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Castigo en las urnas a Merkel por la política de refugiados

La CDU de la canciller y sus socios socialdemócratas cosechan el peor resultado de su historia en tres «länder». La ultra Alternativa para Alemania pasa a ser la gran vencedora tras aglutinar el malestar con la acogida de asilados

El líder del partido de ultraderecha Alternativa Por Alemania, Uwe Junge, celebra los resultados de los sondeos
El líder del partido de ultraderecha Alternativa Por Alemania, Uwe Junge, celebra los resultados de los sondeoslarazon

La CDU de la canciller y sus socios socialdemócratas cosechan el peor resultado de su historia en tres «länder». La ultra Alternativa para Alemania pasa a ser la gran vencedora tras aglutinar el malestar con la acogida de asilados

La política de bienvenida a los refugiados le ha costado a la canciller Angela Merkel una significativa pérdida de votos en las elecciones regionales de tres importantes Estados alemanes:Baden- Württemberg, Sajonia-Anhalt y Renania-Palatinado. La Unión Cristianodemócrata (CDU) sólo consiguió ser el partido más votado en una de las tres regiones y la jornada electoral deja a Angela Merkel un mensaje poco esperanzador de cara a los comicios federales de 2017. A la pérdida de apoyos para la CDU, se suma otra amarga realidad para la canciller: el partido extremista que representa la línea más crítica con la apertura de puertas al refugiado, la Alternativa para Alemania (AfD), ha conseguido los mejores datos de su historia en Sajonia- Anhalt y se asegura la entrada en los tres parlamentos regionales.

Si algo ha monopolizado estas elecciones, ha sido sin duda la crisis de los refugiados. Para muchos, las votaciones de ayer no eran sino un plebiscito a favor o en contra de la política que Angela Merkel se ha afanado en defender. La sociedad alemana, que en un principio dio signos de solidaridad recibiendo a los refugiados con sopa caliente y osos de peluche, se ha ido mostrando cada vez más inquieta a medida que crecían a buen ritmo las cifras de peticionarios de asilo en el país.

En el Estado de Sajonia-Anhalt, un land de la extinta RDA de influencia soviética, la CDU sí confirmó su liderazgo con un 29,8% de los votos a su favor, muy por encima de su socio menor, el partido Socialdemócrata (SPD). Este partido registró un gran batacazo político obteniendo un 10,6% que le deja como cuarta fuerza política en la región. El resultado dificulta la continuación de la coalición que gobernaba hasta el momento en Sajonia-Anhalt. Aunque los cristianodemócratas hayan conseguido aglutinar más papeletas, el ganador moral de estas elecciones es la joven formación populista de extrema derecha AfD, que ha superado las expectativas consiguiendo los mejores datos de su historia, con un altísimo 24,2% de los votos. A pesar de la controversia y la indignación en torno a un partido en numerosas ocasiones definido como racista o antidemocrático, no cabe duda de que la problemática migratoria ha conseguido hacer más fuerte a una ultraderecha que, con los resultados de ayer, pasa a estar presente en la mitad de los Parlamentos de los 16 «länder» alemanes. Aunque su partido fuera el más votado, Merkel debe interpretar las cifras de Sajonia como un duro escarmiento que refleja que gran parte de los ciudadanos han dejado de confiar en ella.

Reiner Haseloff, el candidato de la CDU en Sajonia Anhalt, dijo ayer, dejando entrever que la canciller debía cambiar el rumbo de su política, que «si no aprendemos de lo sucedido hoy, pronto tendremos a AfD en el Bundestag [Parlamento alemán)]. Pese al alto índice de éxito, Alternativa para Alemania tendrá muy difícil formar Gobierno, ya que ninguno de los partidos tradicionales aceptará un acuerdo con él. Por su parte, la líder de este partido, Frauke Petry, se manifestó diciendo que «éste es el resultado del imperialismo de Merkel».

Baden-Württemberg, un Estado tradicionalmente conservador, le da la victoria a Los Verdes, que consiguen los mejores resultados de su historia en este «land» con un 30%. Aunque este partido ecologista ya gobernaba desde 2011 en coalición con el SPD, las urnas de hace cinco años seguían reflejando un éxito cristianodemócrata, algo que no ha sucedido este año. Nuevo golpe para la formación de Merkel, que se queda en un 27% y también una estrepitosa caída para los socialdemócratas (12,7%). La única forma de que la CDU pudiera gobernar en esta región vecina a Francia sería mediante un pacto con Los Verdes, algo que jamás ha sucedido antes y se pinta como bastante probable. Los populistas xenófobos logran un 15,1%.

En Renania-Palatinado, donde el SPD gobierna desde hace 25 años, también pierde la CDU a favor de los socialdemócratas, que han obtenido en esta región del oeste el único consuelo de la jornada de ayer. Una lucha entre dos mujeres que resultó muy igualada, representada por la vicepresidenta democristiana Julia Klöckner, que obtuvo el 31,8% del apoyo, y la socialdemócrata Malu Dreyer, que venció con el 36,2% de los sufragios a su favor. AfD logró subir hasta el 12,6%, lo que le otorga 14 asientos.

Resulta paradójico que los partidos menos afines ideológicamente con Merkel se hayan convertido en los mayores defensores de su gestión en la crisis migratoria. Pese al fracaso en Baden-Württemberg, Wilfred Kretschmann, representante de Los Verdes en la región, es una de las figuras políticas que, desde el comienzo, apoya a la canciller y se suma a su lema de «podemos conseguirlo». Paralelamente, la cristianodemócrata Julia Klöckner, que perdió ayer en Renania-Palatinado, quiso desvincularse de la cuestión migratoria desde el inicio de su campaña, para evitar que su apoyo a Merkel se tradujera en pérdida de votos.

Los resultados electorales de ayer, que miden por vez primera el pulso a la política de refugiados encabezado por Merkel, arrojan un vertiginoso aumento del partido populista que pide la expulsión de los migrantes al país y les hace más poderosos que nunca antes. El éxito de este partido nos deja un escenario inédito desde 1945 en un país que, desde el fin del horror nazi, ha querido mantenerse lejos del extremismo.

La joven química del Este que quiere repeler a tiros a los inmigrantes

Con su silueta de adolescente y sonrisa irónica, Franke Petry (Dresde, 1975) ha llevado a lo más alto a la Alianza por Alemania (AfD) desde que se hizo con las riendas del partidos el verano pasado. Hace nueve meses, las divisiones internas amenazaban con hacer desaparecer una formación nacida en 2013 con un programa centrado en el rechazo al euro y a los rescates financieros a los países del sur de Europa. Sin embargo, el «momentum» sonrió a Petry. La llegada masiva de refugiados a Europa (1,1 millones sólo a Alemania) sirvió a AfD para superar el encefalograma plano en los sondeos. Rápidamente, la derecha antieuropeo mudó en xenófoba al aglutinar a los votantes conservadores descontentos con la política de acogida de Angela Merkel. Aunque huye de las comparaciones con Marine Le Pen y su Frente Nacional, al que ubica en «el espectro socialista» por su proteccionismo, las palabras traicionan a Petry. Fue portada de la Prensa mundial al declarar que «la Policía debe detener a los inmigrantes que cruzan de forma ilegal desde Austria y disparar si es necesario». Para añadir leña al fuega, otra dirigente del partido añadió que esta orden debía incluir a mujeres y niños.