Siria
Secuestro masivo de cristianos
El Estado Islámico captura a 90 asirios, entre ellos mujeres y niños, en la provincia de Al Hasaka, en el norte de Siria.
Los cristianos siguen siendo la minoría religiosa más vulnerable en Oriente Medio. No hace más de diez días que el Estado Islámico perpetró una masacre contra cristianos, degollando a 21 egipcios coptos en Libia, y ahora ha capturado a casi un centenar de la comunidad asiria en el noreste de Siria. El secuestro se produjo en las aldeas de Tal Shamiram y Tal Hurmuz, cerca de la población de Tal Tamr, en la provincia de Al Hasaka, controlada por las milicias kurdas, según confirmó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. En esa provincia, de mayoría kurda, habita la mayor parte de los asirios del país, una comunidad cristiana que habla la lengua de Jesucristo y que también vive en Irak y Turquía. Antes de que comenzara la guerra civil en Siria, en marzo de 2011, había unos 120.000 cristianos en Hasaka, pero la mayoría ha huido a los países vecinos.
Desde hace unas semanas, las milicias kurdas denominadas Unidades Populares de Protección (YPG) han iniciado una ofensiva para arrebatar al EI zonas ricas en petróleo y gas de Hasaka. Los enfrentamientos se concentran en áreas que abarcan desde el extrarradio sur de la ciudad de Qameshli hasta la frontera con Irak, así como en las inmediaciones de Tal Tamr, donde fueron capturados los civiles asirios. El Estado Islámico está llevando a cabo una limpieza étnica de las minorías religiosas de Siria e Irak como los asirios, los yazidíes y los chiíes chabak. El grupo terrorista ha crucificado, ejecutado y secuestrado a cristianos. Uno de los casos más conocidos fue el secuestro de doce monjas del monasterio de Malula, una localidad cristiana en los suburbios de Damasco. Las religiosas permanecieron durante más de tres meses en cautiverio hasta que se negoció un intercambio de prisioneros con Damasco. Las doce monjas fueron puestas en libertad a cambio de la excarcelación de 153 prisioneros yihadistas. Históricamente, la comunidad cristiana en Siria e Irak se ha mantenido al margen de los conflictos políticos. Pero ahora, a medida que se va extendiendo el califato de Abu Baker Al Baghdadi más allá de las fronteras de Siria e Irak, los cristianos han empezado a armarse para proteger sus aldeas y ciudades.
Precisamente, la asiria es una comunidad ancestral que habitó desde hace milenios las tierras de Siria e Irak. El pueblo asirio fue de los primeros que poblaron la provincia de Nínive, cuya capital, Mosul, está en manos de los yihadistas desde junio de 2014. Cansados de vivir perseguidos, o bajo el yugo del Estado Islámico, la comunidad asiria de esta provincia del norte de Irak ha decidido crear su propia milicia para proteger sus pueblos.
A finales de año, el Movimiento Democrático Asirio de Irak anunció la creación de una milicia cristiana en la provincia de Nínive, que está siendo entrenada por las fuerzas «peshmerga» kurdo-iraquíes. Aunque no suman más de un millar de voluntarios, esperan que jóvenes de otras minorías como los yazidíes se unan a sus filas. Ese mismo temor se siente en los confines de la porosa frontera entre Siria y Líbano. Las localidades cristianas del valle de la Bekaa, feudo de la milicia chií Hizbulá, han decidido tomar las armas para protegerse de los yihadistas. «Combatientes del Estado Islámico y del Frente al Nusra, (filial de Al Qaeda en Siria) usan las montañas para atacar en la frontera. La situación ha empeorado desde la ofensiva de Arsal (el pasado verano). El Ejército está haciendo todo lo que puede. Pero no es suficiente. Nosotros tenemos que defendernos», explicó a LA RAZÓN Joseph, un cristiano de Ras Baalbek, la mayor localidad cristiana de la Bekaa. En la región de mayoría cristiana, «los combatientes islamistas han amenazado con atacar a las iglesias y a los propios cristianos. En respuesta, los residentes hemos tomando las armas», indicó Joseph. Unos 3.000 combatientes yihadistas se han concentrado en las montañas Qalamoun, fronterizas con el este de Líbano, y se preparan para atacar a una serie de pueblos cristianos en el norte y el centro de Líbano, según fuentes de inteligencia libanesas.
Combatientes del Frente al Nusra y el EI tratarían de alcanzar Ras Baalbek y otros pueblos cristianos en el centro de la Bekaa como Zahle, Firzel, Ablah y Drous. «Se estarían preparando para llevar a cabo un ataque en primavera; en el norte, alrededor de Trípoli, y en el sur del Golán sirio», concretaron las mismas fuentes. Para mantener abiertas las líneas de suministro, los yihadistas están realizando ataques esporádicos contra el Ejército libanés. Recientemente, el ministro del Interior, Mouhad al-Machnouq, dijo que el EI pretende extenderse desde la localidad fronteriza de Arsal (en el este de la Bekaa) al campo de refugiados palestinos de Ein al Hilweh (en Sidon, al sur de Líbano) y prisión Roumieh (en el este de Beirut). El Estado Islámico se ha convertido en una grave amenaza para la estabilidad de la región. Los países árabes han incrementado su beligerancia contra la organización tras la brutal ejecución a lo bonzo del piloto jordano. EE UU y Europa aspiran a que los países árabes tomen el liderazgo en la lucha contra el EI, pero aún existen rencillas entre ellos.
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