Siria
A un pie de Europa
En el Día Mundial del Refugiado, LA RAZÓN acompaña a un grupo de sirios en los trámites administrativos finales para poner rumbo a España tras una larga espera en los campamentos de Líbano
En el Día Mundial del Refugiado, LA RAZÓN acompaña a un grupo de sirios en los trámites administrativos finales para poner rumbo a España tras una larga espera en los campamentos de Líbano
El flujo de refugiados sigue incesante. En 2016, más de 220.000 personas han intentado alcanzar las costas europeas y casi 3.000 han perdido la vida en el camino. Hoy se conmemora el Día Mundial del Refugiado y las miradas siguen puestas en la precaria gestión de la UE en una crisis humanitaria que ha superado con creces la vivida tras la II Guerra Mundial. Sin embargo, la esperanza y la lucha de millones de personas que huyen de la guerra en busca de una mejor vida puede con todos los impedimentos con los que se puedan topar. LA RAZÓN lo comprueba de primera mano acompañando a un grupo de sirios refugiados en Líbano que a finales de mes llegan a España.
A pesar del tremendo calor y de estar en Ramadán, decenas de familias sirias esperan estoicamente su turno al sol, sentadas en unas sillas de plástico en la entrada del consulado español de Beirut. Rostros sudorosos de mujeres sirias con la cabeza cubierta con un pañuelo y manga larga y el llanto de los niños pequeños dan paso a la llamada de los funcionarios del consulado que nombran familia por familia para registrarse en la embajada. Se trata de un grupo de los 82 sirios que viajarán el 28 y 29 de junio a nuestro país y que ultiman los trámites finales para, por fin, alcanzar «El Dorado» europeo. No tienen pasaporte en regla ni carné de identidad. Casi todos ellos huyeron de la guerra sin poder llevarse consigo nada, ni documentación ni ninguna pertenencia.
Después del registro en el consulado, donde se han tomado las huellas dactilares y la información necesaria para identificar a cada familia, la embajada les ha expedido un permiso especial para poder viajar a España. Antes de la esperada salida hacia Europa, «cada una de las familias elegidas se reúne con un grupo de funcionarios del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales que se ha desplazado a Beirut para entrevistarse con cada uno de ellos y conocer sus necesidades», explica a LA RAZÓN Paloma Pino. La jefa del programa de protección internacional del Ministerio de Trabajo asegura que los refugiados llegarán a España a través del Aeropuerto de Barajas, donde serán recibidos por técnicos de las entidades de centros de acogida a los que vayan a ser enviados. Desde allí, se los acompañará al centro asignado y comenzarán un itinerario de integración que comprende una primera fase de acogida en centros, que durará entre seis y nueve meses, y una segunda fase de vida independiente fuera de él, pero con seguimiento.
Samir Tanami, de 40 años, de los suburbios de Damasco, reconoce a este diario que no sabe mucho de España. Como cualquier sirio forofo del fútbol, conoce al Real Madrid y al Barça. «Hemos buscado fotos de España en internet y nos ha parecido un país muy bonito», nos dice su mujer, Ola, mientras intenta calmar a su hijo Adan, de un año y medio. Además, tienen otros cuatro hijos, de entre 7 y 12 años de edad. La familia llegó hace cuatro años y medio a Líbano y se instalaron en un campo de refugiados del valle de la Bekaa. Desde que llegaron a Líbano los niños no han estudiado en una escuela pública, sino que han asistido a unas clases especiales que organiza Unicef. La educación es uno de los grandes retos a los que se enfrentan estos niños sirios que viajarán a España, ya que muchos ni siquiera han asistido a la escuela. «Todavía hay tiempo porque estamos en verano y no ha empezado el curso escolar. El programa que llevarán es aprender español y después se les integrará en el curso escolar que les toque en relación a su edad», indica Pino.
El primer grupo de sirios que viajará a España ha recibido también una charla de orientación sociocultural en la Universidad des Antonines de Beirut, situada a poca distancia de la embajada española, para aproximarse por vez primera a las costumbres autóctonas. En un periodo inicial de seis meses, dependiendo de cada familia, los refugiados «tendrán que vivir en estos centros de acogida para acostumbrarse a la vida en España y formarles en la lengua y cultura. Además se les ayudará a encontrar un trabajo y vivienda para poder iniciar su nueva vida», especifica a este diario la jefa del programa de protección internacional del Ministerio de Trabajo.
Se prevé que un segundo grupo compuesto por 203 personas viaje a España a finales de julio para alcanzar el total de 586 refugiados con el que se ha comprometido el Gobierno español.
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