Londres
La xenofobia del Brexit: «Jodida española, vete a casa»
Con el Brexit las agresiones e insultos contra europeos en Reino Unido se disparan un 500%. LA RAZÓN visita el colegio español en Notting Hill donde apareció una pintada amenazante xenófoba
Con el Brexit las agresiones e insultos contra europeos en Reino Unido se disparan un 500%. LA RAZÓN visita el colegio español en Notting Hill donde apareció una pintada amenazante xenófoba
El día anterior a que Reino Unido decidiera dar la espalda a la Unión Europea, el colegio español Vicente Cañada Blanch, situado en el barrio londinense de Notting Hill, amanecía con una preocupante pintada en su fachada: «Foreing Pack» (Manada de extranjeros). Éste es sólo un ejemplo de los centenares de ataques xenófobos que se han contabilizado en el país tras el Brexit. El referéndum ha abierto la caja de Pandora de un rechazo a los extranjeros que permanecía soterrado y que parece ahora decidido a dar la cara sintiéndose respaldado por el resultado de la consulta. La feroz campaña llevada a cabo por los distintos grupos que apoyaban la desconexión británica ha jugado en exceso la baza migratoria. De hecho, para muchos, lo que se celebró el 23-J fue un referéndum sobre el control de las fronteras y no sobre la permanencia de Reino Unido en la UE. Según la Policía, el número de delitos de odio, incluyendo agresiones, ha aumentado un 500% tras la consulta, por lo que la ONU y diferentes ONG ya han mostrado al Gobierno británico su preocupación.
«La pintada la hicieron por la puerta donde salen los niños de primaria», explica a LA RAZÓN María Isabel Martínez, directora del centro español. Los trabajadores del colegio decidieron eliminar el grafiti antes de que los niños lo pudieran ver e hicieron una foto de la pintada para poder llevarlo ante la Policía que, más tarde, acudió allí para hablar con la directora. Desde entonces, María Isabel ha estado en contacto con tres agentes, los cuales han decidido aumentar la vigilancia en el barrio y además les han dado un número directo para llamar en caso de emergencia.
Sin embargo, la pintada xenófoba no ha sido el único incidente en el centro educativo. Toñi, trabajadora española del colegio, sufrió el jueves varios insultos cuando un hombre de unos 30 años le increpó al grito de «jodida española, vuélvete a tu casa». Ella lleva seis años en Reino Unido y nunca se había visto envuelta en una situación como ésta. «Fue una sensación muy extraña, muy desagradable, me sentí insultada y despreciada», asegura a este diario esta maestra de 48 años. El joven se situó a escasos metros de ella para gritarle, por eso, cuenta que «sentí miedo, porque nunca sabes cómo van a reaccionar, nunca me había pasado algo similar. He vivido en Irlanda, Portugal... y nunca había sentido esa sensación de desprecio».
El Brexit ha dado vía libre para que los sentimientos xenófobos dejen de estar silenciados. «Esta gente está de subidón», lamenta Toñi. Y no le falta razón porque los casos de ataques no han hecho sino aumentar desde el inicio de la campaña, aunque se han visibilizado más tras el referéndum.
Los padres de los estudiantes están preocupados, pero la directora pide «calma», y así se lo indicará en un comunicado. Además, quiere que no se relacione este tema con el hecho de que el colegio quiera implantar el uniforme. Los padres no están de acuerdo con esta medida ya que, entre otras causas, con el clima hostil que se vive desde hace unos meses contra los extranjeros, el hecho de que ponga «Spanish School» en la ropa de sus hijos significa un riesgo. Patricia Rodríguez, vicepresidenta del AMPA del centro, tiene tres hijos y no oculta su temor. «Mi hijo tiene 13 años y habla español con sus amigos, me da cierto miedo que por ello puedan increparle». Patricia asegura que, aunque le preocupa, no desea ni debe vivir con miedo, «quiero pensar que es un hecho aislado». Pero los ataques continúan. Francisco Pereira fue uno de los padres que dieron el aviso a la Policía de la pintada en el colegio al que acude su hijo, lleva cinco años en Londres y nunca había vivido algo así. «Trabajo en la Seguridad Social aquí, y mis compañeros extranjeros y musulmanes no hablan de otra cosa; como padre siento temor», asegura. «He vivido en otros países y es la primera vez que siento este miedo», confiesa.
Álvaro Rebón tiene 34 años y es ex alumno del colegio. Llegó a Londres con cuatro años y ahora su hija pequeña acude al mismo centro. «Nunca había visto tanto odio hacia la comunidad extranjera, no me siento seguro y quiero proteger a mi hija». Sus padres emigraron en los años 70 a Londres y explica que «lo que ellos me contaban lo estoy viviendo ahora. Antes los españoles teníamos que demostrar que veníamos aquí a trabajar, y ahora nos consideraban muy trabajadores, pero parece que se está volviendo a lo de antes». Álvaro asegura que no es el primer ataque xenófobo contra la comunidad española en Londres. «Hace unos días un amigo tenía la bandera española en su coche y le gritaron ¡vete a tu país! Y a otra pareja de conocidos les gritaron lo mismo cuando estaban en un restaurante».
La agresiva publicidad usada por los partidarios de la salida de la UE concentraba sus mensajes en frases como «Hay que controlar la inmigración» o «Dejar la UE nos permitirá restringir la inmigración y dar a los británicos una mejor opción para encontrar trabajo», y han surtido efecto. En el día del referéndum, el periódico «London Evening Standard» recibía una carta de un lector que decía que iba a apoyar el Brexit porque «los españoles nos están quitando el trabajo». Durante la campaña, además, se aseguró que no sólo Turquía entraría en la Unión, sino que para 2030, Jordania, Egipto y Libia, entre otros, también formarían parte del grupo y esto permitiría la entrada libre de sus ciudadanos en el país.
Votantes del Brexit han hecho un llamamiento para que no se extrapole la situación, ya que estos gestos racistas no significan que los 17 millones de británicos que apostaron por la salida de Reino Unido los apoyen. El problema es que los que los cometen sí se sienten respaldados por el resultado del referéndum. El periodista Jon Snow, del Canal 4, denunció en las redes sociales: «Una mujer joven me acaba de parar en la calle para decirme que había sido atacada verbalmente por ir hablando en español por el móvil», y el miércoles un restaurante español amanecía con la puerta apedreada y con un «Spics go home» escrito en la pared, una expresión despectiva hacia españoles y portugueses ordenando la vuelta a sus países.
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