Rajoy-Arenas: 187 (4560%) Rubalcaba-Griñán: 104 (2561%)

MADRID- Si algo puede empeorar, acabará empeorando. La encuesta de NC Report para LA RAZÓN nos muestra cómo el PSOE obtiene el peor resultado desde la transición política, recibe el 25,6% del voto válido a candidatura; 3,6 puntos menos que el 20-N. En estos tres meses los socialistas han perdido 1,3 millones de votantes netos, han pasado de 7,0 millones a sólo 5,7 millones. Su representación parlamentaria se reduce a 104/108, lo que significa que con respecto al 20-N aún pierde entre 2 y 6 diputados. La fidelización de su electorado noventa días después de las elecciones es del 81,0%, desprendiéndose del 19% de sus votantes del 20-N. El descenso con respecto a las elecciones generales de 2011 se debe fundamentalmente al abandono de 660.000 votantes socialistas que optarían ahora por la abstención, a los que se suman 338.000 que se pasan a IU, 228.000 que se marchan al PP y 118.000 que se unen a la UPyD.

La encuesta está realizada en fechas que recogen eventos que en teoría beneficiarían la imagen del PSOE, como el XXXVIII Congreso socialista de Sevilla y otros que dañarían al Partido Popular, como la reforma laboral por decreto, que lejos de castigar electoralmente al PP lo reafirma como gobierno fuerte que toma decisiones, no en su interés electoral, sino en el del conjunto de la sociedad, que es lo que pide la ciudadanía para salir de la crisis.

El Congreso de los socialistas ha servido para cerrar un ciclo simbolizado con el relevo de Zapatero, y que nos retrotrae al XXXV Congreso de julio de 2000, en donde contra todo pronóstico es nombrado secretario general Zapatero y no Bono. Zapatero representa un paréntesis de casi doce años en el PSOE y de casi ocho en el Gobierno de España. Tiempo en el cual, tanto el partido como el Gobierno han sido dirigidos de modo muy personal. El nuevo secretario general debe recuperar aquella organización que lideró González volviendo al punto de partida de 2000. El PSOE debe elaborar un proyecto de vertebración de España, que garantice la igualdad de todos los españoles y que sea capaz de generar prosperidad. Esos son los tres pilares sobre los que debe erigirse el nuevo Partido Socialista, de lo contrario seguirá debilitándose y contribuirá a que la única oposición al PP sea una constelación heterogénea de formaciones políticas a la izquierda de los populares y con un índice de abstención que se aproximaría al 40%, lo que aseguraría por largo período de tiempo mayorías absolutas populares consecutivas. De hecho, y volviendo a la encuesta de referencia, de celebrarse ahora elecciones generales el 36.2% de los españoles se abstendría y eso supone automáticamente mayoría absoluta popular y para los incrédulos baste decir que las dos mayorías absolutas del PP, las logradas en 2000 y 2011, han llegado de la mano de abstenciones récord en nuestra democracia; 31.3% y 31.1%, respectivamente.

El PP muestra una gran estabilidad con respecto al resultado de las elecciones generales de 2011 por lo que se refiere a representación parlamentaria y porcentaje de voto, puesto que prácticamente repitiría estos datos; ahora obtendría entre 186/187 diputados, frente a los 186 del 20-N, y en cuanto al porcentaje de voto a candidatura pasaría del 45,25% al 45,60%. Con ello, los populares logran incrementar la ventaja sobre los socialistas a 20 puntos. También es el partido más votado por los españoles en todos los segmentos de edad. Así como entre los nuevos electores.

Lorente Ferrer
Sociólogo