Siria

El Estado Islámico secuestra a 230 personas en Siria, entre ellos 60 cristianos

La Razón
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Milicianos del autodenominado Estado Islámico (EI o «Daesh» en árabe) secuestraron ayer a 230 civiles en una localidad situada en el centro de Siria entre los que se cuentan, al menos, 60 cristianos. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, organización con sede en Reino Unido que cuenta con una extensa red de informantes sobre el terreno, dio la voz de alarma al informar de que los desaparecidos, entre ellos 45 mujeres y 19 menores de edad, fueron «secuestrados en puntos de control o en redadas llevadas a cabo en iglesias». Rami Abdulrahman, jefe del Observatorio, reveló que los cristianos asirios que fueron capturados por los secuaces de Abu Bakr al Bagdadi en la población de Qaryatain se encontraban establecidos allí tras huir de los combates en la provincia de Alepo, el el norte del país. Sus nombres engrosaban una lista difundida por el EI de supuestos colaboradores con el régimen del presidente Bashar al Asad. Los cristianos son una de las principales monedas de cambio de los terroristas que regentan vastos territorios en Irak y Siria, aunque cualquiera es susceptible de transformarse en su objetivo. Amnistía Internacional, que inició sus propias pesquisas tras difundirse las primeras noticias del rapto, denunció a través de su investigador Neil Sammonds la vulnerabilidad de los sirios que caen bajo el dominio del Califato: «Esta semana estaba obteniendo testimonios de alguien que había sido retenido por el EI y me contó que algunas personas han sido acusadas de colaboración, incluso por tener una foto de Asad en sus teléfonos», relataba el investigador. Localizada al sureste de la provincia de Homs, la estratégica localidad de Qaryatain cayó en manos de los combatientes del EI el pasado jueves como consecuencia de una amplia ofensiva contra las fuerzas del presidente. Una serie de atentados suicidas contra puestos de control del Ejército facilitaron el avance de los yihadistas, frustrando los intentos de los soldados del régimen de repeler la embestida. En las redes sociales, cuentas afines a la ideología radical de Al Bagdadi difundieron sendas fotografías con sus acólitos ondeando la bandera negra de su reino del terror, erguidos sobre los tanques usurpados a los militares del régimen, celebrando una victoria que les permitirá conectar la antigua ciudad romana de Palmira y el territorio bajo su control en la región de Qalamun. Una vez conquistada Qaryatain, una urbe cuyo censo anterior a la guerra contaba con unos 14.000 habitantes entre musulmanes suníes y cristianos, los asaltantes comenzaron las batidas que los condujeron hasta el monasterio de Dar Alyan.

A pesar de sonadas derrotas como la sufrida en Tal Abyad en junio frente a las tropas kurdas, los milicianos del Estado Islámico han resistido en gran parte de sus enclaves sumando otros y ni siquiera los bombardeos aéreos de la coalición capitaneada por Estados Unidos han logrado detenerlos. El grupo de alrededor de 60 combatientes que han sido entrenados por tropas norteamericanas se quejan de la falta de apoyo de sus aliados y de la lentitud de sus planes de adiestramiento. La presente implicación de Turquía en los combates contra los yihadista prometía cambiar el curso de la guerra, pero las autoridades de Ankara se han mostrado más preocupadas por los progresos de los kurdos y sus ataqueas al PKK que por los efectuados por el sangriento grupo extremista.