Alemania, en la diana terrorista

Una cadena de atentados, los tres primeros concentrados en el pasado mes de julio, han colocado a Alemania bajo el objetivo del terror yihadista.

Ya a comienzos de año, Daesh tenía planificado perpetrar un atentado suicida en Múnich durante la nochevieja, concretamente en la estación central de tren. Semanas antes, un partido de fútbol entre Alemania y Holanda tuvo que cancelarse debido a la amenaza terrorista.

Según los servicios de inteligencia europeos, Alemania estaría sustituyendo a Francia como objetivo del terror yihadista. El pasado verano se confirmaron las peores sospechas. El 18 de julio, al grito de «Alá es grande» y armado con un hacha y un cuchillo, un refugiado afgano de 17 años dejó cuatro heridos en un tren regional en la región de Bavaria, antes de ser abatido por la Policía.

Cuatro días después, un germano-iraní de 18 años asesinaba a 9 personas en un centro comercial y se suicidaba después. Obsesionado por los ataques indiscriminados de francotiradores, quería vengarse de sus compañeros de escuela.

Aún no se había asimilado el último ataque cuando un refugiado sirio se hizo explotar el 24 de julio en el centro de Ansbach (Baviera). El atacante seleccionó como lugar del acto terrorista un festival de música al que asistían 2.500 personas. El autor había jurado lealtad al Estado Islámico que, tras conocerse la noticia, lo reconoció como a uno de sus «soldados». No hubo fallecidos pero la cifra de heridos se saldó con 15 personas.

La autoría de muchos de los ataques por parte de refugiados solicitantes de asilo ha sembrado el temor entre los alemanes. El suceso de ayer no ha hecho sino incrementar los peores miedos.

Ataques recientes

- 18 de julio Un afgano agrede a varios pasajeros en un tren a golpes de hacha y cuchillo.

- 22 de julio Un germano-iraní obsesionado con las matanzas masivas asesina a nueve personas.

- 23 de julio Un sirio asesina a una mujer con un machete en un restaurante.

- 24 de julio Atentado suicida en un festival. Quince heridos.