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Macron, el freno de Le Pen
Revolución en el mapa político francés tras la victoria por un estrecho margen del independiente Emmanuel Macron frente a la ultraderechista Marine Le Pen. ► Por primera vez ninguno de los dos grandes partidos optará por el Elíseo. Los derrotados Fillon y Hamon piden el voto para el social-liberal
El socioliberal Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen se disputarán la Presidencia de Francia en la segunda vuelta que se celebrará el próximo 7 de mayo. El conservador François Fillon se sitúa en la tercera posición y el socialista Benoît Hamon obtiene el peor resultado histórico de su partido.
Los franceses protagonizaron ayer unas elecciones como nunca antes se había visto optando por dos candidatos anti «establishment»: el socioliberal y europeísta convencido Emmanuel Macron (23,86%), que se presenta por encima de divisiones partisanas, y la líder de extrema derecha y euroescéptica radical, Marine Le Pen (21,43%), que ha basado su campaña en torno al levantamiento de fronteras.
Según el mapa del voto, el candidato socioliberal se llevó el voto en las zonas urbanas, mientras que la ultraderechista Le Pen ha conseguido apoyo mayoritario en las zonas rurales y, fuera de todo lo previsto, en los departamentos de ultramar..
«Me dirijo a todos los ciudadanos. Deseo convertirme en vuestro presidente dentro de 15 días. El presidente de los patriotas frente a la amenaza de los nacionalistas, un presidente que protege, que transforma y construye» y «que ayuda a los que tienen menos y son vapuleados por la vida», aseguró el vencedor de la primera vuelta ante sus enfervorizados simpatizantes. Macron no olvidó a su mujer, «siempre presente y sin la que yo no sería yo».
Enfundado en el traje presidencial, hizo un llamamiento a la unidad nacional para afrontar «el desafío que es romper con un sistema incapaz de responder a los problemas que nuestro país tiene desde hace 30 años». El candidato social liberal «dio las gracias a Benoît Hamon y François Fillon por haber apelado a votar a mi favor» el 7 de mayo. De cara a la segunda vuelta, un sondeo de Harris Interactive concede a Macron un 64% y a Le Pen un 36%.
Los tres grandes perdedores de la noche fueron el conservador François Fillon (19,94%) y el neocomunista Jean-Luc Mélenchon (19,62%) que se disputaban el tercer y cuarto puesto, y evidentemente el candidato socialista, Benoît Hamon, que con apenas un 6,35%, fue el primero en tomar anoche la palabra para asegurar que «la izquierda no está muerta» a pesar de que han recibido «una sanción histórica», y pidió el voto para Macron, «aunque no pertenezca a la izquierda ni pueda representarla», pero con el objetivo de frenar al Frente Nacional.
Nadie puede negar que el triunfo del candidato independiente en la primera vuelta es una proeza. El antiguo banquero reconvertido en consejero económico del presidente Hollande ha pasado en dos años y medio de ser un perfecto desconocido a convertirse en un personaje popular, crear un nuevo partido y colocarse en el epicentro de la política francesa con todas las probabilidades de convertirse en el próximo presidente. Su mayor desafío si es elegido en la segunda vuelta será encontrar en las legislativas de junio una mayoría con la que gobernar. Algo que a día de hoy es un misterio, porque sólo ha hecho públicos 14 candidatos a las 577 circunscripciones. Alexandre Aidara, uno de los pocos candidatos de En Marcha, comentaba anoche que están sólo ante una primera victoria: «No estamos eufóricos, vamos paso a paso. Hemos ganado la primera parte, ahora el combate continúa». Que los otros partidos les apoyen les parece «un deber» de todo republicano frente a la extrema derecha.
Para Le Pen los resultados de ayer son «históricos» y ha plantado las bases de los debates para la segunda vuelta «entre la desregulación total y la gran alternativa» presentándose como «la candidata del pueblo». Anoche comenzó lo que puede ser la descomposición del mapa político francés, con el surgimiento de una izquierda antisistema, como la de Mélenchon que da la espalda a lo que el Partido Socialista había construido en los últimos cuarenta años; con el surgimiento de un balbuceante centro izquierda y con un debilitamiento de las dos familias políticas que se han repartido el poder. Fillon tendrá problemas para mantener la unidad de cara a legislativas, pero anoche pidió un voto por Macron.
El día transcurrió con tranquilidad. El 78,23% de los electores acudió a las urnas. Los más impacientes ya estaban antes de las 8 de la mañana esperando a la puerta de los colegios electorales. Unos porque no querían perderse un día soleado, otros porque temían horas interminables en la cola, como se había visto en las imágenes que la víspera habían llegado de los franceses que votaban en Canadá. Michel, empresario, 74 años y «sarkozysta» convencido, este año ha votado «por Macron». Las propuestas en materia social que propone Fillon no le interesan y el programa económico de Macron le «conviene».
Los últimos días de campaña han demostrado la fragilidad de Francia frente al terrorismo con la muerte de un policía y otros dos agentes heridos en el atentado del Elíseo a pesar de que el país está en estado de emergencia. Pero el día de ayer transcurrió tranquilo salvo algún sobresalto como en Haguenau (Bas-Rhin), donde la Policía tuvo que intervenir ante la presencia de una heladera en un coche de la que sobresalían unos cables eléctricos. El Gobierno temía también la reacción de movimientos de ultraizquierda y así fue. Varios cientos de militantes antifascistas se enfrentaron a la Policía en la plaza de la Bastilla en París.
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