Extrema derecha
Macron y Le Pen se enfrentan por el terrorismo y su visión de Europa
Dos de cada tres franceses consideran que el candidato social liberal fue más convincente en el único duelo televisivo antes de la segunda vuelta. Europa, el terrorismo y el paro enfrentan a ambos aspirantes, que escenifican dos Francias aparentemente irreconciliables.
Dos de cada tres franceses consideran que el candidato social liberal fue más convincente en el único duelo televisivo antes de la segunda vuelta. Europa, el terrorismo y el paro enfrentan a ambos aspirantes, que escenifican dos Francias aparentemente irreconciliables.
«Frente a vuestro espíritu de derrota yo presento un espíritu de conquista ». Fueron las primeras palabras de Emmanuel Macron en el debate que le enfrentó a Marine Le Pen, después de acusar a su contrincante de logorrea. Efectivamente, la candidata del Frente Nacional, que había iniciado el debate, comenzó con un duro ataque contra su adversario. «Los franceses han podido ver la verdadera naturaleza de Macron », asestó Le Pen, «el candidato de la precariedad, de la uberización, de la guerra de todos contra todos... y todo pilotado por el señor Hollande».
Los dos candidatos se enzarzaron desde el primer momento en una intensa discusión, cortándose la palabra acusándose de decir «tonterías » de «falta de preparación», como espetó Macron a Le Pen, mientras que ésta le recordaba con insistencia su trabajo junto a Hollande y la defensa «de intereses privados».
Hubo numerosos momentos tensos, y los conductores del debate no lograron imponer un ritmo a Marine Le Pen y Emmanuel Macron. Ni siquiera cuando los candidatos intentaban exponer sus medidas sobre los impuestos, la sanidad, el terrorismo o las pensiones.
Fue el caso cuando los dos candidatos se enzarzaron sobre la escena que provocaron la semana pasada en torno a los trabajadores de Whirlpool en huelga, o cuando Le Pen acusó a Macron de ser «complaciente con el fundamentalismo islamista», mientras que ella prometía que expulsará de Francia a todos los que tengan una ficha «S» de seguridad, algo imposible de aplicar porque esas personas no han sido juzgadas ni condenadas.
Emmanuel Macron acusó a Le Pen de «traer la guerra civil en el país», de ser «la sacerdotisa del miedo», y aseguró que le cortaba la palabra «porque dice tonterías». Ella le reprochó que fuera «joven al exterior, viejo al interior, vuestros argumentos tienen el doble de vuestra edad».
Sobre la política extranjera, Emmanuel Macron afirmó que no se someterá «a los dictados de Putin, a diferencia de la señora Le Pen que tiene un verdadero proyecto de sumisión». Mientras que Le Pen apostó por una Francia «respetada» pero para ello «debe recuperar su independencia» , equidistante de Rusia y Estados Unidos.
Marine Le Pen denunció la «politización» de los jueces para justificar las investigaciones de que es objeto y el hecho de que no hubiera acudido a la convocatoria de los magistrados. Una actitud que según Macron le hace «indigna de las instituciones» porque las amenaza.
Emmanuel Macron fue quien concluyó el debate, tal y como fue decidido por sorteo. El candidato de En Marcha! volvió a atacar a Le Pen recordando que es hija de su padre, Jean-Marie Le Pen. «Usted profiere mentiras como desde que comenzó el debate. Vuestro proyecto es un proyecto que busca vivir del miedo, eso es lo que ha nutrido vuestro padre y vuestro partido, usted vive de ello como un parásito », insistió Macron y añadió que él quiere «una Francia reconciliada» con una política «voluntarista», que «rechaza el espíritu de derrota y odio que propone el Frente Nacional».
Debate histórico
Además de los momentos de violencia que se vivieron sobre el plató de TF1 y France 2, el debate entre Marine le Pen y Emmanuel Macron fue también un debate histórico por varias razones. Por un lado, porque ninguno de ellos pertenece a uno de los partidos tradicionales, socialistas o conservadores, que han gobernado siempre en Francia y que quedaron eliminados en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. En cierta forma ambos son dos novicios, sobre todo Macron que hasta ahora nunca había participado en una campaña electoral. Además, los proyectos que representan son diametralmente opuestos. Y, finalmente, porque el Frente Nacional ya tuvo la ocasión de calificarse para la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales, con Jean-Marine Le Pen en 2002, pero entonces su contrincante, Jacques Chirac, se negó en rotundo a debatir con él, algo que entonces parecía evidente, pero en esta ocasión nadie se lo ha planteado.
Según los politólogos, los debates presidenciales entre las dos vueltas nunca han tenido verdadera incidencia en el resultado final de la elección, pero otra de las características novedosas de estos comicios es el número inusitado de electores indecisos, a los que una palabra u otra de los dos candidatos puede llevarles a fijar su voto.
Un último sondeo publicado ayer por Ifop mantiene aproximadamente el mismo nivel de intención de voto que el registrado tras la primera vuelta de las presidenciales. Emmanuel Macron ganaría la segunda vuelta con 60% de votos contra el 40% que obtendría Marine Le Pen. También indica que la mayoría de sus electores potenciales de cada uno de ellos están seguros de su voto (90% de Macron, y 88% de Le Pen) y que votarán por el candidato de En Marcha! el 52% de los votantes de Jean-Luc Mélenchon, el 76% de Benoît Hamon, el 48% de los de François Fillon y el 14% de los electores de Nicolas Dupont-Aignan. E inversamente, 11% de electores de Mélenchon votarán por la candidata del Frente Nacional, así como el 5% de los de Hamon, el 28% de los de Fillon y el 50% de los de Dupont-Aignan.
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