Copa del Rey

Roma
Recordando el mandamiento central dejado por Jesús «ama a Dios con todo el corazón y ama al prójimo como a ti mismo», Benedicto XVI tuvo un especial recuerdo para ese trágico suceso, originado por una estufa de leña que los niños habían encendido para calentarse mientras sus padres habían salido a comprar comida a un restaurante. En la Plaza de San Pedro se encontraban presentes centenares de gitanos, y entre ellos, los padres y familiares de los pequeños fallecidos en el incendio, reunidos junto a la Comunidad de San Egido en la Plaza de San Pedro para escuchar las palabras del Papa detrás de una pancarta en la que se podía leer «Los gitanos saludan al Papa».
«El piadoso caso de los cuatro niños gitanos, muertos la semana pasada en la periferia de esta ciudad, obliga a preguntarse si una sociedad más solidaria y fraternal, más coherente en el amor, es decir, más cristiana, no habría podido evitar tal hecho trágico» afirmó Benedicto XVI.
El presidente de la comunidad de San Egido, Marco Impagliazzo, asintió que «el Papa es obispo de Roma, exhorta con fuerza a esta ciudad a ser patria común todos, ya sean romanos, inmigrantes y gitanos. Es una ciudad que derrota todo tipo de racismo y tiene una sociedad formada en el amor y en la solidaridad».
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