Los Marranos, Porquerizo y otros sitios con arte paleolítico constituidos por motivos geométricos puntuados, según Europa Press.
Descubrimiento de trascendencia internacional
Tras informar del hallazgo de estas pinturas, el consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, Miguel Angel Serna, ha considerado en declaraciones a los medios de comunicación que el descubrimiento de estas nuevas muestras de arte rupestre es «trascendente no sólo para Cantabria sino a nivel internacional».
Y es que, ha ensalzado, «no todos los días se puede hablar de un descubrimiento como éste» que, si bien, se suma al importante número de representaciones pictóricas paleolíticas que hay por «toda la extensión y profundidad» de la Comunidad Autónoma, que la convierten en «la capital europea del arte paleolítico» y son su «seña de identidad más significativa» en el mundo.
El consejero ha comparecido ante la prensa acompañado del alcalde de Peñarrubia, Secundino Caso, que ha ensalzado que estas pinturas son «un regalo» tanto para el municipio como para la comarca de Liébana porque, ha augurado, se convertirán en un atractivo turístico más en la zona y le dará una «dimensión e importancia» en el ámbito cultural.
Además, el regidor municipal ha opinado que, «si en una cueva tan mediocre han aparecido estas pinturas, con las montañas de cuevas que hay en el Desfiladero estoy seguro que van a aparecer muchos más yacimientos con arte rupestre».
«Van a aparecer muchas más porque esta cueva no es ni la más bonita, ni la más soleada, ni la mejor ubicada de la zona», ha dicho, al tiempo que ha indicado que sólo a 200 metros más arriba está la cueva Candúa «con grandes bóvedas, cascadas interiores y paredes vertiginosas». Por ello, el alcalde ha considerado que se tendrá que investigar la zona.
La cueva se usaba para meter cabras
Caso ha indicado que la cavidad se llama Cueva Aurea porque en ella metía las cabras una mujer del mismo nombre. Una vez que ésta falleció, la cueva comenzó a ser utilizada para el mismo fin por otra mujer llamada Lola, pero la cavidad mantuvo su nombre popular.
Esta última cabrera, que hoy tiene más de 80 años, fue avisada por el propio alcalde de Peñarrubia cuando se conoció el hallazgo. «Pero ella decía que no, que allí no había ninguna pintura ya que ella la habría visto y que, si la hubiese, tenía que ser muy reciente», ha relatado Caso.
Aunque a Lola le ha hecho «mucha ilusión» saber la importancia que tiene las pinturas localizadas, el regidor ha indicado que ella no ha entendido o asimilado el hecho de que esas figuras pintadas en la cavidad tengan 20.000 años de antig~edad.
Al explicarle que las pinturas se habían localizado tanto en la entrada de la cueva como en la zona más profunda, Caso ha comentado a modo de anécdota que Lola le dijo que «ahí no entrasen porque a ella una vez se le coló allí un cabrito y nunca más lo volvió a ver». De hecho, esa zona profunda estaba cerrada con unas piedras que los espeleólogos han movido para inspeccionar la cueva.
Europa Press
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