Represión en Venezuela
«En Venezuela sí tenemos presos políticos, Ledezma es un testigo más»
España se ha convertido en un lugar de acogida para los perseguidos por el chavismo. Leopoldo López padre es todo un símbolo
España se ha convertido en un lugar de acogida para los perseguidos por el chavismo. Leopoldo López padre es todo un símbolo.
El preso político venezolano, el alcalde de Caracas Antonio Ledezma, ya se encuentra en Madrid rodeado por sus seres queridos más cercanos y otra familia que cada vez es más cuantiosa en España: la disidencia venezolana. Si en 2015 fueron 596 los venezolanos que pidieron asilo y en 2016 3.960, en lo que va de 2017 ya son 7.400 los ciudadanos de Venezuela que han solicitado protección en nuestro país. Una cifra récord en España.
Leopoldo López es otra de las caras más notables de la lucha por las libertades en Venezuela y que, al igual que Ledezma, más ha sufrido al régimen de Nicolás Maduro. El estado español concedió la nacionalidad española a sus padres, Leopoldo López Gil y Antonieta Méndoza, en diciembre de 2015, mientras que en mayo del año pasado la hermana y el cuñado del preso político también la recibieron. López Gil, en una entrevista a LA RAZÓN asegura que «es la obligación de todos los presos injustamente encarcelados intentar fugarse». En opinión de Leopoldo López padre «si pueden librarse de las garras del dictador, bienvenido sea. Y si Ledezma sigue la lucha desde el exterior será doblemente bienvenido y muy útil». La huida de Ledezma «corrobora que en Venezuela existen presos políticos, y ahora tenemos otro testigo más. Maduro dice que busca el entendimiento con la oposición, pero por otro lado nos está dando palos».
Al preguntarle por cómo se halla su hijo, en arresto domiciliario, este padre coraje responde que «se encuentra en una prisión distinta, ahora tiene su casa como cárcel, con un arresto domiciliario». Y es que «la jaula puede ser de oro, pero sigue siendo jaula. Leopoldo está como si fuese un tigre enjaulado, tiene todas las energías del líder político, pero siente angustia porque no le dejan participar políticamente». Tristemente, el prometedor dirigente de Voluntad Popular, «está viendo como su país se está desmoronando».
Sin embargo, la salida del Gobierno de Maduro parece que está ahora más lejos: «Pareciera que es así porque el país en cierta forma se recogió y dejaron las protestas. Aunque la falta de bienestar está llegando a extremos». López Gil detalla algunos de los devastadores datos del día a día de los venezolanos que siguen viviendo allí. «En este momento, entre cinco y seis mujeres que mueren diariamente de cáncer de mama por falta de tratamiento porque el 70% de las instalaciones hospitaliarias están fuera de servicio. El 30% de los neonatos han muerto este año. Son cifras casi de país en guerra. Un estudio de Cáritas determina que el 70% de los niños sufren de malnutrición. Lo que está viviendo Venezuela no puede prolongarse mucho, no creo que el país permita que continúe esta debacle».
Sobre las sanciones impuestas a Venezuela, el padre del preso político indica que «en el caso venezolano las sanciones serán sumamente efectivas porque están sancionando a los sátrapas que están torturando a su país. No se está sancionando a la población. Hay que darse cuenta de que Venezuela es un narcoestado y de que los narcotraficantes están en el Gobierno. Cuando se les impida manejar sus cuentas bancarias personales, ese daño no le afecta al país». Aun así, cree que la comunidad internacional podría hacer muchísimo más: «Por ejemplo, en la Corte Penal Internacional. La ex fiscal general de Venezuela fue a solicitar el enjuiciamiento de Maduro y de sus adlátares. La OEA, la ONU, Mercosur, el Parlamento Europeo, hay muchísimas instancias en las que se le pueden cerrar las puertas a los gerifaltes que están hoy en Venezuela».
Sobre la división en el seno de la Mesa de la Unidad, el padre de López reconoce que «hay una unión clarísima en cuanto a los fines, recuperar la democracia, pero hay diferencia en los medios, lo que es natural en una democracia, donde la gente tiene la opción de pensar distinto. Ahora quieren hacer énfasis en distintos métodos porque los anteriores no han dado resultados. Algunos quieren probar otros caminos. Lo importante es la unión de los ciudadanos, no del liderazgo.
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