Siria
El cabecilla adiestró células para atentar en España
Los expertos consideran a Abdelhamid Abaaoud el jefe de operaciones del Estado Islámico en el exterior y de la formación de los grupos para perpetrar los ataques. no está entre los detenidos en la operación de ayer en Saint-Denis, pero los servicios de inteligencia apuntan a que podría ser una de las dos víctimas.
Abdelhamid Abaaoud no sólo es el presunto cerebro de la masacre de París, sino que ocupa un importante puesto en el organigrama criminal del Daesh, el Estado Islámico, ya que, según fuentes antiterroristas consultadas por LA RAZÓN, es el «jefe de operaciones en el exterior» y de las células a las que se les encargan los atentados en países occidentales. Por sus manos ha pasado lo más «granado» de la banda yihadista y se ha dedicado, casi en exclusiva, a la formación de las células que deben actuar en sus países de origen. Por ello, las mismas fuentes no descartan que entre los «alumnos» puedan estar los integrantes de algún grupo cuya misión sea atentar en España.
Nuestro país, «Al Andalus», como lo llaman ellos, se ha convertido en un objetivo prioritario por la gran efectividad demostrada en la lucha contra el yihadismo y por los acuerdos que mantiene con Estados Unidos para el uso de las bases andaluzas de Rota y Morón de la Frontera. Piensan los islamistas que sirven de retaguardia logística para los ataques que se vienen lanzando por parte de la coalición internacional contra sus filas.
En los campos de formación, los aspirante a «moujadines» aprenden a manejar armas cortas y largas, en especial los fusiles de asalto, así como la confección de artefactos explosivos. Desde un cinturón con el que suicidarse y evitar la detención tras un atentado hasta bombas con las que derribar un avión o, incluso, artefactos de más potencia.
Los «cursillos» no es que sean una gran cosa, porque de lo que se trata es de formar «militarmente» a individuos que ya están bastante fanatizados y, por lo tanto, dispuestos a realizar la misión que se les encomiende, incluso la de suicidarse. La labor de los instructores es de los más sencillo, ya que si alguno pretende renunciar, sabe que su destino es la muerte con alguno de los variados «sistemas» utilizados por el Daesh. Se trata de infundirles la sangre fría necesaria para, como ha ocurrido en los últimos atentados cometidos en Francia, disparar a la menor distancia posible contra sus víctimas inocentes. Para tirar de la anilla de un cinturón de explosivos tampoco hace falta un «cursillo de ingeniería».
Los yihadistas extranjeros están integrados, en su inmensa mayoría, en una especie de brigadas internacionales, tras ser evaluados al poco de llegar a zona de combate. Algunas de estas unidades están mandadas por marroquíes.
La evaluación, dirigida por «instructores» bajo la supervisión de Abdelhamid Abaaoud, consiste en saber cuáles son aptos para la «guerra» y quiénes, por mucho que se les enseñe, en caso de combatir se convertirían en un auténtico problema en el campo de batalla. A esos, una minoría, se les destina a misiones menores.
No es que unos sean más listos que otros, ya que se trata de individuos de escasa cultura y fácilmente manipulables y para fanatizarse, sino que unos tienen más puntería que los otros y capacidad para integrarse en unidades «militares».
De ellos es donde Abaaoud entresaca (o entresacaba, porque algunos le daban ayer por muerto en la operación de París) a los que considera más aptos para formar las células que cometerán atentados en sus países de origen o con una lengua común, caso de Francia y Bélgica. Muchos de estos individuos han sido captados a través de internet, pese la creciente presión policial sobre este medio de difusión. Sin embargo, informes de la lucha antiterrorista conocidos por LA RAZÓN subrayan que «los éxitos operativos alcanzados por el Estado Islámico, su notoriedad y liderazgo han sido posibles gracias, también, a un claro posicionamiento al frente de la “yihad mediática”, con el fin de publicitar sus acciones operativas y conseguir nuevos voluntarios procedentes de todo el mundo».
Por ello, las mismas fuentes dudan, sin descartar ninguna hipótesis (ayer por la tarde había versiones contradictorias sobre si había sido abatido en París por la Policía), de que el Daesh haya permitido que salga de Siria una «pieza tan valiosa» como Abaaoud y están a la espera del resultado de las investigaciones que se están llevando a cabo.
Abaaoud sabe que es uno de los terroristas más buscados desde hace tiempo y, en unas declaraciones a un medio del Estado Islámico presumía de haber logrado escapar de una operación montada por varios países, entre ellos España, para capturarle a principios de este año. Este individuo nació en Bruselas hace 28 años en el seno de una familia acomodada. Entre sus amigos de infancia están los hermanos Abdeslam, entre ellos Salah, el hombre más buscado de Europa. Todos ellos se criaron en el barrio de Molenbeek, donde el padre de Abaaoud tenía una tienda de ropa en la calle más comercial de la ciudad.
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