La gran "purga" de Putin
Covid, rituales chamánicos y suicidios: las misteriosas muertes de 39 altos mandos rusos
Decenas de funcionarios del Kremlin o cercanos a Putin han fallecido en extrañas circunstancias. Desde LA RAZÓN hacemos un repaso de estos inexplicables decesos
No es un buen momento para estar en contra del presidente ruso Vladimir Putin. Desde que comenzó la invasión rusa en Ucrania, un total de 39 personas cercanas al jefe del Kremlin han muerto en condiciones poco claras y especialmente sospechosas.
Tan solo este mes, dos altos mandos perdieron la vida misteriosamente: Sergey Grishin, un estafador financiero y oligarca que vendió a Harry y Meghan su mansión en Montecito, California, por 14,7 millones de dólares, falleció el pasado 6 de marzo de sepsis, que surge como una complicación de enfermedades graves como el cáncer, o una infección o lesión, y que es conocida como "la muerte silenciosa". Coincidencia o no, esto ocurrió después de que criticara la guerra de Putin.
El virólogo Andrey Botikov, quien ayudó a desarrollar la polémica vacuna Sputnik V contra la covid-19, murió de una manera menos sutil el 1 de marzo: fue víctima de un cinturón alrededor de su cuello que lo asfixió, sin que aún se tenga noticia de los responsables.
Ministros de Energía, políticos y críticos se encuentran entre los que han pagado un precio demasiado alto por conocer los secretos del Gobierno o por discrepar de las ideas de Putin, y según el experto ruso Jon O'Neill, los matones a sueldo del Kremlin tienen sus huellas dactilares en algunas de las muertes que van desde lo misterioso hasta lo espantoso y lo aparentemente accidental.
“Putin no quiere asesinar a personas directamente”, aseguró O’Neill, coautor de “The Dancer and the Devil: Stalin, Pavlova and the Road to the Great Pandemic”, al diario "New York Post". “Si lo hace, queda expuesto en todo el mundo. Él quiere personas que parezcan suicidarse o que parezcan morir de enfermedades poco comunes", agregó.
Otras muertes sospechosas desde marzo de 2022 incluyen al coronel Vadim Boyko, el jefe de movilización de la guerra en Ucrania, de quien se dice que se suicidó. Solo un curioso dato: le dispararon cinco veces. Mientras tanto, Marina Yankina, una funcionaria de Defensa rusa, se precipitó 16 pisos desde la ventana de su apartamento hasta perder la vida.
Aunque el medio de noticias de San Petersburgo, Mash, afirmó que se había suicidado y notificó a su marido antes de saltar al vacío, O'Neill cree que la muerte de Yankina y otros oficiales militares pueden estar relacionados con los fracasos que Rusia está experimentando en el país de Volodimir Zelenski.
“Jamás puede tratarse de un error que cometió Putin”, recalcó O’Neill. “Tiene que ser una mala ejecución. Esa gente sabe demasiado sobre lo que realmente sucedió. Por eso se están muriendo”. Aparentemente, saber demasiado puede resultar fatal si eres un posible camarada aplastado por el liderazgo de Putin.
“Rusia bajo el poder de Putin es un Estado mafioso, una red de viles criminales que creen que si no se mantienen unidos, terminarán siendo ahorcados por separado. La muerte siempre está ahí para recordarles sus tareas a los compinches de Putin”. Para aquellos con influencia en las industrias de petróleo y gas de Rusia, el fallecimiento de Sergei Protosenya provocó un escalofrío colectivo.
Protosenya, anteriormente director ejecutivo de Novatek -una empresa vinculada al Kremlin-, él y su familia disfrutaban de la vida en España. Sin embargo, el 19 de abril de 2022, su esposa y sus dos hijas fueron encontradas en su villa cortadas con un hacha; Prostenaya estaba colgando de una soga.
La compañía de energía controlada por el Gobierno lo pintó como un caso de suicidio, pero Fedor Protosenya, hijo de Sergei, cuenta con serias dudas. “Él amaba a mi madre y especialmente a María, mi hermana”, señaló Fedor sobre su padre. “Él nunca podría hacer nada para dañarlos. No sé qué pasó esa noche, pero sé que mi padre no les hizo daño”, añadió.
El jefe petrolero, Alexander Subbotin, también murió el 8 de mayo del año pasado, presuntamente de un “ataque cardíaco inducido por drogas” mientras asistía a un ritual chamánico. O'Neill considera que estas víctimas y otras cometieron el error de criticar a Putin por ser amable con China a costa de Europa y la salud a largo plazo del sector energético de Rusia.
John Hardie, subdirector del Programa de Rusia de la Fundación para la Defensa de las Democracias en Washington DC, piensa igual. “Es un mal momento para estar en desacuerdo con Putin”, puntualizó Hardie a The Post. “Algunas personas puedes desaparecer, pero quieres matarlas porque envía un mensaje”, explicó. “Putin podría haber hecho desaparecer [a Protosenya] y no habría hecho mucho ruido. Pero él quería que se hiciera público”, enfatizó.
Asimismo, Vladislav Avayev y Vasily Melnikjov, jefe de gas y jefe médico, respectivamente, fueron hallados muertos en abril de 2022 en lo que parecían otros nuevos casos de asesinato-suicidio.
Avayev parecía haber disparado a su esposa e hija antes de quitarse la vida. Al igual que los cárteles mexicanos de la droga usan la violencia extrema como una mensaje para cualquiera que se pase de la raya, los matones del Kremlin y otros capos violentos en Rusia envían mensajes idénticos, según O'Neill.
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